Название: Desde cabina
Автор: Jorge Gutiérrez de Velasco Rodríguez
Издательство: Bookwire
Жанр: Языкознание
Серия: Vos Téknika
isbn: 9786079878122
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Por la universidad
Volar es despegar y aterrizar, es tener un plan de vuelo, una ruta; es esperar que la capacidad de la tripulación marque la diferencia en el trayecto, siempre buscando lo mejor, aprovechando aquellas relaciones, vuelos, personas, eventos, para construir un legado, una historia que se vuelva símbolo y aspiración.
Patlani sin fronteras
Hace algunas décadas, la cantidad de instituciones universitarias con opciones para ofrecer experiencias internacionales era menos diversa y de acceso detonado principalmente por el interés personal de cada estudiante. Hoy en día, sin embargo, las oportunidades que tienen las nuevas generaciones de universitarios y profesionistas son por mucho más amplias, atractivas y por supuesto más competidas, ya que si bien es cierto que las estrategias de internacionalización existen desde hace décadas en las Instituciones de Educación Superior (ies) públicas y privadas, también es cierto que hoy existe un mayor interés por parte de los jóvenes.
En el caso de México, la política educativa incluye, desde hace varias administraciones federales, la dimensión internacional para la competitividad. En el Plan Sectorial de Educación 2013-2018, de manera implícita y explícita, se encuentran las líneas de acción 2.3.8 y 2.3.9 de la estrategia 2.3: “Continuar el desarrollo de los mecanismos para el aseguramiento de la calidad de los programas e instituciones de educación superior”, correspondiente al Objetivo 2: “Fortalecer la calidad y pertinencia de la educación media superior, superior y formación para el trabajo, a fin de que contribuyan al desarrollo de México”; dichas líneas de acción puntualizan “Apoyar nuevos modelos de cooperación académica para la internacionalización de la educación” y “Promover que más egresados cuenten con capacidades suficientes para ser admitidos en los mejores programas de posgrado de México y el mundo”, respectivamente.
El impacto de las políticas públicas de nuestro país ha generado resultados interesantes a lo largo de los años, según los últimos resultados de
Patlani.1 Encuesta Nacional de Movilidad Estudiantil Internacional de México 2011-2012, coordinada por la anuies (Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior). De 125 ies que respondieron el instrumento a finales de julio de 2012, ochenta y seis instituciones reportaron tener movilidad estudiantil internacional; de los casi 18 mil estudiantes con algún tipo de movilidad internacional, el predominio femenino es relevante, siendo el 54 % mujeres y el 46 % hombres; España, Estados Unidos, Francia, Canadá y Alemania, son los principales destinos.
Sin embargo, aún falta mucho más por hacer, tanto para las instituciones como para los jóvenes. Hoy los estudiantes universitarios se encuentran ante un escenario repleto de información al alcance de la mano, viven en un mundo cuyas fronteras físicas, políticas y tecnológicas son derrumbadas en un día cualquiera; se desenvuelven en instituciones que aún con limitaciones, ofrecen oportunidades incomparables para extender las alas y alzar el vuelo, en donde la voluntad de sus comunidades es mucho más grande que sus propias limitaciones; ¿dónde se encuentra entonces el gran reto? En los estudiantes mismos, en derribar esas fronteras que se yerguen como murallas en su mente, en deshacerse del listado de excusas o pretextos para no dar el siguiente paso, uno que quizá los acerque al borde del cambio, en donde deberán obligadamente extender sus alas para volar por sí mismos para acostumbrarse a las alturas y volar cada vez más alto, como lo demanda el nuevo concierto mundial… para volar sin fronteras. ¶
9 de marzo de 2017
1 Patlani es un vocablo de origen náhuatl con dos acepciones: 1. “volar” y 2. “tomar vuelo”. Siméon, Rémi (1977). Diccionario de la lengua náhuatl o mexicana, redactado según los documentos impresos y manuscritos más auténticos México. Intro. y Trad. de Josefina Oliva de Coll. México: Siglo XXI Editores, 783 pp.
De la vinculación universitaria y otros demonios
Tengo la fortuna de haber vivido los últimos veinte años de mi carrera profesional desarrollando actividades de vinculación entre diversos sectores industriales e instituciones de educación superior y debo decir, con humildad, que esta relevante tarea —el gran reto de las Instituciones de Educación Superior (ies)— ha sido en los últimos años muy discutida, presumida y quizá, por qué no decirlo, mal entendida.
Explico la afirmación anterior con las siguientes premisas. Primero, la vinculación, en una buena cantidad de ocasiones, es interpretada exclusivamente como el establecimiento de relaciones industriales o con la sociedad en general, que permiten acercar a los futuros graduados a las oportunidades laborales mediante prácticas profesionales, estancias u otra actividad académica o preprofesional; en otras ocasiones, por fortuna cada vez más frecuentes, dichas relaciones son utilizadas para identificar necesidades de formación profesional, así como para la creación y orientación de programas educativos universitarios específicos para sectores particulares. Segundo, la vinculación es considerada una actividad complementaria de las actividades sustantivas de docencia, investigación y extensión universitarias en las ies; es decir, se pierde de vista en el camino de la operación universitaria que la vinculación es el principio y el fin de la función universitaria per se y por lo mismo es subestimada organizacionalmente hablando, y se destinan pocos recursos a la función universitaria sustantiva para su operación estratégica y transversal.
La vinculación es mucho más que las dos premisas anteriores. Hoy en día involucra, por supuesto, el acercamiento con los diversos sectores de la sociedad, pero desde una perspectiva más amplia y comprometida. Implica, por ejemplo, el establecimiento de relaciones simbióticas con actores industriales, políticos y sociales, con ies y centros de investigación en otras latitudes; implica sentarse a la mesa y convertirse en actor fundamental de las decisiones sociales, académicas o científicas de la región o área de influencia; implica ser promotor tanto de la investigación básica, como de la aplicada, líder en la gestión y participación en el desarrollo de políticas públicas; implica entenderse como ese principio y fin del desarrollo de individuos socialmente relevantes.
Según los últimos resultados de la Encuesta Nacional de Vinculación en Instituciones de Educación Superior enavi (sep/cide, 2010), disponible en línea, el desconocimiento por parte del sector productivo sobre la oferta de investigación y desarrollo tecnológico y de servicios tecnológicos es uno de los principales inhibidores del establecimiento de actividades de colabo-ración, indican más del 56 % de las ies en el estudio referido. Por otro lado, las ies identifican su prestigio y capacidades docentes como principal fortaleza para desarrollar actividades de desarrollo tecnológico con los sectores industriales, siendo además un porcentaje muy alto (84.9 % de los ejecutivos de vinculación encuestados), quienes consideran que la vinculación institucional con los sectores industriales facilitaría el logro de los objetivos institucionales.
¿Qué toca hacer al respecto a las ies en este nuevo milenio? Desde mi perspectiva un tanto simplista, primero, tener una plena conciencia de las capacidades de vinculación que tiene la institución: recursos, estructura organizacional, profundidad, variedad e impacto de las relaciones establecidas y su transversalidad a la función universitaria; segundo, en la medida de las oportunidades, generar las condiciones (no sólo los convenios o acuerdos interinstitucionales) para generar relaciones simbióticas y de largo plazo con aquellos actores que provoquen los cambios buscados y se creen los ambientes para el desarrollo de una vinculación más relevante, más profunda y de mayor impacto, es decir, hacer que la vinculación deje de ser ese demonio que toca a la puerta institucional para convertirla en el СКАЧАТЬ