Tao Te King. Gastón Soublette
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Название: Tao Te King

Автор: Gastón Soublette

Издательство: Bookwire

Жанр: Документальная литература

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isbn: 9789561427983

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СКАЧАТЬ surgimiento del humanismo liberal arrasaron de tal manera con la visión del mundo medieval que nos dejaron en el extremo opuesto: un mundo muerto, una Naturaleza inerte, semejante a una gran máquina que obedece ciegas leyes mecánicas que el hombre, ahora con el desarrollo de lo que considera su capacidad máxima, su razón, es capaz de conocer y por ende de manipular. El hombre dejó de ser creatura y se transformó en amo de la Naturaleza. El poder y la capacidad creadora pasaron de Dios a sus propias manos, el sentido de su existencia estuvo ahora a su propio cargo. El tiempo se hizo lineal y abierto hacia adelante, poniéndole el futuro una nueva exigencia trascendente: el progreso. El hombre moderno perdió así su relación armónica con su entorno, perdió su pertenencia sagrada al Universo, perdió el respeto a la Naturaleza. Perdió su capacidad de escuchar, de estar receptivo ante los procesos naturales; en adelante solo se oyó a sí mismo y a su propósito activo, manipulador, pragmático. Perdió las respuestas a los problemas fundamentales de la vida, y junto con ello perdió también las preguntas. La ciencia no pudo ni quiso hacerse cargo de los “porqué”, solo se atuvo a los “cómo”; no pudo hacerse cargo del alma del hombre, por lo que este se redujo a su mente y su cuerpo.

      Simultáneamente, sincrónicamente, se produce en Occidente, a partir de las últimas décadas, un inusitado resurgimiento de la búsqueda espiritual por parte del secularizado hombre moderno. La espiritualidad oriental invade Occidente ofreciendo una fresca mirada a la experiencia religiosa, al mismo tiempo que técnicas y métodos que la acercan a la vida personal de cada individuo. El hombre moderno pareciera estar intuyendo que al apartarse del dogma, la creencia y la autoridad infalible de la Iglesia y reemplazarlos por la razón y su capacidad explicativa, perdió algo genuino y valioso. Hoy busca recuperar aquella esencia perdida, pero sin abandonar su necesidad de comprensión, de explicación y análisis a que el paradigma moderno lo ha acostumbrado. No podrá volver solo a la creencia, necesitará entender y sobre todo experimentar aquello de lo que trata la espiritualidad.

      La nueva psicología, “las concepciones del más antiguo pensamiento conocido”, la revalorización del misticismo que ha resultado como subproducto de los avances en la física, más los esfuerzos que el cristianismo está haciendo por responder al desafío que la nueva inquietud espiritual del hombre moderno le ha planteado, están siendo las actuales respuestas a este fenómeno social que forma parte del momento histórico actual entendido como surgimiento de un nuevo paradigma.

      Es en este momento histórico, tan particular por lo delicado, incluso peligroso, a la vez que desafiante y esperanzador de la historia de la humanidad, que resulta importante enmarcar la publicación del Tao Te King acompañado por el iluminador comentario de Gastón Soublette. Su valioso aporte consiste en acercar al lector —potencial portador de los profundos cambios que se están gestando— a una de las más ricas fuentes de sabiduría de aquellas “concepciones del más antiguo pensamiento conocido”.

      El aporte es doblemente importante. Por una parte, de entre las diferentes cosmovisiones de la antigua sabiduría oriental, el taoísmo es tal vez la más accesible a nuestro modo de pensar moderno en apertura y búsqueda de nuevas percepciones de la realidad. Aun siendo, como afirma su comentador en la Introducción, la cosmovisión taoísta “la antípoda de la actual concepción del mundo occidental”, su estructura conceptual es más fácil de comprender para la secularizada mente del hombre moderno que el tradicional lenguaje religioso que ha prevalecido en Occidente y que ha debido sobrevivir sustentado en la fe, un poco a espaldas de la razón.

      El Tao es a la vez una noción que apela a nuestra comprensión racional y a nuestro sentido poético, que se desliza hacia nuestro interior fluidamente, sin encontrar obstáculos. Podemos comprenderlo y sentirlo como el sentido del mundo a la vez que el Ser puro, anterior a todo lo manifiesto y de donde emana la vida. No surge la pugna por clasificarlo: inmanente o trascendente; es ambos a la vez. El Tao unifica, integra, no divide entre el Bien y el Mal. Es alcanzable, puede ser percibido en el fluir del acontecer, cuando el hombre escucha, se aquieta, se hace receptivo a Te, su Virtud, su manifestación.

      Lo importante para el hombre moderno es que el taoísmo lo ayuda a salir del falso dilema de si existe o no existe Dios, dilema que concluyó en el paradigma moderno con el poder total acaparado por el hombre e impuesto sin piedad al resto de la creación. El taoísmo le ayuda a este hombre, poderoso pero angustiado, cazado en la paradoja de ser dueño del mundo pero sin saber para qué, a recuperar su lugar en el concierto más amplio, cuya partitura está dada y con la que él debe armonizarse, sin estridencias, sin alterar el ritmo. El hombre moderno puede comprender y aceptar mucho más fácilmente que el mundo tiene un sentido que este puede ser discernido y que ninguna inventiva humana puede substituir este orden trascendente, que aceptar someterse a la voluntad de un dios cuya imagen antropomórfica le resulta autoritaria e inaccesible.

      La nueva espiritualidad viene centrada en la experiencia, en la transformación interior más que en la aceptación del dogma y la conformidad moral. Las religiones de todos los tiempos se han debatido en la tensión entre dos polos muy difíciles de equilibrar: por un lado, la necesidad de orientar la vida cotidiana de sus fieles, de inculcar valores y conductas deseables, la vía moral; y por otro lado, la necesidad de responder al anhelo de experiencia trascendente, la vía de la transformación interior. Ambas involucran peligros, y enfatizadas unilateralmente conllevan distorsiones y provocan carencias.

      El cristianismo, nuestra espiritualidad occidental dominante, ha enfatizado en su expresión externa, pública, el polo que podría denominarse la vía moral. La nueva espiritualidad emergente como parte fundamental de lo que podrá llegar a ser el nuevo paradigma4, busca el equilibrio tratando de rescatar el polo relegado, la vía de la transformación interior. El Libro del Tao constituye un esclarecedor y bello acercamiento a esta vía. Todo buscador espiritual o militante de las grandes transformaciones culturales verá enriquecido su horizonte conceptual con su lectura. Encontrará incluso valorada la vía de la transformación interior en contrapunto con la vía moral representada por la doctrina de Confucio. Descubrirá también un comentador entusiasta defensor de aquella vía. Por mi parte, quisiera llamar la atención sobre el difícil problema que encierra la tensión entre ambos polos, haciendo un llamado a hacerse cargo de él, a estudiarlo analizando СКАЧАТЬ