Polvo y decadencia. Jonathan Maberry
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Название: Polvo y decadencia

Автор: Jonathan Maberry

Издательство: Bookwire

Жанр: Книги для детей: прочее

Серия: Ruina y putrefacción

isbn: 9786075573465

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СКАЧАТЬ qué? Estos son tus bosques, hombre. Pasaste años aquí afuera limpiándolos y…

      —No, pasé años aquí afuera como cazarrecompensas y como especialista en cierres. Nunca fue mi trabajo ni mi intención “limpiar” el territorio. No lo fue entonces y no lo es ahora —hizo una pausa y volteó atrás a mirar a los otros, que estaban a unos cien metros de distancia. Nix y Chong iban platicando, probablemente seguían su discusión sobre los misterios de la plaga zombi; Lilah estaba en la retaguardia, contenta de no tener compañía—. Míralos, Benny. Lilah no tiene ni diecisiete años. Nix apenas quince. Tú y Chong cumplirán dieciséis en pocos meses. Ustedes son duros, pero enfrentémoslo… no son un ejército. Ni siquiera puedo decir con total convicción que están lo suficientemente preparados para hacer lo que ahora intentamos, y me asusta pensar que los estoy guiando a su muerte. No voy a convertir eso en una certeza poniéndolos a luchar en una batalla campal contra cincuenta o sesenta cazarrecompensas armados.

      —¿Pero qué me dices de Gameland? Si lo cambiaron a un sitio más cercano al pueblo, entonces podrían robar más chicos de ahí. Como intentaron hacer con Nix. No podemos simplemente…

      —He intentado por años que la gente del pueblo tome consciencia.

      —Lo sé. También te escuché hablar con el alcalde Kirsch y el capitán Strunk.

      —¿Qué eres, el fisgón del pueblo?

      —Estaban hablando en el jardín, mi ventana está justo arriba.

      —Bien, bien. El punto es que el pueblo tiene que tomar la responsabilidad en sus manos. Yo les mostré que podía hacerse, y durante un tiempo hice lo que pude… pero no es el trabajo de un solo hombre. Y no es un trabajo de niños.

      —Adolescentes, gracias.

      —Está bien. Adolescentes. No es un trabajo para ustedes.

      Benny miró a los ojos a su hermano.

      —¿Estás seguro?

      —Sí.

      —Pues yo no. Éste también es nuestro mundo. Nosotros vamos a heredarlo. ¿Qué quieres que hagamos? ¿Esperar hasta que las cosas empeoren, que se salgan completamente de control para hacer algo al respecto? ¿Cómo va eso a ayudarnos a tener un mejor futuro?

      Tom lo observó fijamente mientras caminaban, y luego de una docena de pasos su ceño fruncido se convirtió en una pequeña sonrisa.

      —Siempre olvido lo listo que eres, niño. Y lo maduro.

      —Sí, bueno, todo este último año no ha sido precisamente cosa de niños.

      —No, y lo lamento… pero hablando en serio, Benny, ésta es una conversación que debimos tener antes de partir.

      —Así que… ¿es demasiado tarde para cambiar las cosas? —lo retó Benny.

      Tom sacudió la cabeza.

      —No se trata de eso… Es sólo que éste ya no es nuestro pueblo. Avanzamos. Otros tendrán que hacerse responsables de Mountainside —señaló el camino—. Tu futuro está en algún lugar allá afuera, y no tengo duda de que habrá muchas oportunidades de cambiar las cosas, si eso es lo que deseas.

      Benny volteó hacia Tom, después atrás, al camino que ya habían recorrido, y finalmente al frente. Suspiró.

      Tom le dio una palmada en el hombro y ambos siguieron caminando. En algún momento Tom se adelantó, y cuando Benny miró atrás, vio que Nix ahora acompañaba a Lilah y Chong estaba solo, así que se retrasó para caminar al lado de su amigo.

      Mientras caminaban por entre las altas hierbas bajo la ardiente mirada del sol, Benny observaba continuamente a Chong. Sin voltear a verlo, Chong le dijo:

      —¿Qué? ¿Tengo un moco en la nariz?

      —¿Eh?

      —No dejas de observarme. ¿Qué sucede?

      Benny se encogió de hombros.

      —¡Rápido! Dime antes de que pierda el interés —continuó Chong en tono de burla.

      Benny tomó aire.

      —Nix.

      —¿Qué? ¿La pelea sobre ciencia y religión?

      —No… se trata de nosotros. Tú sabes… salir y eso.

      —¡Dios! —Chong se carcajeó—. ¡El juramento!

      Cuando él y Chong tenían nueve años habían hecho un juramento de sangre de nunca salir con ninguna de las niñas que frecuentaban. Pero desde que regresaron de rescatar a Nix el año anterior, ella y Benny estaban juntos, y éste nunca le preguntó a Chong cómo se sentía al respecto.

      —Sí… el juramento —dijo Benny—. Me siento un poco mal por romperlo.

      Chong se detuvo y volteó hacia él, fijando la mirada en el rostro de Benny.

      —Espera… no te muevas.

      Benny se congeló.

      —¿Qué? ¿Qué pasa? ¿Tengo algo en…?

      Chong le dio un golpe en la cabeza con la palma abierta.

      —¡Ay! ¿Qué tenía? ¿Era una abeja?

      —No. Sólo quería ver si podía sacarte un poco de la estupidez que llevas dentro.

      —¡Oye!

      —Cielos, Benny, hicimos ese juramento cuando teníamos nueve años.

      —Fue un juramento de sangre.

      —Nos habíamos cortado los dedos fijando carnada en los anzuelos de pesca. Juramos al calor del momento, y hacerlo fue inmaduro y estúpido. Eso sí, ambos hemos tenido momentos más estúpidos. Tú más que yo, desde luego…

      —¡Oye!

      —Pero en realidad no importó mucho en aquel entonces, y no importa ahora en absoluto.

      Caminaron unos cien pasos en silencio.

      —Dimos nuestra palabra, Chong —replicó Benny.

      Su amigo gruñó.

      —Nunca dejas de asombrarme —dijo éste—. Aunque rara vez para bien.

      —Sí, sí, sí. Entonces, si eres tan sabio y perspicaz, Oh, poderoso Chong, ¿cómo es que nunca le has dicho a Lilah que estás enamorado de ella?

      —Ah. Soy sabio y perspicaz, pero no valiente.

      —¿Lo has intentado?

      Chong se sonrojó.

      —Yo… le escribí una nota.

      —¿Qué decía?

      —Mmmh… СКАЧАТЬ