Название: El arte del revelado
Автор: Fran Nieto
Издательство: Bookwire
Жанр: Сделай Сам
Серия: FotoRuta
isbn: 9788412307382
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Cada vez que abrimos y editamos un archivo JPEG el algoritmo de compresión elimina algo de información, por lo que este formato no es muy conveniente para seguir trabajando en la imagen. Verdaderamente las pérdidas no son muy escandalosas, pero pueden ser perceptibles. Siempre que partamos de una imagen en JPEG que debamos editar será mejor convertirla a 16 bits antes de hacerlo y guardarla, después, en otro formato sin pérdida.
PSD
Es el formato de archivo que utiliza internamente Photoshop. No podemos elegirlo en nuestra cámara, pero hoy en día es el ideal para editar nuestras fotos, imprimirlas y archivarlas. En las últimas versiones de este programa una imagen guardada en PSD ocupa menos espacio que en TIFF y se abre en menos tiempo. Admite capas, transparencias y profundidades de 32 bits. En su contra tenemos que no todos los programas permiten trabajar con este formato, menos universal que TIFF o JPEG
La evolución del formato PSD se llama PSB y permite guardar imágenes de un tamaño superior a dos gigas, admitiendo documentos de hasta 300000 píxeles en cualquier dimensión. Algunos filtros y efectos no estarán disponibles en formato PSB si el documento tiene más de 30000 píxeles de alto o ancho. Photoshop optimizará los recursos de nuestro hardware para que estos archivos gigantescos se procesen de la mejor forma posible y eviten que el ordenador se bloquee.
Formato ‘Raw’
La palabra Raw no es un acrónimo como los otros formatos, significa literalmente crudo o bruto en inglés. Este nombre se debe a que contiene exactamente los datos capturados por el sensor, sin que la cámara le aplique ningún tipo de edición que los modifique, como nitidez, saturación, contraste, ajuste de blancos… En realidad, Raw no es un formato sino un concepto. Cada fabricante codifica los datos de su sensor en un formato, casi siempre propio, y que ni tan siquiera es común a todos sus equipos (puede modificarse prácticamente para cada modelo). Es conveniente decir que algunos fabricantes, para conseguir mejores resultados, aplican ciertos algoritmos a los archivos Raw antes de haberlos guardado en la tarjeta de la cámara.
Un Raw no es un formato final, en realidad no es más que un contenedor de información, y debe ser “revelado” con un programa adecuado para generar una imagen visible que pueda ser mostrada en una pantalla o impresa. Podríamos decir que el formato JPEG es una forma de cocinar el Raw, utilizando la receta que generamos a través de los menús de configuración de nuestra cámara. Cada configuración ofrece un “sabor” diferente, pero de aspecto apetitoso, mientras que el Raw estará esperando que lo aderecemos en nuestro programa; aparecerá desvaído, sin contraste, quizá con un ruido mucho más visible y una menor nitidez. Todo esto, evidentemente, se soluciona durante su revelado, en el que podemos ser mucho más precisos en cada valor que lo que nos permite la cámara. Otra ventaja del Raw es que nunca puede ser modificado, como sucede con un JPEG, en el que si no guardamos las diferentes versiones de la imagen perderemos el original.
Los archivos Raw son muy pesados, tres o cuatro veces más que un JPEG de máxima calidad, y por eso el fabricante puede ofrecernos su guardado con compresión, con pérdida o sin ella. Dependerá de cada equipo y por eso conviene leer el manual para elegir lo que más se ajuste a nuestras necesidades.
El formato Raw admite 12, 14 ó 16 bits/canal de profundidad de color, lo que supone muchísimos más tonos que los 8 bits/canal del JPEG y por tanto una mayor calidad de imagen. JPEG ofrece 256 tonos diferentes por cada color mientras que un Raw de 12 bits tendría 4096, de 14 bits 16384 y uno de 16 bits nada menos que 65536. La diferencia numéricamente es abismal, pero me temo que solo será visible en monitores o impresoras actuales de buena calidad. Aunque no sucederá lo mismo en equipos de gama media o baja, creo que vale la pena el incremento de espacio en disco que supone a cambio de preservar al máximo la calidad de nuestra captura para el futuro.
Disparando en Raw podremos variar parámetros muy comprometidos, como el ajuste de blancos, sin ningún problema viendo el resultado en pantalla sin necesidad de adivinar cuál es el mejor ajuste para cada disparo. Podemos conseguir resultados muy diferentes manteniendo la calidad al máximo, mientras que a partir de un JPEG el margen de edición será siempre muy inferior.
Casi todos los fabricantes han desarrollado la forma en que la información del sensor se almacena en la tarjeta, dándole un nombre distinto. A medida que la tecnología se desarrolla el formato va variando, pero mantiene su nombre o lo cambia cuando se considera adecuado.
Canon | CRW y CR2 |
Casio | BAY |
Fuji | RAF |
Hasselblad | 3FR |
Leica | RWL |
Nikon | NEF y NRW |
Olympus | ORF |
Panasonic - Lumix | RW2 |
Pentax | PTX y PEF |
Phase One | CAP, TIF y IIQ |
Sony | ARW, SRF y SR2 |
Esto supone un problema pues un programa más antiguo que nuestra cámara puede no leer los archivos generados por esta. También podría suceder que algunos formatos Raw antiguos no sean soportados por los reveladores futuros. Para intentar evitar este problema existen movimientos como DNG (promovido por Adobe y seguido por Leica, Hasselblad, Samsung, Pentax…) y OpenRaw que pretenden unificar la forma en que son codificados para que sean universales. Mi opinión es que veo muy complicado que se pierda la compatibilidad en un futuro próximo y que algunos reveladores pueden trabajar mejor, o tener opciones más avanzadas, con el Raw original que con un Raw convertido a DNG.
La imagen en pantalla
Un archivo Raw incrusta en su interior una imagen JPEG de pequeño tamaño editada con los parámetros personalizados que tengamos seleccionados en nuestro equipo y que es, precisamente, la que vemos en la pantalla de la cámara al revisarla. A pesar de ello a un Raw solo le afectan el tiempo de exposición, el diafragma y la sensibilidad. El resto de parámetros se pueden aplicar durante el revelado con igual o mejor calidad que en la toma.
Sin embargo, la tendencia de los fabricantes a “personalizar” sus Raw también incluye una cierta gestión del ruido antes de guardar el archivo en la tarjeta o incluso modificar la geometría de algunos objetivos. Si es el caso, conviene comprobar si la cámara procesa mejor que nuestro programa y activar aquellas opciones que logren un resultado más apropiado.
La percepción del color la podemos representar de diferentes modos en nuestros dispositivos, en función de la forma en que alcanzan a mostrarla y de nuestros intereses.
Modo de color RGB
El color se define mediante las componentes roja, verde y azul, en inglés red, green y blue, de cuyas iniciales deriva su nombre. Lo emplean todos los dispositivos que generan imágenes acumulando o СКАЧАТЬ