Juegos motrices cooperativos. Jaume Bantulá Janot
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Название: Juegos motrices cooperativos

Автор: Jaume Bantulá Janot

Издательство: Bookwire

Жанр: Учебная литература

Серия: Educación Física

isbn: 9788499107882

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СКАЧАТЬ enunciados pueden ser llevados a la práctica a través de la experimentación lúdica que nos brinda el juego cooperativo.

      2. NOCIÓN DE JUEGO COOPERATIVO

      ¿Por qué apostar por los juegos cooperativos? El juego no es neutro. Transmite y potencia un determinado código de valores, una manera de establecer las relaciones entre las personas, una forma de entender la diversión.

      Una estructura interna competitiva exige que los jugadores actúen unos contra otros y ello, frecuentemente, provoca la no aceptación de reglas con la finalidad de ganar, la realización de trampas y el surgimiento del juego sucio, las discusiones, las críticas, los disgustos, los conflictos, la aparición de líderes y de marginados, el rechazo y la discriminación en función del grado de habilidad o de sexo, etc.

      En cambio, la utilización de estructuras lúdicas cooperativas que requieren la implicación de todo el grupo en el juego provoca el surgimiento de sentimientos de aceptación y de consideración hacia las demás personas. Saber compartir, ser más consciente de como siente el otro, apoyarse mutuamente para conseguir los objetivos propuestos son actitudes que facilitan la realización de aprendizajes en un ambiente distendido y alegre.

      Se pone en duda la validez de emplear estructuras competitivas si, previamente, no se han favorecido ni consolidado las estructuras de juego cooperativas. En el supuesto de que se considere oportuno explorar las sendas de la competición, se requiere la adquisición de un bagaje lúdico que permita afrontar la acción con madurez y contemplar, si acaso, la rivalidad como una forma más, no la única ni la más importante, en la que puede transcurrir el juego.

      Muchas veces, los amantes de usar la competencia, excusándose en que resulta un planteamiento altamente motivador de la acción motriz, se olvidan de las actitudes y valores que dicho planteamiento fomenta y se toman demasiado a la ligera el papel que ejerce el juego como transmisor y constructor de conductas sociales.

      La tipología de juegos que aquí se presenta deja de lado la competición. El interés no reside en ganar o perder, sino en una participación que requiere que los jugadores combinen y reúnan sus diferentes niveles de habilidades y destrezas motrices para conseguir un objetivo común. Es ahí donde radica el reto; es a través de la incorporación e integración activa de todas las personas que se demuestra el grado de competencia alcanzada por el grupo. Son competentes quienes se muestran capaces de incluir y no de excluir, quienes comprenden que eliminar a alguien conlleva el rechazo y la desvalorización del otro.

      Desde el punto de vista didáctico conviene destacar que es necesario que el profesorado no diseñe juegos con una codificación cerrada y férrea. Es importante, si se quiere potenciar la autonomía, dar los utensilios necesarios a los protagonistas. Se debe preguntar cómo se puede mejorar un juego, hacerlo más divertido, cómo garantizar que nadie se sienta discriminado, etc., todo ello dentro de un clima de libertad que permita, una vez realizadas las propuestas, escoger y tomar decisiones consensuadas democráticamente.

      Es interesante que al finalizar un juego, o bien aprovechando una pausa de éste, se busquen fórmulas comunes que garanticen su éxito, según el criterio mayoritario, ensayando diferentes reglas que puedan sugerirse ante cualquier problema que se presente. Con ello, sin duda alguna, aumentará el grado de aceptación de un juego determinado entre los jugadores; sin embargo, no se puede olvidar que el tiempo dedicado a éste tiene que ser muy superior al empleado para la discusión y la reflexión.

      Durante el juego, el profesorado tiene que ser capaz de crear un clima agradable y distendido, de saber transmitir entusiasmo participando al mismo nivel que los jugadores, y de hacer a la vez de guía y animador. Debe estimular durante el juego la construcción de una relación social positiva, favoreciendo la estimación recíproca, la empatía –es decir, la capacidad para situarse en el lugar del otro–, la confianza, la implicación, la comunicación, etc.

      S i se tienen en cuenta todas estas observaciones, entonces, con toda seguridad, desde el juego se puede incidir en los aprendizajes de diversos contenidos y en la adquisición de determinados objetivos como pueden ser los que se exponen en las tablas siguientes para facilitar la labor docente.

CONTENIDOS
HECHOS, CONCEPTOS Y SISTEMAS CONCEPTUALES
1. Juego cooperativo. Noción de cooperación. 2. Regulación del juego: normas y reglas en los juegos cooperativos. 3. Interpretación del juego cooperativo como un fenómeno lúdico a través del cual se transmiten determinados valores socioculturales. 4. Recursos para las actividades lúdicas y recreativas.
PROCEDIMIENTOS 1. Utilización de reglas para la organización de situaciones colectivas de juego. 2. Realización de diversos juegos cooperativos. 3. Uso de la cooperación como estrategia básica del juego. 4. Experimentación del juego cooperativo como objeto de placer y recreación.
VALORES, ACTITUDES Y NORMAS 1. Actitud de respeto a las normas y reglas del juego comúnmente elaboradas y aceptadas. 2. Aceptación de los diferentes niveles de destreza y habilidad, en uno mismo y en los demás, durante la práctica del juego. 3. Valoración del juego cooperativo como un recurso para la práctica de la actividad física.

OBJETIVOS DIDÁCTICOS
1. Conocer diversos juegos cooperativos para disponer de recursos durante las sesiones de educación física y en otros momentos de ocio y de tiempo libre. 2. Experimentar actividades a través de las cuales se tengan que superar retos para alcanzar objetivos comunes. 3. Explorar las posibilidades de relación, expresión y comunicación interpersonal. 4. Aceptar las propias limitaciones y las de los demás, siendo conscientes de que los diferentes grados de habilidad y destreza de cada uno no tienen que significar ningún tipo de discriminación. 5. Adaptarse a las reglas del juego formuladas por el colectivo. 6. Interesarse por mantener relaciones solidarias basadas en el respeto y la tolerancia. 7. Adquirir la capacidad y el hábito de cooperar en actividades de grupo. 8. Alcanzar, a través de la realización de juegos cooperativos, cierto grado de autonomía individual y de grupo. 9. Participar en la elaboración de estrategias cooperativas. 10. Ser consciente de la importancia del juego cooperativo como medio relacional. 11. Aceptar la diversidad de acción y opinión a través de la actividad física.

      3. LOS JUEGOS COOPERATIVOS SELECCIONADOS

      La recopilación que se ofrece a continuación ha sido cuidadosamente elegida de entre todos aquellos juegos que la experiencia docente asegura que pueden ser llevados a la práctica con acierto. Van destinados tanto a numerosos grupos de niños y niñas de varios centros educativos, como a profesionales de la enseñanza, que a través de escuelas de verano, cursos y postgrados han profundizado en su formación permanente, así como también a estudiantes universitarios futuros aspirantes a ejercer la docencia.

      El deseo de quien escribe estas líneas es conseguir ensimismar al lector, no ya para que se decida a probar aquellos juegos que estime más oportunos, sino para que se atreva a crear, junto con sus compañeros y compañeras de juego, nuevas propuestas que engrandezcan su capacidad de cooperación y la conviertan en una forma de entender la vida, de vivir.

      Los juegos se presentan en forma de ficha. Cada una de ellas contiene la suficiente información para permitir que el/la animador/a lleve a cabo con garantías de éxito su puesta en escena; pero es aconsejable que éste participe de forma activa en su desarrollo, para descubrir toda la rica gama de matices y posibilidades que cada juego encierra en sí mismo, y que difícilmente se ponen al descubierto si no es a través de la participación e implicación lúdica.

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