Entrenamiento físico-deportivo y alimentación. M. Delgado Fernández
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Название: Entrenamiento físico-deportivo y alimentación

Автор: M. Delgado Fernández

Издательство: Bookwire

Жанр: Сделай Сам

Серия: Entrenamiento Deportivo

isbn: 9788499107875

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СКАЧАТЬ B2 (riboflavina). Como componente de flavin mononucleotides o flavín-adenín dinucleótidos (FAD) constituye un coenzima esencial en reacciones de oxido-reducción del metabolismo de nutrientes. Es una vitamina fundamental para que se produzca un crecimiento adecuado, posibilitando el aumento de peso corporal. Su carencia origina retraso de crecimiento, dermatitis y fotofobia. Un síntoma característico de su carencia es la estomatitis angular («boqueras»). En general, todos los productos animales proporcionan cantidades adecuadas, mientras que en el reino vegetal se encuentra en cereales integrales, legumbres, así como algunas frutas y verduras.

      Vitamina B3 (nicotinamida o η i act na). Como parte integrante del NAD (nicotín-adenín-dinucleótido) y NADP (nicotín-ade-nín-dinucleótido fosfato) interviene en reacciones de oxido-reducción y formación de ATP. A esta vitamina se le denomina también factor antipelagra o vitamina PP. Su carencia da lugar a diarreas, dermatitis, debilidad, fatiga y demencia. Las carnes y fundamentalmente las visceras, aportan altas cantidades. También se encuentra en cereales, legumbres, frutas y frutos secos.

      Vitamina B5 (ácido pantoténico). Constituye un componente esencial del coenzima A. Interviene en el metabolismo de grasas y proteínas, también actúa en procesos de desintoxicación orgánica y ayuda a conservar la capacidad defensiva de piel y mucosas. Su carencia origina dermatitis, enteritis y pérdida de cabello. Está ampliamente distribuida en el reino animal. Entre los productos vegetales que la proporcionan se encuentran los cereales, las legumbres, las frutas y las setas.

      Vitamino B6 (piridoxina). En forma de piridoxal fosfato interviene como coenzima en numerosas reacciones, incluyendo las de descarboxilación y transaminación, así como en el metabolismo de ácidos grasos. Su carencia origina irritabilidad, depresión, dermatitis, glositis (inflamación de la lengua), queilosis (llagas en mucosa bucal y conjuntival) y convulsiones en niños. Las fuentes fundamentales son carnes, pescados, huevos, hígado, soja, germen de trigo, plátanos, etc.

      Vitamina B8 (folacina o ácido fólico). Interviene en las reacciones de transferencia de carbonos, así como en la síntesis de nucleótidos, RNA, DNA y proteínas. Previene la anemia perniciosa y contribuye a mantener la integridad y funcionalidad de mucosas. Aparte de la anemia perniciosa o mega-loblástica, su carencia se manifiesta por pérdida de rugosidad, enrojecimiento y molestias a nivel de la lengua y, en general, de todo el tubo digestivo. Ocasiona diarrea, pérdida de peso y demencia. Se encuentra en cantidades adecuadas en carnes y productos lácteos, así como en vegetales de hoja verde.

      Vitamina B9 (biotina). Esta vitamina es un coenzima esencial en el metabolismo de lípidos y carbohidratos, siendo imprescindible para la síntesis de ácidos grasos. Su carencia se manifiesta por enteritis, dermatitis, pérdida de cabello conjuntivitis y alteraciones inmunitarias. En casos de deficiencias severas determina retrasos de desarrollo físico y mental en niños. Se encuentra en las visceras, los huevos, la leche, las levaduras, las legumbres, la coliflor, las setas, las cerezas y las fresas. Si el huevo se toma crudo, la avidina que contiene puede inactivar a la biotina.

      Vitamina B12 (cianocobalamina). Interviene como coenzima en el metabolismo de aminoácidos. Estimula la síntesis de hematíes y su carencia origina anemia megaloblástica. Las fuentes que proporcionan vitamina B12 son, según la mayoría de los autores, exclusivamente animales, abunda en hígado, carne, huevos y leche. Algunos autores propugnan que esta vitamina también puede hallarse en el reino vegetal, como por ejemplo en levaduras y algas, donde la existencia de microorganismos ocasiona la síntesis de dicha vitamina.

       Vitaminas liposolubles

      Las vitaminas liposolubles, al tener la posibilidad de ser almacenadas en el tejido adiposo, no tienen que ser ingeridas a diario a través de los alimentos. Altas dosis de las mismas puede producir almacenamiento indebido (hipervitaminosis) que cursa con diferentes manifestaciones clínicas. Las transformaciones culinarias repercuten poco en la pérdida de las mismas. En este grupo se encuentran las vitaminas A, D, E, y K.

      Vitamino A (retinol). Conocida por su acción antixeroftálmica y de ayuda a la adaptación visual en la oscuridad, esta vitamina actúa también en la protección epitelial, teniendo cierta acción antiinfecciosa al mejorar el fisiologismo de piel y mucosas. Su carencia se manifiesta por ceguera nocturna, sequedad de piel y mucosas, sequedad y queratinización de la córnea. Ante su carencia, también se produce queratinización de los epitelios broncopulmonar, gastrointestinal y del tracto urinario, existiendo una mayor susceptibilidad a las infecciones. Interviene en la síntesis de determinadas proteínas y hormonas esteroideas. Los lácteos son la fuente dietética por excelencia de esta vitamina. Además se encuentra en otros productos de origen animal, tales como hígado de pescado y vacuno. También está presente en los alimentos vegetales en forma de provitaminas, tal como los carotenos que se encuentran en las plantas de hojas verdes y amarillas, así como en las zanahorias. Un exceso de esta vitamina puede originar falta de apetito, trastornos en la pigmentación de la piel, fragilidad ósea y dolores articulares. En niños pequeños su exceso puede ocasionar irritabilidad, vómitos, cefaleas e hipertensión intracraneal.

      Vitamino D (colecalciferol). La vitamina D o colecalciferol no sólo se ingiere con la dieta sino que también se puede sintetizar en la piel por acción de la radiación ultravioleta de la luz solar. En realidad puede ser considerada como el precursor de una hormona, la hormona D o 1,25-dihidroxi-colecalciferol, a la que da origen tras dos sucesivas hidroxilociones en hígado y riñon. La hormona D interviene en el metabolismo del calcio junto con la paratohormona y la calcitonina. La hormona D aumenta la absorción intestinal de calcio y fosfato, también determina una menor pérdida de calcio por la orina. Promueve la mineralización y la formación de hueso e interviene en la función muscular e inmuno-lógica. Entre las fuentes alimenticias más recomendables se encuentran la leche entera y sus productos derivados (queso, yogur), yema de huevo, plantas de hojas verdes, así como en pescados grasos como sardina, bacalao, caballa o salmón. Cuando los niños consumen productos lácteos desnatados o semidesnatados es aconsejable que estos productos se encuentren enriquecidos con vitamina A y D. En cualquier caso, una vida al aire libre con una exposición razonable a los rayos solares garantiza una adecuada disponibilidad de este producto. Un exceso de vitamina D puede originar pérdida de apetito (anorexia), náuseas, vómitos, diarrea y nerviosismo, así como calcificaciones, sobre todo a nivel renal.

      Vitamino Ε (tocoferoles). En realidad se trata de un conjunto de substancias: alfa-, beta-, gamma- y delta-tocoferol; siendo el alfa-tocoferol el más activo. Actúan como antioxidantes, previniendo la peroxidación de ácidos grasos y fosfolípidos, contribuyendo así de manera decisiva a mantener la integridad de la membrana celular. Esta acción antioxidante le permite neutralizar el efecto nocivo de los radicales libres que se generan en el metabolismo celular y que son fuertemente reactivos. El papel nocivo de estos radicales libres en el proceso de envejecimiento celular y orgánico, así como en la aterosclerosis, es objeto de creciente interés. La carencia de vitamina Ε no da lugar a signos clínicos llamativos; ocasiona, por ejemplo, disminución de la vida media de los hematíes, lo que a la larga puede determinar anemia. También se pueden producir edemas, dermatitis descamativa y cierto grado de distrofia muscular. Las fuentes principales que aportan vitamina Ε son de tipo vegetal, destacando los cereales (trigo, maíz), aceites vegetales, frutos secos (cacahuetes, almendras, avellanas, nueces), plantas de hojas verdes y otras. En el reino animal aportan pequeñas cantidades el huevo, los lácteos y algunos pescados. Es muy difícil observar hipervitaminosis, en cuyo caso se produce creatinuria y complicaciones de tipo hemorrágico.

      Vitamina K. Cataliza la carboxilación del ácido glutámico en varias proteínas entre las que destacan diversos factores de coagulación. De hecho, su carencia se manifiesta por trastornos de la coagulación, por lo que en general se le atribuye efecto antihemorrágico, aunque sus funciones son sin duda más variadas. Así, se ha visto que puede influenciar la síntesis de proteínas del plasma, el músculo, el hueso, СКАЧАТЬ