Название: Fisiología, entrenamiento y medicina del baloncesto (Bicolor)
Автор: Julio Calleja González
Издательство: Bookwire
Жанр: Сделай Сам
Серия: Baloncesto
isbn: 9788499108162
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5. DURACIÓN DE DESPLAZAMIENTOS
La duración de los diferentes desplazamientos realizados durante la competición es otro de los parámetros estudiados en el control de lo que se denomina la carga externa de trabajo.
En el estudio presentado por H. Moreno (1988), para poder evaluar el ritmo con el que se recorren las diversas distancias, se diferencian cuatro niveles de intensidad. Los datos obtenidos se exponen en la tabla 1.7.
6. VELOCIDAD DE ACCIONES y DESPLAZAMIENTOS
Según Verma et al. (1978), el baloncesto es un juego en el que el requerimiento de velocidad, de acciones de velocidad, velocidad de esprín y resistencia a la velocidad es evidente.
Autores como Martín Acero (1998) definen la velocidad en deportes de equipo como la capacidad necesaria para que la acción se realice a la máxima intensidad (esprines, salidas, arrancadas, paradas), siendo la duración de las acciones muy corta, y sin la que la fatiga sea un aspecto determinante.
Tabla 1.7. Distancias recorridas y tiempo empleado en baloncesto durante el partido (H. Moreno, 1988).
NIVELES DE RITMO | % METROS RECORRIDOS | % DEL TIEMPO EMPLEADO |
1 | 14.36 | 49.63 |
2 | 53.64 | 39.53 |
3 | 27.36 | 9.75 |
4 | 4.64 | 1.09 |
Tabla 1.8. Distancia recorrida en metros, en función de la velocidad de desplazamiento (Refoyo, 2001).
Lorenzo (2000) introduce el concepto de eficacia en una disciplina en la que las resoluciones de las diferentes acciones del juego se producen a la máxima velocidad con un grado elevado de precisión y control del móvil.
En un estudio de Riera (1986) se comprobó que durante el 50% del tiempo que duraba la competición la velocidad de desplazamiento era inferior a 1 m/s y el 39% del tiempo era entre 1 y 3 m/s. En general afirmó que el 90% del tiempo total de juego las acciones de los jugadores oscilaban entre 0 y 3 m/s.
Sin embargo, Fox y Mathews (1976) encontraron que durante el 50% del tiempo el jugador se desplaza a una velocidad inferior (3m/s), el 15% entre 3 y 5 m/s y tan sólo durante un 1,25% del tiempo el jugador realiza acciones a 5 m/s.
Por último, Grosgeorge y Buteau (1998) no encontraron nunca velocidades superiores a los 25 km/h con deportistas de la liga francesa.
En función de los puestos, otros autores como Colli y Faina (1985), observaron que el base presenta el total de su recorrido durante el partido a tres ritmos diferentes: ritmo medio (1-3 m/s), ritmo rápido (3-5 m/s) y ritmo máximo (5 m/s) de forma equitativa.
En cambio, Riera (1986) concluyó en su estudio que el base el 50% de su recorrido lo hace a un ritmo medio (1-3 m/s), un 11% a ritmo de recuperación (1 m/s), recorriendo el 39% restante del tiempo a una velocidad de (1-3 m/s).
En 1996, Galiano trabajó con diferentes velocidades de desplazamiento en función de los puestos ocupados en la pista. Encontró diferencias significativas entre los distintos puestos y las diferentes velocidades. El autor justificó estas diferencias por la evolución de la tendencia del juego, puesto que las muestras fueron realizadas en diferentes años.
Hoffman y Maresh (2000) determinaron que del tiempo total de juego el 34,6% es de movimientos de arrastre de los pies, el 31,2% de carrera, que va de leve a intensa, el 4,6% del juego saltando y el 29,6% andando. El estudio se realizó con jugadores de las ligas de España e Italia.
En una investigación presentada por Sampedro y Cañizares (1993), los autores realizaron un análisis sobre las distancias recorridas por un base durante partidos de categoría nacional e internacional.
Al finalizar el estudio observaron qué el 43% de las acciones eran defensivas y que el 66% de los desplazamientos (2.495 m), de un total de 3.755 m, se realizaron a una velocidad superior a 3 m/s.
Analizando los datos publicados hasta la fecha, se observan diferencias significativas entre las diferentes acciones realizadas durante el juego, así como entre los diferentes puestos ocupados en la pista.
En cualquier caso, faltan estudios que verifiquen si existen las mismas diferencias de velocidad cuando el juego se realiza con la nueva reglamentación de (4 tiempos de 10 min/FIBA) y cuando hay diferencias entre las defensas utilizadas a lo largo del partido.
Tabla 1.9. Distancia recorrida (m) en función de la velocidad de desplazamiento y puestos. (Galiano, 1987).
7. DISTANCIA RECORRIDA
El baloncesto por tradición es uno de los deportes más estudiados desde el punto de vista cinemático. Durante los últimos años, algunos autores (Cohen, 1980; H. Moreno, 1988; Riera, 1986; Cañizares y Sampedro, 1993) han evaluado la distancia recorrida durante un partido de baloncesto, definiéndola en función de los puestos, utilizando diversas metodologías de recogida de datos (vídeo, planillas).
La medición del volumen se puede realizar en función de distancias o tiempo. Según datos sin publicar de la FEB (Federación Española de Baloncesto), encontramos que las duraciones en competición suelen situarse entre 90 y 105 min, mientras que los metros recorridos están entre 3.800 y 5.800.
A continuación se pueden observar los metros recorridos utilizando diferentes poblaciones de estudio y diferentes metodologías de recogida de datos.
Tabla 1.10. Distancia recorrida en (m) durante la competición en baloncesto.
Sin embargo, analizando los datos aportados en los estudios publicados hasta la fecha, observamos diferencias sustanciales debido principalmente a la metodología realizada en el registro. Según Grosgeorge (1990), estas diferencias son evidentes en dos aspectos:
En función del sexo, los hombres recorren cerca de 150 m, mientras que las féminas realizan algo menos de 100 m.
En función del puesto, también se observan diferencias significativas. Según Colli y Faina (1985), el base recorre un total de 3.500 m como comentábamos anteriormente. Otros autores como Riera (1986) y Galiano (1987), vieron en sus registros que los bases recorrían 5.913 m de media, 2.500 m más que los datos aportados por Colli y Faina. En 1988, los mimos autores en otro estudio también observaron diferencias significativas, concluyendo que el base es capaz de recorrer cerca de 6.104 m por partido. Con relación al alero, en el mismo trabajo presentado por H. Moreno (1988) se determinaron 5.632 m, y Colli y Faina (1985), por su parte, afirmaron que los metros recorridos fueron 4.000 m por partido en la misma posición de juego. Respecto al pívot, H. Moreno (1988) observó que recorría 3.000 m aproximadamente con un grupo de jugadores de la liga ACB de baloncesto española. Colli y Faina (1987) СКАЧАТЬ