Los misterios del Noisy. Kharla Vera
Чтение книги онлайн.

Читать онлайн книгу Los misterios del Noisy - Kharla Vera страница 2

Название: Los misterios del Noisy

Автор: Kharla Vera

Издательство: Bookwire

Жанр: Языкознание

Серия: Fantasía

isbn: 9789942898753

isbn:

СКАЧАТЬ cama, no deja de agitar su cola alegremente. Ahora recibe lamidas en todo su rostro. Decide mejor levantarse, ante la insistencia de su can. Se dirige hasta la puerta, su mascota le sigue. Nota que hay correspondencia que leer, las toma y las mira de reojo.

      Más tarde, encuentra una del Banco Internacional de Bélgica, el texto reza lo siguiente: “TÍTULO DE PROPIEDAD”, lo abre apresuradamente, y adentro una nota que dice:

      Para: Joseph Van Haley

      Amigo disfruta tu compra, no fue fácil tramitarla, pero si es tu deseo, aquí está.

      Ab. Logan Gozmer

      Gerente General B.I.B.

      Leyó el resto de la documentación. Al terminar, una sonrisa se dibujó en su rostro. Observó a su perro, quien a su lado sentado, jadeando, ajeno a lo que pasaba, era parte importante de su vida.

      Se quedó pensativo por un momento y al final se dijo: «Es hora».

      Una mañana mientras jugábamos y nos hundíamos en los entrañables pasajes del bosque, lo vimos llegar. La imaginación era nuestra única aliada y sumidos a su efecto, divertidos corríamos entre los árboles. El castillo era solo un viejo espectador que en sus años nos acompañaba.

      Bajo la neblina nuestros ojos siguieron cada uno de sus movimientos. Para no ser vistos, nos escondimos entre los árboles, aquellos eran muy altos y sus troncos viejos y gruesos, así que nos bastó uno para ocultarnos. Nos callamos como el mismo bosque, donde cada vez descendía más neblina, lo que nos provocaba mucho frío. El silencio que encerraba el lugar conciliaba con el sentencioso castillo.

      Ahora todo se veía terrorífico.

      No había nadie más con él, solo un enorme labrador que le seguía entusiasmado moviendo su cola. Había llegado en un auto negro que le dejó frente al portón del castillo y se marchó de inmediato. Aquel sonido del motor nos advirtió.

      Abrió el viejo portón, el cual estaba ubicado a unos cien metros del castillo, entre dos pequeñas torres, las bisagras rechinaron por lo oxidadas que estaban.

      El hombre vestía de negro y sus movimientos eran algo rígidos, pero cautos a la vez. Se veía refinado. Se me ocurrió entonces que podría ser uno de esos agentes que había visto en las películas. Era alto, y al parecer de cabellos largos pero lo llevaba recogido. La mañana tenía cierta opacidad, que su rostro se transformaba a momentos en otros, lo cual le daba un aspecto fantasmal, además llevaba lentes oscuros más la neblina no distinguíamos bien quién era.

      Los árboles ensombrecían la entrada donde estaba el portón, pero más adelante se visualizaba despejado.

      Se sintió observado, miró a su alrededor con desconfianza, desde donde lo vigilábamos, nos echamos hacia atrás, entre los árboles para evitar ser descubiertos. Contuvimos la respiración; luego, aquel hombre siguió su marcha hasta el vestíbulo, en la torre del reloj.

      Frente a él, se detuvo un instante a observar. Después abrió la ancha puerta, notamos que era algo pesada y vimos que entró junto a su perro. El eco que se produjo al cerrar recorrió todo el castillo hasta llegar a nuestros oídos.

      Nos miramos con Jack. Quedamos atónitos por el poco común episodio que habíamos presenciado. Nunca hemos visto entrar a alguien al castillo, es más, creo que nadie lo ha hecho desde hace mucho tiempo. El Noisy es un lugar temido, y teníamos prohibido acercarnos a él.

      Algo intrigada le pregunté a Jack, susurrando.

      —¿Lo viste?

      Era obvio que sí, pero estaba asombrada.

      —¡Claro, no estoy ciego! —Le miré con sentencia.

      —¿Quién es él? —musitó ahora Jack.

      —No sé —le contesté. —Supongo que un curioso o un explorador, ¿aunque no parece?

      Le miré a Jack.

      —¿Quisieras ir a averiguar? —le pregunté sabiendo con anticipación su respuesta.

      —No, Sam… sabes que está prohibido. Mejor vayámonos de aquí —dijo.

      — ¿Tienes miedo? —le pregunté «disfrutando de su expresión atemorizada».

      — ¡No, qué va! Mi abuelita siempre me dice que, no debo acercarme aquí, por mucha curiosidad que tenga…

      —No seas tonto Jack, nunca le haces caso ¿por qué lo harías ahora? —le interrumpí.

      —Eso no quiere decir que tenga que ir a husmear.

      —No es husmear Jack es… ¡simple curiosidad!

      — ¿Simple curiosidad? No es la primera vez que escucho eso.

      —No es eso, solo mira. El castillo Noisy siempre es tan restringido y... si, tienes razón, mejor vámonos.

      —Entre risas sarcásticas, es fácil convencerte. —dijo Jack.—Mejor regresemos a casa, ya tengo hambre.

      Ambos volvieron a mirar el castillo. Jack notó la mirada perdida de Samantha, hacia el esplendoroso Noisy.

      — ¿No te da miedo? —preguntó a su amiga.

      —¿De qué? —contestó.

      —Del castillo

      —No… claro que no.

      Continuó mirando lo que para ella, era un deslumbrante y antiguo hogar de reyes y princesas, su imaginación volaba cuando le veía. ¡Era un castillo de verdad!

      Suspiró con profundidad como queriendo absorberlo, hasta sus pulmones.

      —Vamos a casa —dijo finalmente Sam.

      —Sí, ya era hora –dijo Jack aliviado.— Tenemos toda la mañana en el bosque y hace mucho frío.

      Teníamos que estar listos para la cena, y también para asistir a las ferias que organizaban, esas que organizaban las voluntarias de la iglesia para recaudar fondos. Doña Elisa era la coordinadora, se encargaba de hacer todo, y cuando digo todo, eso incluía desde preparar los postres hasta guiar las novenas que daban inicio a las festividades. Y su esposo dirigía el programa musical, todo esto se realizaba en casa de ella, porque la iglesia estaba en reconstrucción.

      Habíamos paseado toda la mañana en el bosque, esto había dejado nuestras tripas vacías. Mi mamá nos había encargado unas compras pero, como siempre solíamos observar al Noisy antes de irnos, perdimos la noción del tiempo y lo olvidamos.

      En los años, de nuestras cortas vidas, nunca habíamos visto alguna persona entrar en el castillo, pues estaba en total abandono. Solo las historias sobre fantasmas giraban en torno al Noisy. Además se hablaba de extraños sucesos, pero nosotros nunca habíamos visto u oído nada. Empezábamos a entender que eran puras mentiras para alejar a los niños del pueblo que querían jugar allá o para asustar a los exploradores, porque nunca nos había ocurrido nada.

      Los СКАЧАТЬ