Sé una mujer cuyo Dios es suficiente. Cynthia Heald
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Название: Sé una mujer cuyo Dios es suficiente

Автор: Cynthia Heald

Издательство: Bookwire

Жанр: Религия: прочее

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isbn: 9781646911059

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СКАЧАТЬ pueblo. Por tanto, él lo llamó Jehová-jireh: el Señor verá, o el Señor proveerá».3 Nuestro pastor es Jehová-jireh. Él está totalmente comprometido con el bienestar de Su rebaño y con la satisfacción de todas sus necesidades.

       Dios provee para nuestras necesidades

      1. Dios es descrito como un pastor tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento. ¿Cómo se describe el cuidado de Dios hacia nosotras en estos versículos?

      Salmos 23

      Isaías 40:10-11

      Juan 10:1-10

      2. La iglesia de Filipos envió un regalo monetario al apóstol Pablo, esto lo animó tanto que en esencia declaró: «Mi Señor les recompensará; yo no puedo… y la medida de Su provisión para ustedes serán las inmensurables “riquezas de Su gracia”».4 Como nuestro Buen Pastor, Dios es más que capaz de suplir nuestras necesidades. ¿Cómo confirman los siguientes pasajes de la Escritura el deseo y la capacidad de Dios de proveer para nosotras?

      Juan 4:5-14

      Efesios 1:7-8

      Filipenses 4:19

      3. Cuando Pablo predicó en Atenas, hizo esta declaración: «Él es el Dios que hizo el mundo y todo lo que hay en él. Ya que es el Señor del cielo y de la tierra, no vive en templos hechos por hombres, y las manos humanas no pueden servirlo, porque él no tiene ninguna necesidad. Él es quien da vida y aliento a todo y satisface cada necesidad» (Hechos 17:24-25). ¿Qué necesidades específicas de las ovejas se señalan en estos versículos?

      Salmo 142

      Mateo 6:25-34

      2 Pedro 1:3-4

       Dios diseñó que la maquinaria humana funcionara en Él. Él mismo es el combustible que nuestros espíritus fueron diseñados para quemar, o el alimento que nuestros espíritus fueron diseñados para comer. No hay otro.5

       C. S. Lewis

       Dios determina nuestras necesidades

      4. El autor W. F. Adeney comentó: «Dios no nos dará lo que deseamos, sino lo que necesitamos. Además, nosotros no podemos distinguir entre la necesidad real y nuestra idea de lo que necesitamos. Es solo lo primero lo que Dios suplirá».6 Estudia estos pasajes de la Escritura y apunta las elecciones necesarias que debemos hacer para que Dios satisfaga nuestras necesidades.

      Salmo 34:8-10

      Salmo 37:3-5

      Salmo 84:11

       (Salmos 84:11) Esta es una promesa abarcadora, y ofrece tal seguridad del bienestar presente de los santos que, lo que sea que ellos deseen y piensen que necesitan, pueden estar seguros de que, la sabiduría infinita ve lo que no es bueno para ellos o la bondad infinita les dará lo que necesitan en su debido tiempo. Preocupémonos por andar en rectitud, y entonces confiemos en que Dios nos dará todo lo que es bueno para nosotros.7

       Matthew Henry

      5. W. F. Adeney escribió sobre la distinción entre las necesidades reales y nuestras ideas de lo que necesitamos. Lee Lucas 10:38-42 y apunta cuán diferentes eran las ideas de Marta y de Jesús sobre lo que ella necesitaba.

      6. Es importante aprender, como Matthew Henry nos recuerda, que tenemos a la sabiduría y la bondad infinitas como nuestro Pastor, y él sabe lo que es mejor para nosotros. ¿Cómo se ve afectada tu relación con Dios cuando tus necesidades percibidas no son satisfechas?

       «No retendrá ninguna cosa buena», pero cómo es esto cierto, cuando Dios muchas veces retiene riquezas y honores, y salud del cuerpo de los seres humanos, si bien ellos nunca andan tan rectamente; por tanto, debemos saber que los honores, las riquezas y la fuerza corporal, no son ninguna de las cosas buenas de Dios; son parte del número de cosas indiferentes que Dios concede sin discriminación al justo y al injusto, así como envía la lluvia y hace que brille el sol. Las cosas buenas de Dios son principalmente paz en la consciencia y gozo en el Espíritu Santo en esta vida; deleite en la presencia de Dios, y visión de su bendito rostro en el futuro, y estas cosas buenas Dios nunca las derrama sobre el impío, nunca las retiene del piadoso, y se resumen en una sola frase cuando declara: «Bienaventurados los de limpio corazón (y esto solo son los que caminan en rectitud), porque ellos verán a Dios».8

       Charles H. Spurgeon

       Respuestas bíblicas a la suficiencia de Dios

      Cuando Dios no parece ser suficiente

       David, el rey

      Hubo un momento en el reinado de David en que él decidió no ir a la guerra con sus tropas. Mientras caminaba por el tejado de su palacio, vio a una mujer hermosa, Betsabé, quien se estaba bañando. David envió mensajeros para que la llevaran al palacio, y se acostó con ella. Ella quedó embarazada, y David, para protegerse, al final ordenó que el esposo de Betsabé, Urías, muriera en batalla. El Señor envió al profeta Natán a que confrontara a David.

      «… El Señor, Dios de Israel, dice: “Yo te ungí rey de Israel y te libré del poder de Saúl. Te di la casa de tu amo, sus esposas y los reinos de Israel y Judá. Y si eso no hubiera sido suficiente, te habría dado más, mucho más. ¿Por qué entonces despreciaste la palabra del Señor e hiciste este acto tan horrible? Pues mataste a Urías el hitita con la espada de los amonitas y le robaste a su esposa. De ahora en adelante, tu familia vivirá por la espada porque me has despreciado al tomar a la esposa de Urías para que sea tu mujer”». (2 Samuel 12:7-10)

      Cuando Dios es suficiente

       David, el pastor

      Durante el reinado de Saúl, las tropas de Israel enfrentaron al ejército filisteo en batalla. Goliat, un gigante y campeón filisteo, salía de las filas de los filisteos y desafiaba a los israelitas a mandar a un hombre para que peleara con él, y esto determinaría qué ejército sería el vencedor. David, el joven pastor, estaba de visita entre las tropas, y se ofreció como voluntario para pelear. Goliat estaba horrorizado de que solo un muchacho respondiera a sus burlas, y maldijo a David.

      «David le respondió al filisteo:

      —Tú vienes contra mí con espada, lanza y jabalina, pero yo vengo contra ti en nombre del Señor de los Ejércitos Celestiales, el Dios de los ejércitos de Israel, a quien tú has desafiado. Hoy el Señor te conquistará, y yo te mataré y te cortaré la cabeza. Y luego daré los cadáveres de tus hombres a las aves y a los animales salvajes, ¡y todo el mundo sabrá que hay un Dios en Israel! Todos los que están aquí reunidos sabrán que el Señor rescata a su pueblo, pero no con espada ni con lanza. ¡Esta es la batalla del Señor, y los entregará a ustedes en nuestras manos!». (1 Samuel 17:45-47)

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