Название: Sé una mujer cuyo Dios es suficiente
Автор: Cynthia Heald
Издательство: Bookwire
Жанр: Религия: прочее
isbn: 9781646911059
isbn:
Hace años, mientras asistía a un banquete, comencé mi proceso de aprender «la lección más grande y sublime» de Hannah Whitall Smith. Mi esposo y yo estábamos sentados en una mesa para ocho personas. Un joven soltero quería conversar con Jack y preguntó si podía sentarse junto a él. Dos parejas, que se conocían, vinieron y llenaron nuestra mesa, solo quedó una silla vacía a mi lado. Después de las presentaciones y una pequeña conversación, se sirvió la ensalada y todos comenzaron a conversar, y yo comencé a comer sola. Después de un rato me cohibí y me centré en mí misma. Seguramente otras personas sentadas a nuestro alrededor notaron que nadie conversaba conmigo. Mientras más tiempo pasaba, más me imaginaba a las personas susurrando: «Ella debe ser antipática y aburrida». Me sentía sola y que llamaba la atención.
Mientras sentía lástima de mí misma, el Todopoderoso Creador del universo de forma abrupta y clara interrumpió mis pensamientos con este reto: «Cynthia, ¿soy suficiente para ti?». Aturdida, susurré con pena: «Oh, sí Señor, tú eres suficiente para mí». Estaba sorprendida, en primer lugar, por su participación evidente e íntima en mi circunstancia, y, en segundo lugar, por Su profunda interrogante. Entonces surgieron en mi corazón, de parte del Señor, estas preguntas inquietantes y agudas: «¿Entiendes que te amo con amor eterno? ¿Has entendido que nunca te dejaré ni te desampararé? ¿Sabes que soy el Primero y el Último? ¿Necesitas constantemente personas que te reafirmen tu valor? ¿No te das cuenta de que te compré con un alto precio y que eres preciosa a mis ojos? ¿Necesitas buscar satisfacción y validación en el mundo? ¿No es suficiente mi presencia, mi amor, mi gracia, mi propósito, mi conocimiento íntimo de ti?». Abrumada por esta santa confrontación, me senté en silencio. De manera increíble, pensé en el interrogatorio de Dios a Job y en la modesta respuesta de Job: «No soy nada, ¿cómo podría yo encontrar las respuestas? Me taparé la boca con la mano» (Job 40:4).
Así que, en medio de un bullicioso banquete —con ojos llorosos, y profundamente humillada, aunque en extremo bendecida por el Dios eterno—, cubrí mi boca y meramente asentí. Mi corazón rebosaba con el gozo y la paz que solo Dios puede dar, y supe de una manera nueva y fresca, que Dios, y solo Dios era suficiente.
Julian de Norwich (siglo XIV)
Reflexión y aplicación personal
Charles H. Brent comentó: «Ciertamente, pareciera que las verdades más profundas vienen solo en momentos de profundo silencio devocional y contemplación».13 Toma tiempo para estar quieta y prepara tu corazón para meditar y ora por tus respuestas a los siguientes pensamientos. (Tal vez desees tener un diario separado para registrar tus reflexiones en cada capítulo).
8. Revisa con atención este capítulo, toma nota de los versículos y las ideas clave que te impresionaron. Haz un breve resumen de lo que has aprendido en tu estudio.
9. ¿Cómo conocer a Dios como el Creador soberano te ayuda a creer que Él es suficiente? Incluye cualquier duda o impedimentos que tengas para aceptar la suficiencia de Dios.
10. Al examinar tus elecciones diarias, ¿en qué áreas te ves tentada a satisfacer tus propios deseos en lugar de descansar en la provisión de Dios?
11. ¿Estás de acuerdo con el criterio de Hannah Whitall Smith de que descubrir la suficiencia de Dios es la lección más grande y sublime que un cristiano debe aprender? ¿Por qué sí o por qué no?
12. ¿Cómo te ha ayudado este capítulo a percibir a Dios como dador misericordioso de todas las cosas?
13. ¿Cuál sería una forma tangible en que puedes comenzar a dejar que Dios sea suficiente para ti?
14. Al escribir a la iglesia en Éfeso, Pablo se sentía sobrecogido por la gracia y la bondad de Dios, y proclamó: «Cuando pienso en todo esto, caigo de rodillas y elevo una oración al Padre, el Creador de todo lo que existe en el cielo y en la tierra» (Efesios 3:14-15). Después de reflexionar en «todo esto», cierra este capítulo con una oración al Padre y Creador de todo, pídele que se revele a ti como el único Dios que da gratuitamente todas las cosas. Ruega que el Señor, en Su bondad, se dé a ti, y que tu corazón esté más y más alerta a Su deseo de «tener tu atención, de revelarse a ti, de comunicarse contigo». Ora para que seas una estudiante dispuesta, lista para aprender esta gran lección de que solo Él es suficiente. Agradécele por no escatimar ni a Su propio Hijo y por comprometerse a darte amablemente todo lo que necesitas.
D. Martyn Lloyd Jones
VERSÍCULO A MEMORIZAR: ROMANOS 8:32
CAPÍTULO 2
Dios, nuestro pastor todo suficiente
El Señor es mi pastor; tengo todo lo que necesito.
SALMO 23:1
Como el Señor es mi pastor, no me falta nada. Él satisface mis necesidades. Ese es el lugar al cual Dios nos quiere llevar. Él quiere que seamos independientemente dependientes de Él, que lo necesitemos solo a Él. En realidad, hay solo dos opciones en la vida. Si el Señor es mi pastor, entonces no tendré necesidad; pero si estoy en necesidad, entonces, es obvio que el Señor no es mi pastor.1
DAVID H. ROPER
Phillip Keller, un experimentado pastor, escribió en A Shepherd Looks at Psalm 23 [Un pastor analiza el Salmo 23]: «Es obvio que David, en este salmo, no habla como pastor, aunque él lo era, sino como una oveja, una del rebaño. Él habló con un fuerte sentido de orgullo, devoción y admiración. Es como si literalmente presumiera en voz alta: “¡Miren quién es mi pastor, mi dueño, mi jefe!”. ¡Es el Señor!».2 De hecho, podemos sentir orgullo y deleite al conocer que cuando el Señor es nuestro Pastor, Él se hace cargo de nuestras vidas. Él se involucra de forma personal con Sus ovejas, y se preocupa y provee según las necesidades de cada una en lo individual.
Cuando Abraham estaba a punto de sacrificar a su hijo Isaac en un altar, Dios intervino y proveyó un carnero como sustituto. La Biblia nos declara: «Abraham llamó a aquel lugar Yahveh-jireh (que significa “el Señor СКАЧАТЬ