Salto de tigre blanco. Gustavo Sainz
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Название: Salto de tigre blanco

Автор: Gustavo Sainz

Издательство: Bookwire

Жанр: Языкознание

Серия: Biblioteca Gustavo Sainz

isbn: 9786078312030

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СКАЧАТЬ de espaldas y en cuclillas y, en cuanto sentí que ella terminaba, eyaculé sobre su columna vertebral otra vez apoteósicamente. Me urgió a vestirme. Hablamos un buen rato en la sala de lo orgulloso que me siento a su lado, del sabor de su saliva, de sus pezones, de su piel. Le dije que por fin entendía los dibujos de Clovis Trouille, que pone rosas en el lugar de los senos y en el sexo de las mujeres. Salimos a la Galería Pecanins y en el camino discutimos sobre fidelidad. Ella se enoja, dice que todos los hombres somos igualmente infieles y que prefiere no querer a ninguno. Pero si el amor no es posesión. Quizás necesitamos otras experiencias para valorar mejor. Dicen que el matrimonio es eterno y que si hay divorcio o separación es que no era un verdadero matrimonio. En vez de divorcio debería decirse des-matrimonio… Pero la discusión se interrumpió. Nos encontramos a varios pintores y alternamos con ellos un rato, pero nos cansamos y nos despedimos pronto, y continuamos nuestra conversación con mayor brío. Opino que se puede ser fiel por un periodo de tiempo grande o chico, pero que hay quien dice que eso va contra la naturaleza. Pero Armonía se enrojece, se desespera, grita, gruñe, se enoja. Yo me río y hablo de estadísticas, de la historia de su papá, de la historia del mío, de su mamá y de mi mamá, de su hermana y mi hermano, de su primo y mi prima, de su mejor amiga, de mis compañeras de oficina. Ella no quiere ceder. Quiere fidelidad a ultranza, a prueba de fuego. Quizás te estás acusando porque nunca has sido fiel… Se sorprendió mucho. Quizás te reconoces como incapaz de ser fiel. Sólo me miraba, muda de pronto. Subimos al auto y ya en camino a su casa, en las afueras de la ciudad, nueva y más feroz discusión sobre lo mismo. Las utopías de la fidelidad. Y luego Armonía cayendo en un mutismo absoluto, y yo diciéndole que como tenía veinte años le perdonaba todo, pero que también estaba la alternativa de no perdonarla y mandarla al diablo… Empezó a llorar y yo encaminé el coche al estacionamiento de Plaza Satélite y apagué el motor. Le pedí un beso y la dejé llorar sobre mi pecho durante largo rato. Le dije que todo era a causa de sus sentimientos de culpa. Nuestro encuentro había sido excelente. Pleno de risas, interacciones, relajamientos, caricias, sonidos, sudores, supuestas perversiones, novedades, ritmos, contra ritmos, sobreexcitaciones y apoteosis.Luego ella quiso que nos vistiéramos y que saliésemos a toda carrera y una vez afuera empezó a discutir. Dijo que esa misma discusión la había tenido con todos sus amantes y que todos los hombres éramos iguales. Le dije que había unos que eran más iguales que otros y no reaccionó. Le dije que ella provocaba las discusiones para fortalecer su incertidumbre a nunca comprometerse, para establecer una distancia infranqueable, para alejarse. Se avergonzó de sus lágrimas y el berrinche. Caí con ella en la pendiente de sus confusiones adolescentes y trataba de ayudarla a flotar en sus incertidumbres. La fui a dejar hasta su casa y para distraerme durante los treinta y dos kilómetros de regreso, puse una cassette de Vicente Fernández y canté a moco tendido…

      Yo anoté que el profesor al hablar de los sueños eróticos puntualizó una gran diferencia. Por amor a la verdad se abrió camino entre los estadios más sombríos de la existencia, señalando las diferencias entre el sueño erótico verdadero y las fantasías oníricas o ensueños. En estas últimas la experiencia del tiempo es ortodoxa, lineal, con un presente que avanza sobre una recta en el espacio, de espaldas al pasado y con el devenir ante sí. En el sueño verdadero, al contrario, complejas narraciones se desarrollan en un instante, en un único confluir de planos compenetrados, y los significados se transmiten pronta y preverbalmente, de tal manera que su conversión en el significante, en palabras, es una falsificación. Estos sueños “ayudan a entender la subjetividad, por ejemplo, del amor, colocándonos vulgarmente hablando a una mujer bajo la piel de un instante, haciéndonos enamorar por un momento de una mujer inalcanzable, alcanzando un resultado que en la vida real requeriría años de mínimas adaptaciones sucesivas, hasta llegar al hábito” (Elémire Zolla 228). Con la misma rapidez con la que explota, la excitación desaparece, y tenemos entonces que nuestra amante nocturna vuelve a ser la inalcanzable de siempre. “Pero en este cambio se ha perdido algo preciosísimo, una deliciosa, tierna jocosidad, una velada añoranza, todo el encanto de un embarque hacia el placer”. Después de haber atisbado durante toda una vida los acontecimientos oníricos, el profesor concluyó: “Comprendan que solamente una percepción ordinaria atribuye todo al objeto, mientras que es en el espíritu donde toda cosa ocurre”.

      Yo siento que mis senos siempre han deslumbrado, fascinado y obsesionado a mis amantes. Freud dice que ello se debe a que su primer placer fue succionar los pechos de su madre. ¿Será verdad?

      Yo leí en The Kiss and Its History, del doctor Christopher Nyrop, que los lapones se bañan todos juntos, en completa desnudez, porque ven el beso como “algo indecente”.

      Yo creo que cada vez que pronunciamos la palabra fascinante nos estamos refiriendo al pene. En latín, un fascinum era la imagen de un pene erecto que la gente idolatraba, y que colgaba en la cocina o en el dormitorio, o bien llevaba al cuello como amuleto…

      Yo pasé la tarde con Primavera. Estuvimos en el Kineret tomando café. Primavera me cae muy bien. Un día leí que amamos en los demás aquello que reconocemos como propio… En mi caso es cierto. Primavera me cae perfecto porque tiene las mismas inquietudes que yo tengo (o he tenido). Puedo platicar con ella y sé que me entiende. O al menos trata… Trata de entender. Esto por ejemplo no me ocurre con Tormenta Tropical, mi amiga de toda la vida… Yo no la entiendo. Sus valores no son los míos. Su matrimonio me parece absurdo. Su familia me parece siniestra. Lo que desea hacer en la vida me parece tan, pero tan mediocre. Y la mediocridad es algo de lo que huyo despavorida. Me parece tan aterrador ser conformista… Por eso Alguno me maravilla y me sorprende. Es tan distinto. ¡Lo adoro! Esta tarde cuando le platicaba a Primavera mi dilema respecto a Ninguno o Alguno, advertí lo increíblemente tonta que soy… Mi elección estaba hecha. Quiero a Alguno. Mi dulce y querido amigo… No puedo recordarlo sin pensar en su dulzura y su infinita comprensión para conmigo. ¿Cómo puedo compararlo siquiera con Ninguno? Aún tengo mucho miedo pero ya no me importa. Si lo que deseo es huir de la mediocridad, lo que estaba haciendo respecto al amor era exactamente ser mediocre. Esta palabra tiene una connotación para mí: me parece algo tan nefasto como si ni siquiera se pudiera ser malo, absolutamente malo en un aspecto, ni bueno, totalmente bueno. Se es tan incapaz de definirse en algo, sea lo que sea, que vive uno en la medianía… ¡Lo detesto! Y es a lo que yo me encaminaba. Prefería una relación conformista a ser defraudada… Ahora no me importa. Quiero entregarme. Quiero amar a Alguno con todas mis fuerzas. Alguno… Me asusté tanto esta mañana cuando me dijo que el lunes que nos vimos escribió en su Diario que lo nuestro estaba empezando a desmoronarse. ¡Y todo por causa mía! Por ser tan estúpida de no advertir lo que verdaderamente me importa. Esta incapacidad de ver (por eso soy miope, sin duda) me llevó a cometer todo esto: después de ver a Ninguno me sentía tan desconcertada que no quería saber absolutamente nada de Alguno. No quería volverlo a ver, y al mismo tiempo lo desaba desesperadamente. Pero ocurría que yo pensaba que a quien en verdad amaba era a Ninguno… Entonces decidí ver a Alguno, pero no hacer el amor con él. Simplemente no quería. Me aterraba la sola idea de desnudarme y verlo desnudo. Establecí una distancia entre él y yo. Distancia que él desde luego notó. Me despedí rápidamente y huí de su lado. Me negué a verlo al día siguiente. Necesitaba tiempo. Necesitaba pensar…Todo esto ocurría sin que yo le mencionara siquiera que había visto a Ninguno. Bueno, pero cuando llegué a mi casa decidí llamarlo, llamarlo y decirle que yo era una tonta, que lo quiero, que… Lo llamé y no estaba. Lo llamé la noche siguiente. Tenía miedo. Tal vez me mandaría al diablo… Sin duda yo me había portado muy mal… En lugar de eso me encuentro con un Alguno muy dulce… Lo amé… Era justo lo que yo necesitaba, dulzura. Quedamos de vernos hoy… Cuando llegué a su casa en la mañana y lo abracé, la calma volvió a mi espíritu. Aún no lo perdía, aún estaba a mi lado… Pero todavía dudaba al pensar en Ninguno. Temía equivocarme. Pero esta tarde al platicarle a Primavera todo quedó claro. Si pensaba en Ninguno todo era triste y oscuro. Si pensaba en Alguno todo era chispas, alentador, alegre, positivo, dulce, claro. ¿A quién amo? A Alguno… Alguno, sólo pienso en el momento en que por fin te lo diga: te quiero. Te quiero mucho…

      Yo fui de las primeras en llegar a la fiesta de la oficina. Todos trajeron bebidas y bocadillos y empezamos СКАЧАТЬ