Cleopatra. Harold Bloom
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Название: Cleopatra

Автор: Harold Bloom

Издательство: Bookwire

Жанр: Языкознание

Серия: Personajes de Shakespeare

isbn: 9788412263060

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СКАЧАТЬ y Cleopatra empieza con Filón, uno de los oficiales de Antonio, que se queja a otro del insensato enamoramiento de su jefe:

      Sí, pero este loco amor de nuestro general

      desborda el límite. Esos ojos risueños,

      que sobre filas guerreras llameaban

      como Marte acorazado, dirigen

      el servicio y devoción de su mirar

      hacia una tez morena. Su aguerrido pecho,

      que en la furia del combate reventaba

      las hebillas de su cota, reniega de su temple

      y es ahora el fuelle y abanico

      que enfría los ardores de una egipcia.

      Clarines. Entran Antonio, Cleopatra con sus damas, el séquito y eunucos abanicándola.

      Mira, ahí vienen. Presta atención y verás

      al tercer pilar del mundo transformado

      en juguete de una golfa. Fíjate bien.

      (acto 1, escena 1)

      Todo en esta gran obra «desborda el límite». Sube el Nilo, inunda sus orillas, trae abundancia a la tierra egipcia. Las gigantescas personalidades de Antonio y Cleopatra rompen todos los límites:

       Cleopatra

      Si de veras es amor, dime cuánto.

       Antonio

      Mezquino es el amor que se calcula.

       Cleopatra

      Mediré la distancia de tu amor.

       Antonio

      Entonces busca cielo nuevo y tierra nueva.

      Coqueteando, Cleopatra provoca a Antonio amenazándolo con fijar una frontera a su pasión. En el tono del Apocalipsis, Antonio se jacta de que la encantadora a la que llama «mi serpiente del Nilo» tendrá que descubrir un nuevo cielo y una nueva tierra. Negándose a atender a los emisarios de Roma, exclama:

      ¡Disuélvase Roma en el Tíber y caiga

      el ancho arco del imperio! Mi sitio es éste.

      Los reinos son barro, y la tierra con su estiércol

      mantiene a bestias y a hombres. Lo grandioso

      de la vida es hacer esto, cuando una pareja

      tan unida puede hacerlo. Por lo cual,

      ¡bajo castigo reconozca el mundo entero

      que somos inigualables!

      Podríamos llamar a esto la epifanía de su pasión y de su orgullo. Antonio lo dice y no lo dice en serio. Él ambiciona Roma y Egipto. Quiere el mundo entero. La grandeza de su historia culmina en el fiero abrazo con Cleopatra. Explícitamente, celebra la fusión sexual de sí mismo como Hércules y de Cleopatra como Isis. Ambos forman una pareja inigualable sobre la cual el mundo debe emitir veredicto de unicidad.

      El orgullo por su proeza compartida –política, militar, erótica– es uno de los grandes ingredientes de su gloria. Este orgullo es semejante al gozo de Falstaff en su lenguaje y a la confianza de Hamlet en el alcance de su consciencia.

      Podría decirse que el mundo es la tercera mayor personalidad de Antonio y Cleopatra. Octavio César, el futuro Augusto y primer emperador, palidece en presencia de Cleopatra, su Antonio y el ancho mundo. Octavio destruirá a Cleopatra y a Antonio y se convertirá en el señor universal que imponga una paz romana. Y sin embargo, tanto él como el mundo se convierten en público de los amantes imperiales que acaparan la escena y se la apropian.

       Cleopatra

      ¡Admirable engaño!

      ¿Se ha casado con Fulvia y no la quiere?

      No soy la boba que parezco, y Antonio

      no va a cambiar.

       Antonio

      ...si no lo excita Cleopatra.

      Por amor del Amor y sus tiernas horas,

      no perdamos el tiempo con disputas.

      Que no corra un minuto más de vida

      sin algún placer. ¿Qué diversión hay esta noche?

       Cleopatra

      Atiende a los embajadores.

       Antonio

      ¡Quita allá, discutidora!

      A ti todo te cuadra: reñir, reír,

      llorar; en ti toda emoción

      pugna por hacerse bella y admirada.

      ¡Nada de mensajeros! Los dos solos

      pasearemos esta noche por las calles

      observando a las gentes. ¡Vamos, reina mía!

      Anoche lo deseabas. [Al mensajero] ¡No me hables!

      Burlándose de su amante, Cleopatra le recuerda su agresiva esposa, a la que él no quiere. Se encoge de hombros y dice que prefiere creerle cuando él sólo habla de placeres, aunque ella sabe lo que hay. La insensata respuesta de Antonio depende de la rica palabra «excita», en la que se combinan la excitación sexual, la locura y el estímulo para las nobles hazañas. «A ti todo te cuadra: reñir, reír, / llorar». Cuadrarle todo esto suena como si se nos recordase el flujo y reflujo de Cleopatra, como su Nilo. Antonio opta por la prolongación de los placeres, incitado por presagios de un final próximo. Hábilmente, Cleopatra evita a Antonio y le exige que escuche a los embajadores.

      Hay aquí una huida hacia la brillante destrucción cuando Antonio admira la pasión de su Isis. Inconscientemente, habla como Osiris, ciego a su propia dispersión y hechizado por una diosa cuyas lágrimas y risas realzan su belleza por igual.

      Flujo y reflujo, el ritmo del río del tiempo, pronto hacen que el romano Antonio oiga la resonancia de lo opuesto:

       Enobarbo

      ¡Chss...! Aquí viene Antonio.

      [Entra Cleopatra.]

       Carmia

      Él no, la reina.

       Cleopatra

      ¿Habéis СКАЧАТЬ