Fe, pobreza y desarrollo. Bryant Myers
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Название: Fe, pobreza y desarrollo

Автор: Bryant Myers

Издательство: Bookwire

Жанр: Религия: прочее

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isbn: 9781951539030

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СКАЧАТЬ el crecimiento económico y la buena gobernanza. Dado que muchas de las políticas comerciales actuales del mundo desarrollado impiden a los países del sur ganar acceso a los mercados del norte, especialmente en el caso de los productos agrícolas, Collier señala que se necesita un cambio en las políticas comerciales del norte para que los países locales puedan conectarse y beneficiarse con los mercados internacionales (2007:157-58). Su segunda propuesta señala que se necesitan leyes y estatutos que motiven la transparencia y desincentiven la corrupción, y establece que se requieren cartas internacionales o reglas para transparencia presupuestaria, manejo de situaciones posconflicto e inversión internacional (2007:135-36).

      La última propuesta es la más sorprendente en términos de asistencia de desarrollo. Cuando el conflicto es una barrera endémica para el desarrollo, Collier se pregunta si la intervención militar o policial puede ser una medida de desarrollo necesaria, para crear la seguridad que se requiere para permitir que los otros elementos de esta propuesta de desarrollo sean efectivos (2007:124-25). Obviamente,esta sugerencia inusual no ha sido bienvenida en los campos de estudio y práctica de desarrollo. Pero no está claro qué más puede ayudar con el problema al cual Collier ha llamado nuestra atención tan acertadamente.

      Más recientemente, Abhijit Banerjee y Esther Duflo, codirectores del Laboratorio de Acción de la Pobreza Jameel del MIT (J-PAL), ofrecieron una nueva perspectiva para entender la pobreza y el desarrollo. Al evitar teorías —grandes y pequeñas—de lo que causa pobreza y las estrategias correspondientes para erradicarla por ser demasiado simplistas, optimistas einsuficientemente basadas en hechos, Banerjee y Duflo cambian su enfoque de los pobres en un lugar en particular y preguntan: asumiendo que los pobres saben lo qué están haciendo y tienen una razón para actuar de la manera que lo hacen, ¿qué tipo de investigación nos ayudaría a entender sus acciones y aspiraciones? “Para progresar, tenemos que abandonar el hábito de reducir los pobres a personajes de caricatura y tomarnos el tiempo para realmente entender sus vidas, en toda su complejidad y riqueza” (2011:viii).

      Al realizar una amplia investigación de base en más de 18 países en comunidades pobres en donde se está llevando a cabo programación de desarrollo, los hallazgos de Banerjee y Duflo están desmantelando toda una serie de creencias comunes que impulsan la programación de desarrollo con base en supuestos simplistas de lo que un programa puede hacer por los pobres o hacer que los pobres hagan. Ambos ponen en duda la idea de que existen respuestas simples, como mosquiteros, inmunizaciones o educar a las madres para que traten su agua con cloro como solución a la complejidad de brindar una efectiva atención de salud a los pobres. Ellos muestran que mientras los microcréditos cubren una necesidad financiera de los pobres, manejar el riesgo con seguros y establecer una manera segura de ahorrar son igualmente importantes(Banerjee y Duflo, 2011:41-42;133-134;183-184). Además, la idea de que más de mil millones de personas pobres sean emprendedoras y que, por ende, la solución a la pobreza seael suministro de microcréditos es cuestionada por dos razones. Primero, la mayoría de los pobres que manejan sus propias fincas y empresas lo hacen así porque no tienen otra opción: la investigación sugiere que muchos evitarían esta vida de riesgos y retos si pudieran (ibid., 205-206), justo como la mayoría de nosotros escogeríamos hacer en Occidente. Segundo, no hay pruebas convincentes que muestren que lasmicroempresasse desarrollan en pequeñas empresas, lo cual es la clave para proporcionar trabajos para quienes no son emprendedores (ibid., 157-58).

      En otro ejemplo interesante, Banerjee y Duflo brindan información empírica que sugiere que no es cierto que haya una trampa nutricional que mantiene a los pobres desnutridos y débiles y, por ende, incapaces de trabajar, lo cual se traduce en no poder ganar suficiente dinero para resolver el problema nutricional (ibid., 19). La solución asumida para esta trampa es incrementar los ingresos de los grupos familiares pobres. La investigación muestra que cuando los pobres reciben ingresos adicionales, el dinero extra se gasta en festivales, televisión, emergencias médicas, alcohol, tabaco y alimentos más sabrosos pero no más nutritivos. Parece ser que “la necesidad humana básica de una vida placentera puede explicar por qué el gasto en comida está ‘disminuyendo’ en muchos hogares pobres” (ibid., 37). Para no criticar a los pobres por esas malas decisiones, nos recuerdan que nosotros en Occidente, a menudo tomamos decisiones inesperadas y aparentemente irracionales cuando llega el momento de gastar nuestro dinero en alimentos y otras cosas. “Nuestras opciones de gasto no son siempre consistentes con lo que sabemos es mejor para nosotros, ¿por qué esperamos que los pobres sean diferentes?” (ibid., 68).

      Debido a este comportamiento impredecible de parte de la mayoría de humanos en términos de qué es mejor para su futuro y tomando en cuenta el hecho de que existe un límite sustancial de lo que un extranjero puede saber sobre un contexto específico, Banerjee y Duflo nos instan a evitar diagnósticos simplistas y sus correspondientes programas de desarrollo de respuestas únicas. En su lugar, ellos han adaptado la idea de ensayos de control aleatorios —un enfoque muy comúnmente utilizado para probar nuevos fármacos—y lo han aplicado para desarrollo de planes de programa. Por ejemplo, en un área de la India con tasas de inmunización muy bajas a pesar de que existe inmunización gratuita en los puestos de salud del gobierno, los pueblos de la zona se dividieron en tres grupos. El primer grupo comprendía pueblos que no recibían intervención de programa; eran el grupo de control. El segundo grupo de pueblos se convirtió en el sitio de una feria mensual de saluden donde trabajadores de salud del gobierno dieron inmunizaciones gratuitas.El tercer grupo de pueblos también fue visitado por la feria mensual de salud, pero, además, a las madres se les daba un kilogramo de dal (frijoles) y un juego de platos de metal cuando los niños completaban su serie de inmunizaciones. Con base en los resultados empíricos, la tercera opción resultó ser la más efectiva. Este es un ejemplo de aprender el camino al futuro —algo de lo que hablaremos en los capítulos ochoy nueve—y que hace eco de la preocupación de Easterly por la importancia de un monitoreo y evaluación basados en la evidencia.

      Banerjee y Duflo concluyen con una advertencia que es una corrección útil para muchas de las teorías que exploramos en este libro:

      Si resistimos el tipo de pensamiento perezoso y formulista que reduce cada problema al mismo conjunto de principios generales; si escuchamos a los pobres y nos forzamos a entender la lógica de sus decisiones; si aceptamos la posibilidad del error y supeditamos cada idea, incluyendo las aparentemente de mayor sentido común, a una evaluación empírica rigurosa, entonces estaremos listos no solo para construir una caja de herramientas de políticas efectivas, sino también para entender mejor por qué los pobres viven de la manera que lo hacen (2011: 272).

      Con la necesaria y apropiada desestimación de la versión original de la teoría de modernización y su tesis de que las culturas tradicionales son culturas de pobreza, mientras que las culturas occidentales modernas no lo son, se volvió inapropiado discutir de cultura y desarrollo por un buen tiempo. Harrison, ex director de la oficina de USAID y ahora director del Instituto Culture Change de la Escuela Fletcher de la Universidad de Tufts, resucitó la idea de que cultura y pobreza pueden tener conexiones que se deben tomar en serio. Su principal trabajo, Underdevelopment Is a State of Mind (El subdesarrollo es un estado mental, 1985), usó estudios de caso de América Latina para respaldar su afirmación de que la cultura ha sido un obstáculo para el desarrollo económico de la región.

      En un volumen editado del simposio “Valores Culturales y Progreso Humano” de la Universidad de Harvard, de 1999, la pregunta de la cultura y el desarrollo se planteó de esta manera: “Si la cultura es importante y las personas han estudiado cultura por un siglo o más, entonces, ¿por qué no tenemos teorías bien desarrolladas, lineamientos prácticos y vínculos profesionales cerrados entre quienes estudian cultura y quienes hacen y manejan políticas de desarrollo?” (Harrison y Huntington, 2000:xvi). Mientras la idea de conectar la cultura y la pobreza aún pone muy nerviosas a algunas personas, esta pregunta es importante. Dejando por un momento de lado los puntos de vista particulares de Harrison sobre cultura y desarrollo, la idea de que la antropología pueda СКАЧАТЬ