Название: Pinceladas del amor divino
Автор: Erna Alvarado Poblete
Издательство: Bookwire
Жанр: Документальная литература
Серия: Lecturas devocionales
isbn: 9789877982817
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Mucho se habla hoy de la “liberación femenina”, insinuando con ello que siempre hemos vivido en opresión, sin auténtica libertad. Esta forma de pensar puede resultar fascinante, si no tenemos cuidado. Por supuesto que, de acuerdo a la voluntad de Dios, debemos pensar, actuar y vivir en libertad. La felicidad de la vida se encuentra a través de la autodeterminación para ser lo que deseo ser. Pero la mujer libre no desestima lo masculino; al contrario, lo aprecia y lo necesita. Tampoco es libre al atribuirse los roles masculinos. La libertad se encuentra en la concordia, el respeto mutuo y el rescate de nuestra esencia personal. La libertad se origina en el ser interno, y permite obrar según la propia voluntad puesta en sujeción a la voluntad de Dios.
Dios te hizo libre y desea verte libre; pero con la verdadera libertad. Levanta la cabeza y sacúdete las cadenas del miedo. No permitas que un sentido infundado de incapacidad te gobierne. En la Escritura leemos: “Conocerán la ver dad, y la verdad los hará libres” (Juan 8:32). Busca tu libertad en la verdad.
El desenfreno, los placeres ilícitos y el desprecio por las normas no te harán libre; solo lograrán encadenarte a la culpa, al desprecio por ti misma y a no comprender el significado de tu existencia. Confía en tu Creador y cumple sus propósitos en tu vida. Pregúntale en oración: ¿quién soy?, ¿a dónde voy? y ¿cuáles son los planes que tienes para mí? Es así como tu rumbo en la senda de la vida te llevará en libertad al cumplimiento de la promesa: “Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha y te dice: ‘No temas, yo te ayudo’ ” (Isa. 41:13, RVR 95).
23 de enero
¿Quieres ser libre? Ámate
“Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno” (Rom. 12:3, RVR 95).
Algunos piensan que amarse a uno mismo es de egoístas; otros aseguran que el amor a los demás es una extensión del amor que tengamos por nosotros mismos. Yo opto por citar a Jesús: “Ama a tu prójimo como a ti mismo” (Mat. 22:39). Puedo entender que el parámetro de comparación tiene que ver con el concepto que tengo de mí misma; es decir, podré amar a los demás cuando tenga aprecio y amor por mí.
Lo que falta definir con precisión es qué significa el amor propio, y cómo se sustenta y se manifiesta en la vida de las hijas de Dios. Quien desprecia algún aspecto de su vida será incapaz de apreciar y aceptar a los demás en su totalidad.
El amor a una misma implica un reconocimiento de las cualidades personales, de las fortalezas y debilidades, y una aceptación humilde de la disciplina de Dios y del consejo del otro hasta alcanzar la madurez. Recordemos que nuestro valor fue estimado en la cruz del Calvario. Si Dios te amó tanto, tú debes amarte también; lo contrario sería ingratitud.
Muchas mujeres desearían haber nacido hombres. Muchas se desgastan intentando parecerse a otras, o tratando de cambiar lo que son. Todo esto es in fructuoso y conduce a la insatisfacción personal. Nadie es más ni menos importante ante nuestro Creador. Amiga, si has caído en la trampa de la autocompasión, sal a la luz de Dios y toma la senda de la renovación personal. Trabaja contigo y para ti, con la ayuda de Dios. Toma en cuenta que:
Las diferencias nos hacen únicas y especiales.
Apreciar lo que eres te dará estabilidad emocional, y desarrollarás mejores relaciones con los demás.
Concéntrate más en tus aciertos que en tus errores.
Siéntete cómoda con lo que eres y con lo que tienes.
No busques siempre la aprobación de los demás; busca la aprobación de Dios.
No eres perfecta, pero hay mucho en ti que es un tesoro; descúbrelo. Tener una opinión pobre de ti no es modestia, es autodestrucción. Tener una adecuada apreciación de lo que eres no es egoísta, es algo que necesitas para amar a los demás.
24 de enero
No necesitas parecerte a nadie
“No me avergüenzo de ello, porque yo sé en quién he puesto mi confianza; y estoy seguro de que él tiene poder para guardar hasta aquel día lo que me ha encomendado” (2 Tim. 1:12).
La búsqueda de la originalidad es el desafío de muchas; ser original es tener ideas diferentes, hacer las cosas y expresarse de manera distinta. Sin embargo, lo que hacemos a veces desmiente lo que buscamos. Basta pararse en cualquier paso peatonal para darse cuenta de que la mayoría de las personas vestimos muy similar. La originalidad se acaba cuando una moda se impone. El problema surge cuando renunciamos a nuestros valores y creencias para conseguir aprobación.
La fuerza más poderosa a vencer para los que quieren ser originales es la presión social. Es una fuerza que arrastra a asumir ideas y modos de ser, pasando por encima de la originalidad que buscamos. Es inevitable que el grupo de amigos ejerza influencia en lo que somos y se convierta en un factor determinante en nuestra forma de ser y pensar, aun sin que lo percibamos. Todos tenemos necesidad de aceptación, y de ser estimados y tomados en cuenta. Cuando esta necesidad no es satisfecha, podemos caer en la negación de lo que realmente somos, poniendo en peligro la dignidad y el libre albedrío, dos derechos dados a toda criatura por creación.
Posiblemente pienses: “La vida, las circunstancias, las costumbres, los modos de hacer las cosas cambian”; sin embargo, la Biblia dice: “La hierba se seca y la flor se marchita, pero la Palabra de nuestro Dios permanece para siempre” (Isa. 40:8). Los dichos de Dios son eternos y tienen como única razón de ser preservarte para la eternidad. Los “no” de Dios no son arbitrarios, mucho menos punitivos; son la salvaguarda de la vida humana. Sin ellos, estaríamos a la deriva.
Caminar por la vida con un “así dice Jehová” te pone a salvo, te brinda la seguridad de ir por el rumbo correcto. Puedes adaptar tu peinado y tu vestido a la moda, pero sin tirar por la borda lo bueno y lo santo que Dios puso en ti. Antes de aceptar propuestas ajenas, revisa tus creencias, confía en ti misma y en Dios, y sé capaz de rechazar los intentos de los demás para que hagas lo que consideras incorrecto. No desoigas la voz del Espíritu Santo, que siempre te advierte cuando estás en zona de peligro.
25 de enero
Tus sueños pueden ser los sueños de Dios
“Yo sé los planes que tengo para ustedes, planes para su bienestar y no para su mal, a fin de darles un futuro lleno de esperanza” (Jer. 29:11).
Son muchas las que piensan que las condiciones limitantes de la vida son obstáculos infranqueables. Consideran que nacieron con todo en contra y lo que les toca es resignarse. Se acostumbran a vivir en la zona de confort de su desgracia, desconociendo que Dios las creó con capacidades infinitas para darle la vuelta a ciertas adversidades. El derrotismo acumulado debilita el sentido de autorrealización; impide el crecimiento y el desarrollo personal; no nos permite vernos como “hijas СКАЧАТЬ