Название: El sendero de la meditación
Автор: Osho
Издательство: Bookwire
Жанр: Сделай Сам
isbn: 9786074573985
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Mientras más añores la divinidad, mayor será la posibilidad de que la semilla que está escondida en tu corazón crezca; ésta brotará y llegará a ser lo divino; ésta abrirá y florecerá.
Si alguna vez has pensado en experimentar lo divino, si alguna vez has experimentado el deseo de silencio, de la verdad, entonces sabes que la semilla que mora dentro de ti está anhelando brotar. Esto significa que alguna sed escondida dentro de ti quiere ser satisfecha. Trata de entender que una importante lucha está tomando lugar dentro de ti; tendrás que ayudar y apoyar esta lucha. Tendrás que apoyarla, porque no es suficiente con que la semilla haya brotado: también se requiere mayor alimento del medio ambiente. Y aun si la semilla ha brotado, no significa que también florecerá. Para ello se necesita mucho más.
De muchas semillas dispersas en la tierra, sólo unas cuantas se convertirán en árbol. Existe esta posibilidad en todas ellas: todas ellas podrían brotar y crecer hasta convertirse en árboles, y cada una podría a su vez producir muchas semillas más. Una pequeña semilla tiene el poder, la posibilidad, de crear todo un bosque; ella encierra en sí misma la posibilidad de cubrir la Tierra entera con árboles. Pero también es posible que la semilla con este inmenso poder y potencial sea destruida y que nada salga de ella.
Y ésta es sólo la capacidad de una semilla; un hombre es capaz de mucho más que esto. Una semilla puede crear algo inmenso... Si una pequeña piedra puede ser usada para crear una explosión atómica... inmensa energía puede ser producida fuera de ella. Cuando alguien experimenta la fusión dentro de su ser, dentro de su conciencia, este florecimiento, esta explosión, la energía y la luz, son la experiencia de lo divino. Nosotros no experimentamos afuera la divinidad. La energía que nosotros producimos a través de esta explosión de la conciencia, este crecimiento, el florecimiento de nuestro ser, esta energía, por sí, misma es la divinidad. Y tú tienes sed de esta energía; es por eso que te doy la bienvenida.
Pero no necesariamente has venido hasta aquí porque tienes esta sed. Es posible que estés aquí como un mero espectador. Es posible que estés aquí por una vaga curiosidad. Pero las puertas no pueden ser abiertas por medio de una curiosidad vana, y ningún secreto será revelado a los meros espectadores. En la vida se tiene que pagar por cada cosa recibida, y mucho tiene que ser sacrificado.
La otra tarde le decía a alguien que si estás cerca de un oasis y te mueres de sed, si tu sed es intensa y sientes que podrías morir pronto si no encuentras agua, y si en ese momento alguien te la ofrece, pero con la advertencia de que después de haberla bebido, morirás, que el precio por el agua será tu vida, aun así, tendrás la buena voluntad de aceptar esta condición. Cuando la muerte es una certeza, entonces, ¿por qué no morir con tu sed apagada?
Si llevas este intenso anhelo y esperanza en tu interior, entonces, bajo esta tremenda presión, la semilla que hay en ti abrirá y comenzará a crecer. La semilla no brotará por sí sola; necesita ciertas condiciones. Necesita mucho empuje, mucho ardor, para romper su dura cubierta, y el delicado brote interior, para crecer. Cada uno de nosotros tiene esta dura cubierta, y si queremos salir de ella, no lo lograremos con la simple curiosidad. Así que recuerda esto: si estás aquí por simple curiosidad, te quedarás con tu curiosidad, y nada se podrá hacer para ayudarte. Y si estás aquí como mero espectador, te quedarás sólo como uno de ellos, y nada podrá hacerse por ti.
Así que es necesario que cada uno eche un vistazo en su interior y mire si tiene o no el auténtico anhelo de la divinidad. Cada uno de ustedes deberá hacerse esta pregunta: “¿Quiero conocer la verdad?”. Sean muy claros en si su sed por la divinidad es auténtica, si sienten añoranza por la verdad, por el silencio, por la felicidad. Si no, entonces comprendan que todo lo que hagan aquí no tendrá significado, será un sinsentido, no tendrá propósito. Si su exiguo esfuerzo no da ningún fruto, la meditación no será la responsable; ustedes serán los responsables.
Así que, para comenzar, es necesario que rastreen a un auténtico buscador en su interior. Y sean claros acerca de esto: ¿de veras buscan algo? Y si lo hacen, entonces, éste es el camino para encontrarlo.
* * *
Hace tiempo, Buda visitó una aldea. Un hombre le preguntó: —Todos los días dices que cada uno de nosotros puede convertirse en un iluminado. Entonces, ¿por qué no todos nos convertimos en iluminados?
—Mi amigo —respondió Buda—, haz esto: por la tarde crea una lista con toda la gente que vive en esta aldea y escribe sus deseos al lado de sus nombres.
El hombre fue a la aldea y le preguntó sus deseos a cada habitante. Era una aldea pequeña, con poca gente; así que ellos le dieron sus respuestas. El hombre volvió por la tarde y le entregó la lista a Buda, quien preguntó:
—¿Cuántas de estas personas buscan la iluminación?
El hombre se sorprendió, porque ni una sola persona había escrito que quería la iluminación. Y Buda dijo:
—Dije que todo hombre es capaz de alcanzar la iluminación, no dije que todo hombre quiere la iluminación.
*
Que cada hombre sea capaz de ser un iluminado es muy diferente a que cada hombre quiera ser un iluminado. Si lo quieres, entonces considera que es posible. Si tu búsqueda es por la verdad, no habrá poder sobre la tierra que pueda detenerte. Pero si no anhelas la verdad, entonces tampoco habrá poder que pueda dártela.
Así que primero necesitas preguntar si tu sed es real. Si es así, entonces, está seguro de que el sendero está disponible. Si no, entonces no hay sendero: tu sed será tu sendero a la verdad.
La segunda cosa que me gustaría decir, a propósito de una introducción, es que a menudo tienes sed de algo, pero no tienes fe en que obtendrás lo que deseas. Tienes un deseo, pero no eres optimista acerca de él. Hay un deseo, pero con un sentido de desesperanza.
Ahora, si el primer paso es dado con optimismo, entonces, el último paso será dado con optimismo. Esto también debe ser entendido: si el primer paso es dado sin optimismo, entonces, el último paso será dado con desesperación. Si quieres que el último paso sea satisfactorio y exitoso, el primer paso debe darse con optimismo.
Estoy diciendo que, durante estos tres días —y lo seguiré diciendo mientras viva—, debes tener una verdadera actitud optimista. ¿Te has dado cuenta de que la distancia en que se encuentra tu estado de conciencia depende de si tus actos están animados por una actitud positiva o por una negativa? Si eres pesimista al comenzar, es como si estuvieras sentado en la rama de un árbol y al mismo tiempo la estuvieras cortando.
Lo que estoy diciéndote es que ser abierto es muy importante en esta búsqueda. Ser optimista significa que sientes que si ha habido una sola persona en la tierra que haya entendido la verdad, si ha existido una sola persona en la historia de la humanidad que haya experimentado la felicidad divina y la paz, entonces no hay razón por la que tú no puedas experimentarlas también.
No mires a los millones de personas cuyas vidas están llenas de oscuridad, a aquellos cuyas esperanzas jamás han visto la luz del día; mira a la gente que a lo largo de la historia ha experimentado la verdad. No mires las semillas que nunca crecieron ni se convirtieron en árboles, que fueron malgastadas: mira a aquellas pocas que fueron exitosas y experimentaron la divinidad. Y recuerda: lo que fue posible para aquellas semillas es posible para todas las semillas. Lo que un hombre puede experimentar, todos los hombres pueden también experimentarlo.
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