Название: E-Pack HQN Victoria Dahl 1
Автор: Victoria Dahl
Издательство: Bookwire
Жанр: Языкознание
Серия: Pack
isbn: 9788413756462
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—Molly, yo…
Ben no estaba muy seguro de lo que iba a decir, pero fuera lo que fuera, se quedó sin palabras cuando ella se arrojó a sus brazos. Tuvo que poner un pie atrás para poder conservar el equilibrio, y entonces, ella lo abrazó con las piernas, y él no tuvo más remedio que sujetarla por el trasero. Y entonces, Molly le estaba besando la boca, la mandíbula y el cuello, cosa que lo distrajo mucho.
—Oh, Ben… —le susurró Molly al oído—. Sé que debes de odiarme, pero no me importa. Eres mi héroe —dijo. Le lamió el pulso del cuello, y se lo aceleró.
—Eh… ¿Qué…? —preguntó él. Sin embargo, ella había metido las manos por debajo de su camisa y le estaba acariciando la espalda desnuda, clavándole las uñas y…—. Espera.
—Eres increíble. Un milagro. Debería haberme dado cuenta…
—Molly —dijo él, carraspeando—. Molly, ¿por qué ha venido el sargento hasta aquí?
Ella le mordió el hombro y lo estrechó entre sus piernas.
—A destrozarme la vida.
—¿Cómo?
Ben la soltó de repente, pero ella se sujetó con las piernas, y sus caderas descendieron hasta quedar justo a la altura de la entrepierna de él.
—¡Ah! Un segundo. Esta vez no vas a distraerme.
—No te preocupes. Esto solo nos llevará un minuto.
Él la tomó por la cintura y la bajó al suelo.
—¿Podrías dejar de hacer bromas un instante, y ponerte seria?
Aquello le bajó el ánimo a Molly. Bajó las piernas al suelo, se cruzó de brazos y lo miró fulminantemente, olvidando todo eso de la adoración y del héroe.
—Dime exactamente qué quieres decir con eso de que Cameron te está destrozando la vida.
Ella se encogió de hombros, como si fuera una adolescente rebelde.
—Me ha estado acosando.
—¿Cómo? ¿Que te ha estado acosando? No, eso no puede ser, porque tú me habrías hablado de él cuando alguien comenzó a entrar en tu casa.
—No fue él.
Ben tuvo ganas de estrangularla. Tomó aire y lo exhaló lentamente en un intento de calmarse.
—Por favor. Por favor, dime algo que tenga sentido. Te lo pido por favor.
—¡No fue él! Nunca hizo nada parecido en Denver, y además, el motivo por el que yo le he llamado un par de veces es que quería saber dónde estaba. No pudo ser él. La mañana en que entraron en casa, él estaba en su escritorio, en Denver.
—Demonios, ¿estás segura? Entonces, ¿a qué te refieres con que te ha acosado? Sabía que tenía que haber arrestado a ese desgraciado solo por ser tan hortera.
—¿Cameron te parece hortera? —preguntó ella, y se echó a reír—. Dios, Ben, creo que te quiero.
El aire escapó de los pulmones de Ben a la misma velocidad que su piel palidecía.
—Quiero decir… ya sabes —balbuceó ella—. No me refería a querer querer. Yo solo quería decir…
Ben asintió. Parecía que quería salir de aquel atolladero tanto como ella.
—Te entiendo.
—Lo que pasa es que todo el mundo adora a Cameron. Lo aman. Tiene ese poder… Yo ni siquiera sé si me gustó alguna vez; creo que solo me abdujo. Hasta que una mañana me desperté y me di cuenta de que estaba muy contenta de que él no se hubiera quedado a pasar la noche conmigo. No quería tener que verlo. Pero cada vez que intentaba romper con él… me convencía para que no lo hiciera.
—Pero rompiste.
—¡Por fin lo conseguí! Hasta que empecé a informarme sobre su trabajo y me di cuenta de que me estaba manipulando constantemente. De que me convencía para que hiciera lo que él quería.
—Te manejaba —añadió él, pensando en que el sargento Kasten había intentado crear la ilusión de una amistad instantánea con él.
—¡Exactamente! Me manejaba. Era como si fuera una práctica para su trabajo, como si fuera un medio de mantener al máximo sus capacidades. Cuando él se dio cuenta de que yo ya había terminado con él… No sé. Necesita saber que tiene siempre el control de todo. Por eso adora su trabajo. Y no soportaba el hecho de que yo ya no fuera su marioneta.
Ben ya no estaba enfadado, pero estaba empezando a sentir mucha ansiedad.
—¿Y qué hizo?
Ella se dejó caer en una de las sillas de la cocina y apoyó la barbilla en la palma de la mano.
—Empezó poco a poco. De repente, aparecía en los sitios que yo frecuentaba. En el bar de mi edificio. En mi restaurante favorito. En la cafetería de la esquina. Y mis amigos seguían teniendo contacto con él, lo invitaban a sus fiestas y me pedían que le diera otra oportunidad. Era como si los tuviera a todos hipnotizados, ¿sabes?
—Sí.
—¡Se dedica a eso! Está entrenado para conseguir que la gente adopte su punto de vista. Incluso mi familia… Bueno, Quinn está demasiado concentrado en su trabajo como para dejarse abducir de esa manera, aunque constantemente le daba a Cameron información que no debía. Pero mi padre y mi madre… —Molly se apretó los ojos con una mano—. Siempre querían estar con él. Me decían que era como un hijo para ellos, y que me quería. Que yo debía crecer y, por una vez, tomar una determinación acertada.
—Uf.
—Sí, uf. Tuve que faltar al Día del Memorial en casa de mis padres, en St. George, porque lo habían invitado a él.
—Lo siento, Molly.
—Y después de eso, empecé a verlo en sitios donde no debería estar. Por ejemplo, en una librería del otro extremo de la ciudad, o en una tienda de ropa interior femenina. ¿Por qué tenía que estar allí? Me quejé ante su superior, me quejé ante todo el mundo que pude, pero no sirvió de nada. Todos lo aman. Y él les hizo ver que era yo la que tenía el problema, que le estaba dando una de cal y otra de arena. Incluso… Después de aquella noche en el club… Yo solo quería irme a casa y quedarme inconsciente, pero él dijo que tenía que pagar la cuenta, así que lo acompañé, y él hizo todo un espectáculo al entrar, metiéndose la camisa por la cintura del pantalón y sonriendo como un mono. Al final, intenté ignorarlo. Empecé a salir con otra gente pensando que él desaparecería de mi vida, pero estaba muy equivocada.
Ben ya no estaba enfadado con ella, y se dio cuenta de lo cansada que estaba. Estaba agotada y triste. Ben sacó un Frappuchino de la nevera y se lo abrió. Ella le sonrió, y él no pudo evitar el impulso de acariciarle la mejilla con las yemas de los dedos.
—Siento haberte dicho que eras СКАЧАТЬ