El sombrero de tres picos. Pedro Antonio de Alarcón
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Название: El sombrero de tres picos

Автор: Pedro Antonio de Alarcón

Издательство: Bookwire

Жанр: Языкознание

Серия:

isbn: 4057664155276

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СКАЧАТЬ el libro de la Doctrina y en los mismos Sermones se

       habla a los niños de todas estas cosas tan naturales, al 2-25

       ponerlos al corriente de la larga esterilidad de Nuestra

       Señora Santa Ana, de la virtud del casto José, de la

       estratagema de Judit, y de otros muchos milagros que

       no recuerdo ahora.—Por consiguiente, señores....

      —¡Nada, nada, tío Repela! (exclamaron valerosamente

       2-30 las muchachas.) ¡Diga V. otra vez su relación; que es muy divertida!

      —¡Y hasta muy decente! (continuó el abuelo). Pues

       en ella no se aconseja a nadie que sea malo; ni se le

       enseña a serlo; ni queda sin castigo el que lo es.... 3-5

      —¡Vaya! ¡repítala V.!—dijeron al fin consistorialmente

       las madres de familia.

      El tío Repela volvió entonces a recitar el romance,

       y, considerado ya su texto por todos a la luz de aquella

       crítica tan ingenua, hallaron que no había pero que 3-10 ponerle; lo cual equivale a decir que le concedieron las licencias necesarias.

       *

       * *

      Andando los años, hemos oído muchas y muy diversas

       versiones de aquella misma aventura de El Molinero y la Corregidora, siempre de labios de graciosos 3-15 de aldea y de cortijo, por el orden del ya difunto Repela, y además la hemos leído en letras de molde en diferentes Romances de ciego y hasta en el famoso Romancero del inolvidable D. Agustín Durán.

      El fondo del asunto resulta idéntico: tragi-cómico, 3-20

       zumbón y terriblemente epigramático, como todas las

       lecciones dramáticas de moral de que se enamora nuestro

       pueblo; pero la forma, el mecanismo accidental,

       los procedimientos casuales, difieren mucho, muchísimo,

       del relato de nuestro pastor, tanto, que éste no hubiera 3-25

       podido recitar en la Cortijada ninguna de dichas versiones,

       ni aun aquellas que corren impresas, sin que antes se tapasen los oídos las muchachas en estado honesto, o sin exponerse a que sus madres le sacaran los ojos.—¡A tal punto han extremado y pervertido los groseros patanes de otras provincias el caso tradicional que tan sabroso, discreto y pulcro resultaba en 4-5 la versión del clásico Repela!

      Hace, pues, mucho tiempo que concebimos el propósito

       de restablecer la verdad de las cosas, devolviendo

       a la peregrina historia de que se trata su primitivo carácter,

       que nunca dudamos fuera aquel en que salía 4-10

       mejor librado el decoro.—Ni ¿cómo dudarlo? Esta

       clase de relaciones, al rodar por las manos del vulgo,

       nunca se desnaturalizan para hacerse más bellas, delicadas

       y decentes, sino para estropearse y percudirse al

       contacto de la ordinariez y la chabacanería. 4-15

      Tal es la historia del presente libro.... Conque

       métamenos ya en harina; quiero decir, demos comienzo

       a la relación de El Corregidor y la Molinera, no sin esperar de tu sano juicio (¡oh respetable público!) que «después de haberla leído y héchote más cruces que 4-20 si hubieras visto al demonio (como dijo Estebanillo González al principiar la suya), la tendrás por digna y merecedora de haber salido a luz.»

      Julio de 1874.

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      EL SOMBRERO DE TRES PICOS

      I

      DE CUÁNDO SUCEDIÓ LA COSA

      Comenzaba este largo siglo, que ya va de vencida.—No

       se sabe fijamente el año: sólo consta que era

       después del de 4 y antes del de 8.

      Reinaba, pues, todavía en España Don Carlos IV de

       Borbón; por la gracia de Dios, según las monedas, y 5-5 por olvido o gracia especial de Bonaparte, según los boletines franceses.—Los demás soberanos europeos descendientes de Luis XIV habían perdido ya la corona (y el jefe de ellos la cabeza) en la deshecha borrasca que corría esta envejecida parte del mundo desde 1789. 5-10

      Ni paraba aquí la singularidad de nuestra patria en

       aquellos tiempos. El Soldado de la Revolución, el hijo

       de un obscuro abogado corso, el vencedor en Rívoli, en

       las Pirámides, en Marengo y en otras cien batallas,

       acababa de ceñirse la corona de Carlo Magno y de 5-15

       transfigurar completamente la Europa, creando y suprimiendo

       naciones, borrando fronteras, inventando dinastías

       y haciendo mudar de forma, de nombre, de sitio,

       de costumbres y hasta de traje a los pueblos por donde

       pasaba en su corcel de guerra como un terremoto animado, 5-20 o como el "Antecristo," que le llamaban las potencias del norte...—Sin embargo, nuestros padres (¡Dios los tenga en su santa gloria!), lejos de odiarlo o de temerle, complacíanse aún en ponderar sus descomunales hazañas, como si se tratase del héroe de un libro de caballerías, 6-5 o de cosas que sucedían en otro planeta, sin que ni por asomos recelasen que pensara nunca en venir por acá a intentar las atrocidades que había hecho en Francia, Italia, Alemania y otros países. Una vez por semana (y dos a lo sumo) llegaba el correo de Madrid a la mayor 6-10 parte de las poblaciones importantes de la Península, llevando algún número de la Gaceta (que tampoco era diaria), y por ella sabían las personas principales (suponiendo que la Gaceta hablase del particular) si existía un estado más o menos allende el Pirineo, si se 6-15 había reñido otra batalla en que peleasen seis ú ocho reyes y emperadores, y si Napoleón se hallaba en Milán, en Bruselas o en Varsovia...—Por lo demás, nuestros mayores seguían viviendo a la antigua española, sumamente despacio, apegados a sus rancias costumbres, 6-20 en paz y en gracia de Dios, con su Inquisición y sus frailes, con su pintoresca desigualdad ante la ley, con sus privilegios, fueros y exenciones personales, con su carencia de toda libertad municipal o política, gobernados simultáneamente por insignes obispos y poderosos 6-25 corregidores (cuyas respectivas potestades no era muy fácil deslindar, pues unos СКАЧАТЬ