El río de la herencia intergeneracional. Gustavo E. Jamut
Чтение книги онлайн.

Читать онлайн книгу El río de la herencia intergeneracional - Gustavo E. Jamut страница 2

СКАЧАТЬ antepasados todo lo que somos y todo lo que nos sucede, pues tal como veremos a lo largo de estas páginas, y como ya he escrito en otros libros(1), somos seres bio-psico-sociales-espirituales, y nuestra personalidad se ha ido forjando fundamentalmente por la influencia y las huellas que sobre ella ejercen, tanto los acontecimientos buenos como los dolorosos que han formado parte de nuestra vida.

      Por lo tanto, durante la lectura de este libro tengamos siempre presente que la herencia familiar y las heridas personales nos afectan y nos condicionan, pero no nos determinan, pues siempre tenemos el libre albedrío. Somos responsables del modo en que reciclamos positivamente nuestra historia personal y nuestra historia familiar (prehistoria).

      Clarificando ideas

      Conocerán la verdad y la verdad los hará libres (Jn 8,32).

      Lo que sí podemos afirmar, sin lugar a dudas, es que entre los seres humanos existe una comunicación sobrenatural o irradiación, tanto del bien que se realiza como del bien que se deja de hacer, así como también de todo mal que se comete.

      A esto se refiere el papa Pablo VI cuando escribe:

      Y como también afirma el apóstol Pedro cuando dice: Ustedes saben que fueron rescatados de la vana conducta heredada de sus padres, no con bienes corruptibles, como el oro y la plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, el Cordero sin mancha y sin defecto (1Pe 1, 18-19).

      Por lo tanto, de lo que se habla al referirnos a la herencia intergeneracional, es de actitudes, comportamientos o programación que las familias imponen consciente o inconscientemente a sus descendientes, y que también se generan como modelos sanos o enfermos –según sea cada caso–, en el ambiente familiar y sociocultural, tal como pueden ser la sobriedad o el alcoholismo, las actitudes pacíficas o la violencia doméstica, el valor de la fidelidad o el adulterio, etcétera. Mientras que muchas otras condiciones (también de salud o enfermedad física, psicológica y espiritual) también parecería que pueden ser transmitidas de modo genético y congénito.

      Una herencia positiva

      Y por haber escuchado la voz del Señor, tu Dios, vendrán sobre ti y te alcanzarán todas estas bendiciones…(Dt 28, 2).

      También es conveniente tener presente que cuando vayas leyendo a lo largo de este libro sobre la herencia genética, no solo lo haremos reflexionando sobre los rasgos negativos de las deficiencias físicas, de carácter, o de otras áreas que en la familia se repiten de generación en generación, sino que también iremos acrecentando la conciencia de que hay toda una herencia positiva y de bendición, que nos acompaña de manera constitutiva a cada uno de nosotros, tal como es la buena salud que caracteriza a algunas personas, o ciertas capacidades deportivas, artísticas o rasgos amables de carácter que suelen sobresalir no solo en una persona, sino en varios miembros de la misma familia.

      De este modo, por medio de una comprensión más profunda y con la ayuda del poder de la oración, no solo podremos abrirnos a la sanación interior y a la transformación personal y familiar que Dios puede y quiere realizar de muchos de los aspectos negativos de nuestra herencia que influyen en nuestra personalidad, sino que fundamentalmente podremos revalorizar lo positivo y saludable que en nuestras familias desciende desde las generaciones anteriores, así como el agua pura y cristalina desciende desde la cima de las montañas nevadas.

      La imagen del río

      El agua que yo le daré se convertirá en él en manantial que brotará hasta la Vida eterna (Jn 4, 14).

      Al comenzar a escribir este libro, evocaba en mi interior la imagen de algunos arroyos, vertientes y ríos de montaña que descienden de las altas cumbres montañosas y que surgen como efecto de las lluvias, de las surgentes subterráneas y de las nieves que –ante las caricias de los rayos de sol– se van derritiendo lentamente y produciendo vida a lo largo del camino que la corriente va recorriendo. Es lo que sucede con todo el caudal de bendiciones que se van multiplicando en los diversos miembros de nuestras familias a lo largo de todas las generaciones y que, como ondas expansivas, se irradian en diversos ámbitos de la sociedad.

      Sin embargo, así como hay ríos de aguas puras y cristalinas, también hay ríos de aguas turbias y contaminadas. Son ríos que no siempre han sido así, pero que en algún punto de su recorrido se les ha arrojado desechos tóxicos y otras sustancias que contaminaron el curso de sus aguas. Así también pudo suceder que en algunos tramos del río de vida de nuestras familias se hayan dado diversos sucesos traumáticos, actitudes espiritualmente erradas, prejuicios, etc., que hayan contaminado a nuestras familias y generado comportamientos que están necesitando –desde los caudales más elevados de nuestro árbol genealógico– una purificación y transformación profunda.

      La persona que carga con una herencia intergeneracional negativa experimenta como si su vida estuviese signada por una fuerza opresiva e indefinida que le impide desarrollar plenamente algunas áreas de su vida. Se puede tener todas las aptitudes para alcanzar la meta y, sin embargo, en el momento decisivo en que debe concretarse, siempre “sucede algo”, “algo falla”, “algo sale mal”, y así debe comenzar de nuevo… De esta forma, entonces –después de mucho bregar–, logra alcanzar el mismo nivel que había conseguido anteriormente, pero... nuevamente –y sin encontrar ninguna razón evidente para que esto suceda– algo sale mal. Y por lo que tanto se había trabajado y tanto se anhelaba nuevamente se esfuma y no logra concretarse, siendo este un patrón reiterativo en su vida.

      Estos patrones pueden repetirse en los diversos miembros de la familia en diferentes dimensiones, como, por ejemplo, en las relaciones interpersonales: elección de una pareja inadecuada, frustración matrimonial, incomunicación, situaciones de abandono. También estas repeticiones pueden darse en el estudio, salud, trabajo, economía…, y la lista aún podría extenderse mucho más.

      Entonces, ante estas situaciones repetitivas, la persona comienza a percibir como si existiese una barrera invisible que parece estar siempre allí, impidiendo que a nivel personal o familiar se dé esa integridad y salud en alguna de las áreas de su vida. También puede СКАЧАТЬ