Название: Economic corridors in Asia : paradigm of integration? A reflection for Latin America
Автор: Varios autores
Издательство: Bookwire
Жанр: Зарубежная деловая литература
isbn: 9789587903829
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Instituciones como el Asian Infraestructure Investment Bank (AIIB), creado en 2008 con la participación de 4 miembros del G-7, sobre el que Estados Unidos no tiene control directo, cuyo común denominador es atender a la demanda de inversión en infraestructura estimada en unos US$800.000 millones anuales en Asia y el Pacífico (ADB, 2016); el China Development Bank (CDB); China-African Development Bank (CADB), New Development Bank (NDB) o Banco de los Brics; son las bases de Obor; pero también de una nueva arquitectura financiera con que Beijing cuestiona las instituciones de Bretton Woods y empieza a perfilarse como un revisionist power en términos de la gobernanza global (Ploberger, 2017; Vadell & Ramos, 2015). De este modo es evidente el creciente papel de China como “pivó” de los procesos de integración en Asia y sus propósitos de conformar un “sistema regional chinocéntrico” a partir del cual, consolidando su influencia en el este de Asia, podría influenciar la nueva configuración del poder mundial (Pautasso & Ungaretti, 2016). Lo anterior, como ya se anotó, a partir de sus abundantes capacidades en términos de reservas internacionales; industrias básicas concretamente cementeras, siderúrgicas con gran capacidad productiva, y un impresionante know-how en ingeniería en general, que vienen al encuentro de las necesidades de cualquier país en desarrollo en aspectos como infraestructura de transporte, comunicaciones y energía, principalmente en Asia central y sudeste y sur de Asia (Pautasso & Ungaretti, 2016).
3. ASIA CENTRAL: RECURSOS E IMPORTANCIA ESTRATÉGICA PARA CHINA
De modo general, la región de Eurasia es importante en términos geopolíticos por sus recursos energéticos y por su importancia logística (López, s.f.). Dentro de este territorio sobresale lo que Mackinder llamó la Heartland (Dougherty, 2003), que va desde Europa oriental hasta los confines de Asia oriental. De norte a sur se extiende desde la línea del Círculo Ártico hasta los desiertos y montañas del sur de Asia (López, s.f.). Así mismo, Eurasia posee importantes cuerpos de agua como el mar Báltico, el mar Negro, el mar Caspio y el golfo Pérsico. Por su parte, el Heartland o área pivote es una región interior casi inaccesible por medios navales, excepto por los mares Báltico y Negro; protegida por el norte por nieve y hielo y por el sur por desiertos y montañas (López, s.f.).
Según Mackinder, la potencia que controle el Heartland dominará, así mismo, la Isla Mundial que engloba Europa, Asia y África y tendría la mayor capacidad para proyectar poder a nivel global (Dougherty, 2003). De acuerdo con Brzezinski, citado por López (s.f.), los tres frentes claves para dominar Eurasia son el territorio ubicado en el extremo oeste en la división entre Europa oriental y occidental; extremo oriente particularmente, Asia oriental y en tercer lugar el suroeste de Eurasia desde los límites entre India y China hasta Asia central y meridional. Llegando incluso a Irán. De modo que cada uno de estos frentes tiene “Estados pinos” o Estados claves que, en virtud de sus recursos, localización estratégica o influencia política, pero también de sus vulnerabilidades militares o económicas, son atraídos por la influencia de potencias mayores (López, s.f.). De suerte que la articulación de estos Estados en regiones como Asia central o el sudeste asiático impulsan la consolidación de la esfera de influencia china (López, s.f.).
En este sentido, conforme con Mackinder, la dominación de Eurasia a comienzos del siglo XX se hizo posible en virtud de los avances tecnológicos en el transporte terrestre y fundamentalmente del ferrocarril (Dougherty, 2003). Como se anotó, Eurasia posee importantes recursos energéticos (Ver Cuadro 1) y si a esta importancia estratégica se le agrega una red eficiente de infraestructura y la “proyección de influencia” por parte de Beijing, lo que le facilita a su vez el acceso a los recursos energéticos de oriente medio que ostenta el 48% de las reservas mundiales de petróleo, es posible afirmar que China tiene claro en su estrategia que el acceso de recursos energéticos es un factor de poder y que a esta racionalidad responde Obor (López, s.f.).
TABLA 1: RESERVAS GLOBALES DE PETRÓLEO 2005-2015 EN MILLONES DE BARRILES
Nota: Recuperado de A Nova Rota da Seda: a fundamentação geopolítica e as consequências estratégicas do projeto chinês. Copyright por Ricardo López.
A su vez, Ploberger (2017) afirma que la emergencia de una interdependiente y conectada Eurasia transformaría la política global. De suerte que, Asia central como corazón de Eurasia, es uno de los objetivos cruciales para China (Ploberger, 2017), que como se dijo antes, en virtud de su dinamismo económico busca revivir su pasado de grandeza representado en la figura del almirante Zheng He, desarrollando nuevas ambiciones hacia una mayor proyección global derivadas, en parte, de nuevas “inseguridades” (Kaplan, 2013), pues, por ejemplo, Beijing debe proteger sus inversiones al otro lado del Índico: mercados de petróleo en Sudán, Angola y Nigeria; minas de hierro en Zambia y Gabón; al igual que cobre y cobalto en la República Democrática del Congo (Kaplan, 2013).
Esta necesidad de satisfacer su “interés nacional” la impulsa a establecer relaciones con sus vecinos y con regiones más distantes como el África subsahariana, en procura de asegurar, por ejemplo, acceso al mar del Sur de China y el océano Índico como conexión con el golfo Pérsico, garantizando el suministro estable de los recursos estratégicos para sostener su crecimiento económico (Kaplan, 2013).
Así las cosas, el “área de influencia” china en Eurasia y África viene creciendo mediante una estrategia pragmática basada en la idea de cooperación y desarrollo, compatible con la globalización que contrasta con la “actitud misionera norteamericana”. De modo que, con tan solo solventar sus necesidades materiales, China ha modificado el “equilibrio de poder” en el hemisferio oriental haciendo que su interés por moldear un “sistema regional chinocéntrico” choque con EUA, India y Rusia (Kaplan, 2013).
Es así como actualmente China, en virtud de sus intereses comerciales y de seguridad, compite en Asia central con Moscú que mediante la Unión Económica Euroasiática intenta mantener bajo su área de influencia a los Estados herederos del imperio Timurida (1370-1607) y de la Unión Soviética, que hoy están en un proceso de construcción de Estado-nación СКАЧАТЬ