Contra la vida quieta. Elvio Romero
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Название: Contra la vida quieta

Автор: Elvio Romero

Издательство: Bookwire

Жанр: Языкознание

Серия: Candaya Poesía

isbn: 9788418504037

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СКАЧАТЬ inmemorial, cuero extendido:

      moreno Tacaxí,

      centinela de edades apagadas,

      retazo de oquedad, greda callada.

      Juntó flecha y fusil, tambor y dianas,

      superando aquel mito de la sangre

      fructiferando engaños,

      mayorales, látigos,

      y negra pulpa de dolor indígena.

      Tocó la fibra popular el indio

      cuando llegó a la dura gravedad

      combatiente.

      Y fue un soldado más por estos campos,

      un cuerpo con furor secreto y ávido.

      Yo hoy puedo presentaros:

      Tacaxí, sorbo de nuestro suelo.

      TODOS AQUÍ LLEGAMOS

      Todos y cada uno,

      todos aquí llegamos

      con un aire de sol y viento con paisajes,

      mordiendo un odio largo, largamente callado,

      y poco acostumbrados a este oficio de horror,

      de turbio fango.

      Pecho al calor abierto.

      Con cabellos hirsutos, puños, arterias, manos,

      trajinamos senderos de osamentas

      y uniformes amargos.

      Con un anochecer en las pupilas,

      y un tanto fatigados

      de estampidos y muertes y tensiones,

      caminamos, vibramos y matamos.

      Rudo dolor de pueblo, ruda angustia

      de pueblo asesinado.

      Por eso vamos todos, cada uno,

      para poder vengarlo.

      Con un aire de sol y viento con paisajes,

      soñadores, osados, temerarios;

      con un sacudimiento de tierra descuajada

      y arada a fogonazos

      RESOLES ÁRIDOS (1950)

      VÉRTIGO

      No toquéis esta tierra si no tenéis la sangre

      dispuesta a ser después antorcha viva,

      quemazón de parte a parte.

      Mapa descolorido (sol, paisaje),

      entre golpes arado por terribles

      y secas soledades.

      De Norte a Sur, resolanas que salen

      por la epidermis como un tufo denso

      que al viento se deshace.

      El Sur, callado, una corona que abre

      como una mano antigua su silencio,

      su dolor, por el aire.

      Un hedor calcinado de yerbales.

      Un verano que acecha entre las ramas

      y en el sudor se expande.

      El Norte, duro, un combatiente sable

      de abierto cortezón y de tanino;

      furor de quebrachales.

      Lúbricos mediodías que se esparcen

      por las grietas escuálidas, sedientas,

      que encandilan la sangre.

      Y el Centro, un corazón quemante,

      latido potencial, alforja verde,

      crisol de mandiocales.

      Encendidos terraplenes, hondos valles

      paren niños con ojos dilatados

      y estómagos con hambre.

      Desde antiguo esta tierra tiene arranques

      de furor que le arañan los raigones

      como rayos brutales.

      A martillazos forja este linaje

      de hombres que tienen la corteza dura,

      que en las cortezas laten.

      Bordado a lento fuego, su ropaje

      nos cubre con su seca virulencia

      de calor sofocante.

      No la toquéis si no queréis que os claven

      su espina roja, su ademán terroso,

      su vértigo implacable.

      Callada es esta tierra. ¡No la toquéis!

      Sus polvaredas arden.

      CANTO EN EL SUR

      Esta noche, en el Sur,

      me he mirado en tus ojos.

      Soy como tú,

      de piel morena, oscura, oscura,

      con estrellas heridas por adentro

      y por fuera sudor, cáscara ruda.

      Tengo la sangre hirviendo

      como un sinuoso trueno derramado,

      tengo las manos ásperas

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