Desafíos pastorales. Anthea Harrison
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Название: Desafíos pastorales

Автор: Anthea Harrison

Издательство: Bookwire

Жанр: Религия: прочее

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isbn: 9786124252655

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СКАЧАТЬ fin a la existencia de cualquier ser humano. Las Escrituras dan permiso a quitar la vida solamente en situaciones bien definidas —por ejemplo, el castigo judicial del asesinato (Gn 9.6) y las acciones en una “guerra justa”—; aunque incluso en estos casos, los seres humanos inocentes (es decir, los no combatientes) tienen derecho de no ser matados (véase Os 1.4, donde se condena la masacre supuestamente realizada en el servicio a Dios).

      Si el feto tiene vida humana, es inocente y no merece la pena de muerte, que es el aborto.

      El aborto

      En vista del concepto de “santidad de la vida”, el debate sobre el aborto gira en torno al momento en que empieza la vida en el feto. ¿Cuándo es este momento según la Biblia?

      En el Antiguo Testamento, el Salmo 139 pone en claro que Dios participa en cada detalle y cada etapa de nuestras vidas, y afirma tres verdades importantes:

      El acto de creación. “Tú me hiciste en el vientre de mi madre” (v. 13b); “Mi embrión vieron tus ojos” (v. 16a), o sea, el individuo ha sido creado por Dios. Como también dijo Job: “Me vestiste de piel y carne, y me tejiste con huesos y nervios” (Job 10.11). Esta verdad lleva al salmista a alabar a Dios por su obra formidable y maravillosa. Aunque no emplean lenguaje científico, los escritores bíblicos afirman que el proceso del desarrollo del embrión no es fortuito ni automático, sino que se trata de una obra de la creatividad divina.

      Una persona continua. Siendo ya adulto, el salmista medita en su vida pasada desde antes de su nacimiento. En cada etapa de su vida, sea prenatal o postnatal, se mira a sí mismo como a la misma persona: en el pasado “tú me has examinado y conocido” (v. 1); en el futuro, “me guiará tu mano” (v. 10); y antes de su nacimiento, “tú me hiciste en el vientre de mi madre” (v. 13). En todo el salmo, se refiere a sí mismo como “yo”. El que, siendo ya adulto, está meditando y escribiendo este salmo, tiene la misma identidad que el feto en el vientre: como feto, bebé, niño, joven y adulto, él se considera como la misma persona.

      Una comunión personal con Dios mismo. Se expresa en el uso de los pronombres y adjetivos posesivos –“mí” y “me” más de 30 veces, “tú” y “te” unas 25 veces. Él sabe que Dios lo conoce, lo rodea (vv. 1–6) y le es fiel en toda circunstancia de la vida. Otros escritores expresan o sugieren: “[Dios es quien] en el vientre de mi madre me hizo a mí” (Job 31.15); o “[Dios] me sacó del vientre, desde el vientre de mi madre tú eres mi Dios” (Sal 10.9–10). El profeta Jeremías habla de sí mismo en estos términos (Jer 1.5), e Isaías lo hace con referencia al “Siervo de Jehová” (Is 49.1, 5).

      En el Nuevo Testamento, en el encuentro entre María, recién embarazada, y Elisabet, ya encinta por seis meses (Lc 1.39–45), leemos que “la criatura en su vientre (de Elisabet) saltó” al saber las noticias dadas por María. Esto indica el conocimiento fetal respecto de Juan Bautista y una identidad personal en el feto, tanto de Jesús como de Juan. Lucas 1.41, 44 emplean la misma palabra griega (brephos) para referirse al niño en el vientre como del niño recién nacido (Lc 2.12, 16) y de los niños traídos a Jesús (Lc 18.15–16). Al hablar de su vocación de apóstol, Pablo dice: “Dios […] que me apartó desde el vientre de mi madre” (Gá 1.15–16).

      Conclusión

      Varios estudios médicos sobre el “código genético”, parecen apoyar estas enseñanzas bíblicas, o sea, que una sola célula va desarrollándose y multiplicándose desde el momento de la concepción. De todos modos, desde el punto de vista cristiano, el principio bíblico es claro: el feto humano es persona inviolable y es “el embrión de una vida capaz de llegar a reflejar la gloria de Dios”. Comenta William Barclay: “El uso del aborto como método conveniente para deshacerse de un niño no deseado que ha concebido en manera irresponsable, no es correcta nunca o, al menos, en muy pocos casos”. Sin embargo, es muy fácil declarar tajantemente “¡No al aborto!” y no hacer nada más. El cristiano, adicionalmente, debe tener compasión y buscar alternativas prácticas y tiernas para las mujeres con embarazo no deseado (cf. Stg 2.14–17). A continuación, consideramos algunos consejos al respecto.

      Consejos

      El problema del aborto tiene varios aspectos: legal, médico, ético, teológico, social y personal. El aborto no es parte de un surtido de alternativas, sino el último recurso. Las mujeres en una crisis de embarazo necesitan amor, cuidado y apoyo, no un aborto. Hay una gran necesidad de consejería antes y después de un aborto. Es imprescindible que antes de esto, haya tiempo para tomar una buena decisión y considerar las varias alternativas. Los efectos prolongados de un aborto necesitan la consejería compasiva y sabia durante el tiempo necesario. Tiene que haber una persona (consejera o pastor) dispuesta a escuchar sin condenar, para animar y, cuando sea apropiado, buscar ayuda cristiana. Algunos creyentes intervienen en el trabajo de dar ayuda práctica durante un tiempo o todo el embarazo; a veces, incluso, cuando la situación es delicada, reciben a la futura madre en su hogar por varios meses.

      Es fácil considerar solamente la decisión hecha por la mujer respecto al aborto. El feminismo dice que una mujer tiene el derecho de controlar su propio cuerpo. Sin embargo, si Dios es reconocido como el autor de la vida, ambos —el hombre y la mujer involucrados— tienen juntos responsabilidad delante de Dios. El aborto parece ofrecer, una solución conveniente y sencilla en forma física a este problema complicado, pero tiene un costo muy alto. La adopción puede ser una alternativa al aborto cuando por cualquier razón, la madre se siente incapaz de cuidar y criar su bebé.

      Es responsabilidad pastoral buscar alternativas prácticas y compasivas para las mujeres que están enfrentando un embarazo no deseado (Stg 2.14–17). Se necesita un ministerio que brinde soporte a mujeres embarazadas y ofrezca sugerencias prácticas para resolver problemas de finanzas y alojamiento para las madres antes y después del nacimiento con el fin de ayudarlas a conseguir empleo, dinero y contacto con grupos de apoyo personal, etc.

      Como creyentes, debemos oponernos al aborto y recomendar el nacimiento sano de cada bebé. Para ser “una luz en el mundo” en esta área, la predicación en las iglesias debe incluir una enseñanza bíblica sobre el tema y el apoyo positivo para las personas que enfrentan este problema.

      Consejos antes del aborto

      Es imprescindible antes de tomar la decisión de realizar el aborto, un tiempo para explorar las diferentes alternativas. Hay necesidad de “centros para la crisis del aborto”, que bajo el liderazgo de cristianos, ofrezcan pruebas médicas del embarazo, consejería especializada y compasiva por voluntarios bien preparados, e información clara acerca de las opciones disponibles, ayuda práctica, auxilio y tiempo para explorar todas las emociones conflictivas y las implicaciones de largo plazo que trae un embarazo no planeado. En vez de condenar y juzgar, estos centros ofrecen compasión y empatía. Si no existen tales centros, la iglesia debe proveer tal ayuda. Los voluntarios preparados son mayormente mujeres o parejas que han sido afectadas personalmente por el aborto y sus consecuencias. Esta ayuda demuestra las cualidades de cristianos auténticos que manifiestan el amor de manera práctica, costosa, con sentido común, realista y con empatía, respeto y sacrificio.

      Con el trasfondo de reverencia de la vida humana y con Dios como autor y creador de toda la vida, es necesario tener una persona que escuche bien y tenga simpatía y compasión. Entre algunos de los problemas complicados, se incluyen la mujer no casada, la mujer con familia ya muy grande (especialmente si ella es la asalariada), la posibilidad de un bebé menos válido o con enfermedad hereditaria, o la mujer que ha sido asaltada y violada. Estas alternativas y sus implicaciones requieren ayuda muy práctica y especializada.

      El trauma postaborto

      Es importante escuchar personalmente lo que cuentan las mujeres que han tenido abortos, y sus parejas también. Muchas veces, tales experiencias del aborto no se cuentan y llevan СКАЧАТЬ