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y casas señoriales. Eso sí: si puede, mejor visítela fuera de temporada. A pocos kilómetros, la cueva de Altamira ya no se visita, pero sí el museo, que incluye el acceso a una reconstitución milimétrica del lugar. Puede practicar senderismo en los Picos de Europa, que se extienden a caballo entre Asturias y Cantabria.
Días 17 al 26: Asturias. Aquí hay que recorrer todo el litoral, la Costa Verde, que es una pura maravilla. Debe su nombre al color del océano y a sus costas tapizadas por prados, eucaliptos y pinos. Salpicada por pequeños pueblos de pescadores, a menudo emplazados junto a algún río, la costa asturiana le encantará. Desde Cantabria, nuestra primera parada puede ser Ribadesella, famosa por la cueva de Tito Bustillo, decorada con pinturas paleolíticas. Próxima etapa: el pueblo de Lastres, al final de la ría de Villaviciosa, para volver a apreciar un típico pueblo de pescadores. Villaviciosa es un pueblo de calles estrechas, con la magnífica iglesia de Santa María, a unos veinticinco kilómetros de Gijón. Un breve desvío hacia el interior (unos cuarenta kilómetros) y estará en Oviedo, la capital del Principado. Visite su casco antiguo y suba al monte Naranco para conocer los mejores ejemplos del arte prerrománico asturiano. Vuelva a la costa para detenerse en Cudillero. Es un pueblo que le seducirá por sus playas y su vitalidad. Dirigiéndose al valle del Navia y siguiendo el curso del río homónimo descubrirá muchos emplazamientos celtas en medio de magníficos paisajes. Dejamos la costa asturiana en Ribadeo, ya casi en tierras gallegas.
Días 27 al 40: Galicia. En primer lugar, Santiago de Compostela, la ciudad de los peregrinos, conocida por sus pintorescas calles y por el cálido ambiente de sus tabernas. Si dedica algunos días, no solo podrá visitar el casco antiguo y descubrir el encanto del barrio de San Pedro, sino también partir en dirección al cabo Fisterra para reseguir el litoral hacia el norte y recorrer la Costa da Morte. De puerto en puerto, llegará a la «ciudad del cristal», A Coruña. Desde allí se llega a Lugo, con su muralla catalogada por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad. A continuación, hay que ir a la Ribeira Sacra y visitar las gargantas del Sil. Además de la visita a los muchos monasterios acostados junto al río Sil, podremos degustar los vinos de la D.O. Ribeira Sacra y conocer los paisajes de una de las más bellas comarcas de Galicia, a caballo entre las provincias de Lugo y Ourense. Ya en Ourense, siga hasta el precioso pueblo medieval de Allariz. Al llegar a la costa de Vigo, visite las islas Cíes y resiga el litoral de las Rías Bajas. Llegará de nuevo al cabo Fisterra y a Santiago de Compostela.
Visitas temáticas
Camino de Santiago
Existen múltiples caminos a Santiago, pero las comunidades de la España Verde están atravesadas por dos rutas principales: el CaminoFrancés, el más transitado desde el siglo XI, que transcurre por el interior, y el Camino del Norte que, en su mayor parte, resigue la costa del Cantábrico. Aunque el Camino Francés es el más transitado, el del Norte es uno de los más atractivos y cada vez cautiva a más peregrinos. Quienes siguen la tradición al pie de la letra realizan el viaje a pie, dedicando un mes a recorrer todo el Camino desde los Pirineos hasta Santiago. Otros compaginan las caminatas con el transporte público o con el coche particular. Por último, la bicicleta o el caballo son otras opciones, también en alza, para recorrer el Camino.
Para recorrer el Camino Francés hay que entrar en Galicia por Pedrafita do Cebreiro, después de haber atravesado todo el norte de Castilla y León. Tras esta primera etapa gallega, quedan otras siete más hasta Santiago. Se atraviesan localidades como Sarria, Portomarín o Arzúa...
El Camino del Norte se adentra en el País Vasco por Irún. Se necesitan nueve etapas para recorrer la costa vasca hasta llegar a Castro Urdiales, ya en Cantabria. En el camino quedan lugares tan interesantes como San Sebastián, Zarautz, Gernika o Bilbao. Las seis etapas por tierras cántabras permiten visitar Laredo, Santander, Santillana del Mar y Comillas antes de llegar a Colombres, ya en tierras asturianas. Llanes, Ribadesella, Gijón, Avilés o Luarca son los finales de algunas de las siete etapas por tierras asturianas. Si se desea, desde Avilés se puede seguir el Camino Primitivo, que sale desde Oviedo y continúa por Lugo hasta enlazar con el Camino Francés en Melide. Si no, se entra en Galicia por Ribadeo, la última etapa de la costa antes de adentrarse en la provincia de Lugo, donde se pasa por Vilalba y Sobrado dos Monxes. Todos los Caminos confluyen en Arzúa.
Una estancia de playa y deportes náuticos
En el País Vasco, el litoral es más rocoso y recortado, con acantilados y puertos pesqueros; ello no impide la presencia de playas tan magníficas como la de Zarautz, por ejemplo. Aquí hay que surfear en Mundaka, uno de los mejores lugares de toda la costa del Cantábrico para practicar este deporte.
Cantabria también ofrece magníficas playas. En primer lugar, las de Santander, pero también las de Suances, espléndidas playas doradas rodeadas de escarpados acantilados, y las del cabo de Oyambre. La que en su momento fuera la meca del golf, ahora se ha convertido en una base para la práctica del senderismo y el surf. Y, finalmente, San Vicente de la Barquera, otro privilegiado lugar de veraneo.
En Asturias, las playas de Llanes y Ribadesella son particularmente famosas pero no son, ni mucho menos, las únicas. La costa asturiana está repleta de playas entre las rocas. Esta es también una zona preferida por los amantes del surf, con los hermosos spots de Tapia de Casariego, Avilés y Gijón. Es una gran oportunidad para practicar este deporte a miles de kilómetros del universo de Los vigilantes de la playa. También es un gran lugar para remar en canoa o kayak, en la costa o en los ríos. La Escuela Asturiana de Piragüismo, que organiza magníficas salidas, son verdaderos expertos en este deporte (www.piraguismo.com).
En Galicia, la muy salvaje y atormentada Costa da Morte (A Coruña) puede ser difícil incluso para los bañistas más experimentados. Pero tiene unos pueblos y paisajes muy bonitos, únicos. Ya en la provincia de Pontevedra, las Rías Baixas son el paraíso de los bañistas, a pesar de la temperatura del agua, por sus playas, paisajes y los productos de mar. Islas como las Cíes le permitirán disfrutar del paisaje y de un espacio protegido único, desde donde observar la fauna marina.
Escapada gastronómica
Las primeras ideas que nos vienen a la cabeza al mencionar la España Verde son paisaje y gastronomía. Ambos en grandes cantidades. Fabada, marisco, pulpo a feira,marmitako, sidra, cabrales, idiazábal, albariño, rioja, ternera, pescado fresco, estrellas Michelin... Para disfrutar de todos estos manjares, y más, nada mejor que apuntarse a los numerosos circuitos organizados o, mucho mejor, acercarse a las numerosas fiestas y ferias que se montan alrededor de alguno de estos productos: sidra, de la manzana de Villaviciosa, de la empanada, bollo preñao, sardinas de Santoña, merluza de pincho, cabrales... No hay villa que se precie que no tenga un producto estrella y, por supuesto, su fiesta, que no es más que una excusa para sentarse en torno a un plato. Todas las propuestas se encuentran desarrolladas en las pa´ginas web de cada comunidad (www.turismo.gal, www.turismodecantabria.com o www.turismo.euskadi.eus). Asturias dedica una página web entera a este enfoque, a consultar imperativamente para salivar de antemano: www.saboreandoasturias.es.