Название: La ansiedad y nuestros interrogantes
Автор: Claudio Rizzo
Издательство: Bookwire
Жанр: Общая психология
Серия: Predicaciones
isbn: 9789505007967
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Al no permitirse el fallo, se tornan ansiosos y nerviosos antes de actual. No piensan en los demás como posibles apoyos, sino que se limitan a verlos como observadores.
¿Cómo podemos aceptar pacíficamente nuestra condición humana? Integrando nuestros errores, así serán transformados. Somos propensos a los cálculos equivocados. Pensemos en los cerebros que diseñaron una cápsula espacial que estalla en el espacio, nuestros mejores trenes descarrilan, etc.
Tratar de condición humana es tratar de labilidad. Ahora bien, tengamos en cuenta que el fracaso nunca es absoluto y definitivo, sino tan sólo una experiencia propia del aprendizaje.
En el sentido que vamos abordando el tema, coincidimos en que la Confesión es buena para el alma, y eso incluye aceptar nuestra propia insensatez y fragilidad. Como enseña un viejo proverbio: “Si aprendemos a reírnos de nosotros mismos, nunca cesaremos de divertirnos”.
En contraposición con el perfeccionismo, el crecimiento ve la vida como un proceso durante el cual los talentos se van desarrollando gradualmente, y esto disminuye notablemente la ansiedad. La esencia del crecimiento es el tiempo y la práctica.
Un buen camino para elegir el crecimiento es proponerse disfrutar en lugar de alcanzar la perfección. Los resultaos son sorprendentes. Todo dependerá de la propuesta que nos hagamos. Por ejemplo, si nos proponemos disfrutar de un retiro espiritual, lo lograremos porque Dios siempre es deleite… Lo mismo podríamos decir de un trabajo, una actividad, una cena, etc.
Por otro lado, todo lo que tenga olor a perfeccionismo, resultará estresante y desmoralizador. El resultado final será, probablemente, el desánimo, como asentimos previamente. Y el desaliento siempre quiere abandonar y echar todo por la borda.
Con la finalidad de sanar los núcleos sanadores, animémonos a no pasar por alto algunos antídotos contra el perfeccionismo.
1. Ante cualquier hábito obsesivo – compulsivo, resulta útil estar distraído y no pensar en él. Convencernos de que nosotros somos nuestros propios dueños y no esclavos de las obsesiones, es muy sanador.
2. Desensibilicémonos de los fracasos de la imperfección. No hablar de nuestras imperfecciones. Y si las comparto con alguien, demos permiso una sola vez y hagámonos el propósito de no volver a hablar sobre ellas. Sin duda alguna, los demás se sentirán mejor con nosotros cuando se dan cuenta de que somos frágiles, puesto que no lo ocultamos.
Muchas personas ansiosas no están conscientes de que sus dificultades potencian su ansiedad. A veces, la ansiedad está tan enmascarada que pasa desapercibida ante los ojos de nuestros amigos y seres queridos. Es difícil identificarla porque se presenta de varias maneras.
Sin embargo, cualquiera que sea su forma, en la raíz misma de la ansiedad, hay una sensación de que algo no anda bien. Es una forma condicionada de mirar la vida, que está a la expectativa de que ocurra lo peor y trata de evitar precisamente eso tan temido.
Nos preguntamos, nos respondemos:
1. Calificar del 1 al 10 nuestro grado de perfeccionismo.
2. Haciendo dos listas, enumeremos en una las ventajas del perfeccionismo, y en la otra las desventajas.
3. Desde un monólogo interior y autoconsciente:
3.1. ¿En función de qué te valoras personalmente?
3.2. ¿Experimentas algunas veces las emociones y los síntomas físicos de un perfeccionista?
3.3. ¿Eres consciente de que tienes una fijación contigo mismo, con tus éxitos, tus errores, tu singularidad?
3.4. ¿Qué perderías si fracasaras en un asunto importante?
3.5. ¿Qué es lo peor que te pudiera ocurrir si algo te saliera mal?
4. ¿En qué ocasiones se dio un crecimiento gradual en tu vida? Anota algunos acontecimientos de manera satisfactoria como ser: ejecutar un instrumento musical, conocer más la Palabra de Dios, adquirir una formación trans-disciplinaria, aprender a cocinar o repostería, nadar con soltura, etc.
“No se inquieten por la vida pensando
qué van a comer, ni por el cuerpo
pensando con qué se va a vestir…”.
Lucas 12, 22
6ª Predicación: “Ansiedad y preocupación”
“Miren los lirios del campo…?”.
Lucas 12, 27
Frente a ciertas tendencias que nos asechan en la vida, tal es el caso del “perfeccionismo”, la ansiedad nos invade y el desánimo nos acobarda. Indudablemente, el perfeccionismo es humanamente insano, cuánto más si se transfiere a nuestro vínculo con Cristo, el Señor. Sin embargo, la impronta de hoy es: “Miren los lirios del campo”. Esta frase la podemos trasladar, desde una lectura profunda, a poner nuestra mirada en el abandono santo en manos de Dios, quien siempre es padre, Isaías 9.
La diferencia entre una persona sana y una perfeccionista es que la sana controla su vida, mientras que, a la perfeccionista, la controla y dirige su compulsión. La persona sana es libre y elige libremente; la perfeccionista no es libre, sino que tiene que…, debe…, debería tener éxito, ser perfecta… Esto supone un cautiverio, un encarcelamiento del espíritu libre, un “entrampamiento”.
El perfeccionismo parte de una creencia: Los perfeccionistas creen que su valor se mide por sus resultados y, por tanto, es lógico que los errores les resten valor personal. También creen que la única forma de impresionar a los demás es ser perfectos. En cierto sentido, se ven a sí mismo como solistas; no forman parte de un equipo, sino que compiten por sí solos. Y las emociones obvias que resultan de esa concepción son el temor y el pánico. Los perfeccionistas temen el enojo y el castigo ajenos, pues saben que, de un modo o de otro, tienen que pagar sus posibles imperfecciones. Así renuncian al respeto de los demás, y su confusión emocional les provoca soledad, tristeza y depresión, amigas íntimas de la ansiedad.
La ansiedad puede presentarse bajo tres rostros diferentes y cada uno de ellos tiene su propia forma de atacar la fe.
Por eso, podemos hablar de ansiedad mental (tiene su principal área en la mente); la ansiedad somática (se manifiesta en el cuerpo) y la evasión (se muestra en nuestro comportamiento, que inútilmente procura alejarnos del temor).
Dado que somos una unidad existencial, no podemos disociar la integralidad de lo que es un ser humano. No obstante, la complejidad de lo que es una persona, llevó a los estudiosos a inmiscuirse en las distintas áreas del ser humano, en cuanto a su comportamiento. Ahora, tratemos de la ansiedad mental.
Es la psico-espiritual. Este tipo de ansiedad se presenta normalmente como preocupación. Los que se preocupan en exceso se sienten miserables, a fuerza de repetirse ideas intranquilizantes. A veces la duda normal que está abarcada por “la ocupación de nuestros asuntos”, se torna en duda neurótica, la que comprende la “preocupación de nuestros asuntos”. Y ¿qué haremos con miren los lirios del campo? Vivir el hoy como don de Dios es, en verdad, un signo de nuestra madurez en Cristo, que exige un esfuerzo en nuestro psiquismo, ya que existe una íntima relación. СКАЧАТЬ