Название: Si Ella Se Ocultara
Автор: Блейк Пирс
Издательство: Lukeman Literary Management Ltd
Жанр: Зарубежные детективы
isbn: 9781094303895
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—¿Como una mentira? —preguntó Kate.
—Sí. de acuerdo al compañero de trabajo de Wendy, hablaron acerca de este supuesto primer beso. Pero de acuerdo a Anne Pettus, eso no es cierto. Aparentemente, Mercy tuvo su primer beso hace mucho tiempo.
—¿Era ella promiscua?
—Anne no diría eso. Solo dijo que tenía la certeza de que Mercy había hecho mucho más que darse un beso con un chico.
—Con respecto a su desaparición, ¿adónde apunta la evidencia en este momento? —preguntó Kate— ¿Se la llevaron o se fue porque quiso?
—A menos que ustedes dos encontraran algo nuevo en la casa, no hay evidencia que sugiera que Mercy fuera llevada en contra de su voluntad. En todo caso, tenemos pequeñas evidencias circunstanciales que sugieren que ella pudo haberse ido porque así lo quiso.
—¿Qué clase de evidencia?
—De acuerdo a Anne, Mercy tenía ahorrada una pequeña cantidad de dinero en efectivo. Incluso sabía dónde lo guardaba: en el fondo del cajón de los calcetines. Revisamos y había unos trescientos dólares ocultos allí. Eso de hecho contradice que se hubiera ido por su voluntad porque habría tomado ese dinero, ¿correcto? Sin embargo, la última cosa debitada en la tarjeta de crédito de Mercy fue llenar un tanque de gasolina. Eso fue dos o tres horas antes de que los cuerpos de sus padres fueran hallados. Antes de eso, dos días atrás, ella compró unos cosméticos tamaño viajero en un Target de Harrisonburg: cepillo de dientes, pasta de dientes, desodorante. Tenemos eso en el historial de su tarjeta de crédito al igual que la confirmación de Anne Pettus, que fue de compras con ella ese día.
—¿Llegó a preguntarle a Mercy por qué necesitaba cosméticos tamaño viajero? —preguntó Kate.
—Lo hizo. Mercy dijo que no le quedaba mucho en casa y detestaba sentirse como una niña pidiéndole a sus padres que compraran sus cosas.
—¿Y ningún novio conocido? —preguntó Kate.
—No, de acuerdo a Anne. Y parecía saber casi todo acerca de Mercy.
—Me gustaría hablar con Anne —dijo Kate—. ¿Piensa que ella estaría dispuesta o vamos a ser rechazadas?
—Ella estaría muy dispuesta —dijo Foster.
—Él tiene razón —añadió Barnes—. Ella incluso nos ha llamado varias veces entre una y otra entrevista para ver si tenemos nueva información. Ha sido de mucha ayuda. Igual que su familia, al permitir que hablemos con ella. Si quiere, podemos llamar y arreglar algo.
—Eso sería fantástico —dijo Kate.
—Ella es una chica fuerte —dijo Foster—. Pero entre usted y yo... Creo que ella podría estar ocultando algo. Quizás nada importante. Pienso que ella solo quiere asegurarse de no comunicar nada malo acerca de su mejor amiga.
Eso es incomprensible, pensó Kate.
Pero ella también sabía que el hecho de que fueran las mejores amigas sería una razón más que suficiente para ocultar algo.
***
Los padres de Anne, como era de suponer, le habían permitido quedarse en casa. Cuando Kate y DeMarco llegaron a la residencia Pettus —localizada en un camino muy similar a aquel donde vivían los Fuller— los padres estaban parados en la puerta principal, aguardando. Kate pudo verlos a ambos a través de la puerta vidriada al estacionar el auto en la vía de acceso en U.
El Sr. y la Sra. Pettus salieron a su porche para encontrarse con las agentes. El padre mantenía los brazos cruzados, con una mirada triste en su cara. La madre lucía fatigada, los ojos enrojecidos y la postura encorvada.
Tras unas breves presentaciones, el Sr. y la Sra. Pettus fueron directo al punto. No eran groseros ni insistentes, eran simplemente padres preocupados que no querían hacer pasar a su hija por ningún infierno, sin necesidad.
—Ella parece mejorar cada vez que habla de eso —dijo la Sra. Pettus—. Creo que mientras más tiempo pasa, comienza a comprender que su mejor amiga no está necesariamente muerta. Pienso que mientras más asimila la idea de que solo podría estar desaparecida, ella quiere ser de más ayuda.
—Dicho eso —añadió el Sr. Pettus—, yo apreciaría si ustedes mantienen las preguntas breves y tan esperanzadas como sea posible. No se equivoquen... No interferiremos mientras le hacen preguntas, pero si escuchamos algo que parezca molestarla, su tiempo con nuestra hija se habrá acabado.
—Eso es más que justo —dijo Kate—. Y tiene mi palabra de que pisaremos con cuidado.
El Sr. Pettus asintió y finalmente les abrió la puerta principal. Cuando pasaron hacia adentro, Kate vio a Anne Pettus de inmediato. Estaba sentada en el sofá con sus manos sujetadas entre sus rodillas. Como su madre, lucía cansada y desgastada. Se le ocurrió entonces a Kate que las adolescentes tendían a sentirse fuertemente unidas a sus mejores amigas. Era incapaz de imaginar el tipo de emociones por las que esta joven estaría pasando.
—Anne —dijo la Sra. Pettus—. Estas son las agentes que te dijimos que venían. ¿Todavía te parece bien hablar con ellas?
—Sí, mamá. Estoy bien.
Ambos padres hicieron una pequeña indicación con la cabeza a Kate y DeMarco al tiempo que se sentaban a cada costado de su hija. Kate notó que Anne no comenzó a verse realmente incómoda hasta que sus padres la flanquearon.
—Anne —dijo Kate—, haremos esto rápido. Nos han informado de todo lo que le dijiste a la policía, así que no te pediremos que repitas todas esas cosas de nuevo. Bueno, con una excepción. Me gustaría saber del viaje de compras que tú y Mercy hicieron a Harrisonburg. Mercy compró varias cosas tamaño viajero, ¿correcto?
—Sí. Pensé que era extraño. Ella solo dijo que se le estaban acabando en casa. Pasta de dientes, un pequeño cepillo, desodorante, cosas como esas. Le pregunté porqué las compraba ella y no sus padres pero ella de alguna manera evitó responder.
—¿Sientes que ella era feliz en casa?
—Sí. Pero, es decir… tiene quince. Ama a sus padres pero odia este lugar. Ha estado hablando de mudarse de Deton desde que teníamos diez años.
—¿Alguna idea del porqué? —preguntó DeMarco.
—Es aburrido —dijo Anne. Miró a sus padres como pidiendo perdón—. Es decir, soy un poco mayor que Mercy; tengo dieciséis y una licencia, y ella y yo vamos aquí y allá a veces. De compras. Al cine. Pero tienes que conducir como una hora para hacer algo de eso. Deton está muerto.
—¿Sabes adónde quería mudarse?
—Palm Springs —dijo Anne riendo—. Vio un programa donde la gente asistía a una fiesta en Palm Springs y pensó que era lindo.
— ¿Tenía ella una universidad en particular a la que le hubiera puesto el ojo?
—No СКАЧАТЬ