Pedro Casciaro. Rafael Fiol Mateos
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Название: Pedro Casciaro

Автор: Rafael Fiol Mateos

Издательство: Bookwire

Жанр: Документальная литература

Серия: Libros sobre el Opus Dei

isbn: 9788432152313

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СКАЧАТЬ era capellán. A pesar de su deseo de quemar la iglesia, los asaltantes solo lograron calcinar parte de la puerta exterior, pues se quedaron sin gasolina y huyeron al ver a una pareja de guardias[24].

      Pedro Casciaro, en cambio, admirando su valentía, consideraba desde otra perspectiva la situación que atravesaba la sociedad española. Más allá de las diversas opciones partidistas de entonces, y teniendo en cuenta que no se sabía que aquella coyuntura desembocaría en una terrible contienda, se planteaba las causas más hondas. Su indiscutible patriotismo y su seria preocupación por la crisis del momento, no le impedían ver también más allá de las fronteras de España.

      Los dos amigos intercambiaban sus impresiones, llegando incluso a conversaciones acaloradas, porque ambos se apasionaban. Estaban de acuerdo en lo intolerable de los ataques a la libertad religiosa de los católicos, pero sus reacciones eran diferentes. Pedro, como había aprendido del Padre, deseaba ayudar a todos, también a los pertenecientes a las facciones que empezaban a enfrentarse en aquellos meses previos a la guerra. A Pedro le interesaba acercar a Dios a todos, fueran tirios o troyanos: a los de izquierda, a los de derecha y a los de centro.

      LA ALFOMBRA DEL ORATORIO

      Una mañana de primavera de 1936, Pedro salía tranquilamente del oratorio de la residencia cuando, en el vestíbulo, encontró a don Josemaría rezando la Liturgia de las Horas, sentado sobre un banco de madera.

      No quise decirle nada para no turbar su recogimiento pero, al pasar, me hizo una señal con la mano, sin levantar los ojos del libro, y me indicó que lo esperase un instante. Terminó el Salmo, puso el dedo sobre el breviario señalando el lugar en que se había detenido y, mirándome con afecto, me preguntó algo que no me esperaba en absoluto: «Pedro, ¿estarías dispuesto a ser sacerdote, si recibieras la llamada?». Me quedé de una pieza: era lo último que me esperaba escuchar en aquel momento. Pero le respondí enseguida: «Pienso que sí, Padre».

      Volví al oratorio. Poco después entró el Padre. Se puso de rodillas a mi lado y me señaló la alfombra roja que cubría la tarima del altar: «El sacerdote —me dijo en voz baja— tiene que ser como esa alfombra; sobre ella se consagra el Cuerpo del Señor; está en el altar, sí, pero está para servir; más aún, está para que los demás pisen blando, y ya ves, no se queja, no protesta... ¿Comprendes cuál es el servicio del sacerdote? Ya verás que más adelante, en tu vida, reflexionarás sobre esto».

      COLABORAR EN LAS TAREAS DE LA CASA

      Pronto se dieron cuenta de que el logro del ambiente de hogar digno, cuidado y alegre que ofrecía la residencia requería del fundador un enorme trabajo personal, también material, ya que la estrechez económica no permitía contratar al personal de servicio imprescindible, lo que le obligaba a realizar personalmente bastantes tareas domésticas, como tender las camas de los residentes, la limpieza de las habitaciones y aseos, lavar por la noche cubiertos y otro material de cocina, etc.

      Paco y Pedro no tuvieron inconveniente en apretarse el cinturón, haciendo estos turnos para ayudar al Padre, que estaba siempre atareado, llevando el peso de la Obra y una labor pastoral abundantísima. El gran afecto que tenían al fundador y la alegría de poder apoyarle compensaba con creces el aumento de trabajo.

      * * *