La más odiada. Nico Quindt
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Название: La más odiada

Автор: Nico Quindt

Издательство: Bookwire

Жанр: Книги для детей: прочее

Серия: La más odiada

isbn: 9789874253811

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      —Es muy cruel hacerle eso. ¿Por qué lo harías? Es decir ¿por qué quieres que lo haga? —La expresión de Gastón pareció desilusionada, aquí tuvo una real oportunidad de conocer mis intenciones, pero es hombre… tienen un cuerpo y un rostro como el mío en frente y se convencen de lo que su estupidez les dicta.

      —Porque ella me odia y quiero marcarle una diferencia. Además, si me hubieras dicho que estabas saliendo con alguien nunca me hubiera acercado a ti —puse carita de buena y mentí. Ok, está bien, intenté poner carita de buena, pero no me salió. De todas maneras, repito: es hombre, creerá lo que yo le diga que crea.

      —Está bien… —dijo no muy convencido.

      —Si prefieres no salir conmigo… —le comenté a modo de amenaza diplomática.

      —No, no… sí quiero salir contigo. Lo haré. Pero no voy a humillarla delante de todos, solo delante de ti.

      —¡Top! —Gastón tenía principios. Les dije que respetaba eso. Era un poco menos idiota que el resto de los chicos.

      *

      Bueno quiero que se enteren de una vez que odio narrar todas las superficialidades que ocurren, esta es mi novela y la cuento como quiero, y si no les gusta es porque no están a mi nivel intelectual super sensacional. Así que, si esperan eso, mejor vayan a leer cuentitos de niñas estúpidas con ositos, perritos y finales felices. Les voy advirtiendo que no voy a estar contando que amaneció una vez más, que fui nuevamente a esa escuela de fracasados y bla, bla, bla… usen el cerebro y dense cuenta de cuándo ha transcurrido un día y cuando no.

      Crucé mis brazos delante de Jessica. Gastón parecía algo inquieto. Dudaba de lo que estaba haciendo.

      —Como sabes, Jessica, estoy saliendo con Sophia, así que no quiero que te me acerques ni me que envíes textos o audios en WhatsApp, ni que me sigas en Facebook o Instagram.

      La chica desengañada trataba de contener el llanto, solo lo hacía porque tenía mi cínica mirada frente a ella sonriendo con malicia. Pero no mostrando una sonrisa evidente, todo lo contrario; mi sonrisa era ilegible, solo se notaba en el brillo de mis ojos.

      —¿También quieres que cancele la suscripción a tu canal de Youtube? —Preguntó.

      —No, eso no… sabes bien que necesito suscriptores si quiero ser youtuber...

      Yo lo pateé en los tobillos.

      —Sí, cancela la suscripción —se resignó Gastón.

      —Muy bien —dijo Jessica a punto de llorar— pero espero que sepas que soy una mujer muy rencorosa y orgullosa. Cuando esta zorra deje de jugar contigo vas a volver arrastrándote y yo no te voy a perdonar nunca que me hayas dejado por ella.

      La tomé de la nuca y la traje hacia mí.

      —Vuelve a decirme zorra y te revuelco por todo el piso.

      Jessica se asustó, sabía que yo no hablaba en broma. Era bueno que me temiera, me hacía sentir poderosa.

      —Ahora ¡lárgate! —Le ordené tronando los dedos.

      Jessica se fue conteniendo las lágrimas y Gastón la miró abandonar el lugar con cierto grado de culpa. No le gustó para nada lo que hizo, eso se notaba.

      —Bueno —se acercó seductor— ahora podemos volver a lo del beso —aproximó su rostro al mío y yo lo aparté.

      —No habrá ningún beso. ¿Acaso crees que un chico que salió con esa perdedora tendría alguna oportunidad conmigo? Estás loco… adiós.

      —Eres de lo peor, una bruja sádica y manipuladora. ¿Con qué necesidad me hiciste humillarla así, si no querías nada conmigo?

      —Oh! No me culpes por lo que tú mismo hiciste… nadie te ha puesto una pistola en la boca, humillaste a esa pobre chica que sentía algo por ti solo porque eres hombre y egoísta, y te dominan tus hormonas. Es más, la dejaste por mí antes de que yo te pidiera nada… tú eres el sádico, te alzas como un perrito en celo, corres detrás de cualquier falda y caes en lo más bajo solo por conseguir sexo.

      Gastón se quedó callado. No supo qué decir.

      —Además ¿crees que no me di cuenta de que esos pantalones los conseguiste en un outlet de rebaja? Puedo notar una falla de fábrica a kilómetros… nunca saldría con un chico que usa ropa de segunda… —me retiré del lugar. Gastón me miró con odio y apretó sus puños, juro que, si no fuese mujer, me hubiera dado un puñetazo en el rostro.

      Ahora solo debía asegurarme de que todos me vieran con Louis. Tardaría segundos en viralizarce y en llegar a oídos de esa mugrosa, apestosa, piojosa. Jessica no tendría nada.

      Así fue, me paseé tomada de la mano con Louis y a los pocos minutos toda la escuela hablaba de nosotros como novios. Incluso dos blogueras del año anterior lo postearon. Salí divina en las fotografías.

      Y llegó el momento en que Jessica y Louis cruzaron palabras. Fue justo a la salida de la escuela. Ella lo tomó del brazo en el momento en que yo fui a poner en marcha mi carro. Opté por no entrometerme a menos que fuera necesario, confiaba en que Louis haría un buen trabajo, aunque no del todo… es hombre y es débil.

      —¿Qué se supone que estás haciendo? Estabas conmigo y ahora estás con ella… —reclamó Jessica. Un reclamo totalmente infundado, pero estaba tratando de al menos conservar a Louis.

      —Ya puedes dejar el teatro de lado… —ironizó el muchacho—. Te oí. Estabas conmigo solo para vengarte de Sophia, mientras salías con Gastón Rey. Ese… le rompería la boca sino fuera que me da pena arruinarle esa sonrisa tan blanca que tiene.

      —Y hasta hablas como ella… —se apenó la chica con ojitos tristes y desalentados.

      —Ya deja de creerte mejor persona que ella… ella es una bruja, pero al menos es sincera al respecto. Tú juegas el papel de víctima y pobrecita chica buena y eres una arpía, jactanciosa y manipuladora. Y ya que aún no terminas conmigo, déjame hacerlo a mí: yo termino contigo Jessica, no quiero que vuelvas a hablarme.

      «Sí, ese es mi muchacho» —festejé.

      *

      Estacioné mi BMW en la puerta de la casa de Louis. Él descendió.

      —Bien, todo salió como lo planeamos —dijo algo apresurado y alegre. Yo le clavé una mirada furtiva.

      —Es decir como lo planeaste… lo siento —remedió.

      —Así está mejor —aclaré.

      —Jessica tuvo su merecido. No debió jugar con mis sentimientos… yo no le había hecho nada —expresó Louis con desánimo.

      —No, no debió hacerlo… aún faltan las otras sarnosas, pero fue suficiente por hoy. Eres un buen chico Louis, quizás el único decente de esa escuela de piojosos y sabes a quién recurrir cuando necesitas adecuar tu vestuario.

      —Gracias Sophia…

      —Nos vemos al rato. Y por favor múdate a otro barrio, СКАЧАТЬ