Aquiles... un hetero curioso. Gonzalo Alcaide Narvreón
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Название: Aquiles... un hetero curioso

Автор: Gonzalo Alcaide Narvreón

Издательство: Bookwire

Жанр: Языкознание

Серия:

isbn: 9788468529004

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      Un hetero curioso

      Gonzalo Narvreón

      © Aquiles… un hetero curioso

      © Gonzalo Narvreón

      ISBN formato papel: 978-84-685-2899-1

      ISBN formato digital ePub: 978-84-685-2900-4

      ISBN formato digital PDF: 978-84-685-2901-1

      Impreso en España

      Editado por Bubok Publishing S.L

      “La normalidad es un camino pavimentado...

      ...el camino es cómodo, pero no crecen flores en él.”

      - Vincent Van Gogh -

      Dedicatoria

      A todos aquellos que alguna vez sintieron curiosidad y se han animado a explorar su sexualidad y fundamentalmente, a aquellos que sienten curiosidad y aún no se han atrevido a cruzar la frontera.

      Índice

       Capítulo 1 – Aquiles -

       Capítulo 2 - Segundo despertar -

       Capítulo 3 - Tarde de fútbol -

       Capítulo 4 - Noche de sábado -

       Capítulo 5 - Mañana picante.-

       Capítulo 6 - Un lunes cualquiera -

       Capítulo 7 - La semilla sembrada -

       Capítulo 8.- Los contactos de Alejandro -

       Capítulo 9.- Incómoda situación -

       Capítulo 10 - Promediando la semana -

       Capítulo 11 - Visita al Doc. -

       Capítulo 12 - Sábado primaveral -

       Capítulo 13 - Aprendiendo de Alejandro... -

       Capítulo 14 - Navegando en el río color de león -

       Capítulo 15 - …y Alejandro se explayó -

       Capítulo 16 - La ansiedad de Aquiles -

       Capítulo 17 - Aquiles y su esperma -

       Capítulo 18 - Una espina clavada -

       Capítulo 19 - Corriendo con Alejandro -

       Capítulo 20 - Noche de verano -

       Capítulo 21 - Fin de año -

      – Introducción –

      Aquiles llevaba una vida tranquila y acomodada; disfrutaba junto a su mujer, compartía su tiempo libre con amigos y se sentía conforme con sus logros laborales. Sus días transcurrían amoldado a los mandatos que la sociedad establecía y respondiendo a todo lo que se esperaba de él...

      ...y de repente, sin buscarlo ni pensarlo, un mundo nuevo comenzó a desplegarse ante sus ojos.

      Sin tenerlo aún muy en claro, fue entendiendo que nada era lo que parecía y que más allá de las estructuras cultura-les aceptadas, por las que transitaba cómodamente, había algo más...

      ...lo supo y ya nada sería igual; su curiosidad había despertado.

      Aquiles

      Buenos días mi amor... Fueron las cálidas palabras que acompañaron el apacible despertar de Aquiles y lo sacaron de un profundo y reparador sueño, tras una noche de viernes, cargada de placer y de lujuria, que lo habían dejado literalmente extenuado.

      Con los ojos cerrados y sin poder moverse ni emitir palabra, percibió el olor a sexo aún impregnado en los labios de Marina y sintió como su miembro era firmemente apretado por la mano de su mujer...

      –Papito... ¡¡¡Qué noche!!! –dijo Marina que, notablemente excitada, comenzaba a percibir la reacción del miembro de Aquiles.

      Aquiles solo pudo dibujar en su rostro una tibia sonrisa y se dejó llevar por los deseos de su hembra, entregándose a que hiciera con él lo que quisiera.

      Los firmes pechos de Marina, se apoyaron sobre su torso poblado de vellos. Pudo sentir la dureza de la punta de sus pezones y la húmeda vagina que se apretaba firmemente contra su pene, que ya se encontraba completamente erecto.

      Aquiles y Marina sabían cómo satisfacerse; habían pasado los cuarenta y llevaban una vida sexual plena y activa, despojada de inhibiciones. Practicaban deportes y sus cuerpos eran realmente atractivos, sin exageraciones, pero tonificados.

      Aquiles sabía muy bien qué puntos tocar, como manejar los tiempos y que hacer como para que Marina trepara hasta el cielo.

      En la intimidad, Marina mantenía una actitud de tremenda puta, deseosa por ser satisfecha y por recibir pija hasta quedar desmayada... Era una estupenda mamadora y disfrutaba de manera morbosa practicándole felatios a su marido, disfrutaba al saborear el semen de su macho y sabía perfectamente manejar sus músculos pélvicos como para enloquecerlo. Aquiles solía sentir como su miembro era literalmente chupado por la vagina de Marina; una sensación, como si allí dentro, hubiese una boca que succionaba su glande de manera magistral...

      Era frecuente que, el trabajo muscular de ella y el propio autocontrol de Aquiles, le permitiera СКАЧАТЬ