Un Rastro de Crimen . Блейк Пирс
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СКАЧАТЬ Carolyn Rainey— pero Jess no es la clase de chica que escapa para ir donde un amigo y deja todas sus cosas tiradas a un lado de la calle. Y ella nunca estaría dispuesta a separarse de su teléfono. Simplemente esa no es ella.

      Ray no respondió. Keri sabía que él se había sentido obligado a sugerir otras posibilidades. Y por lo general, estaba menos inclinado que Keri a aceptar la teoría del secuestro. Pero incluso él tenía problemas en dar razones legítimas para el hecho de que Jessica abandonara todas sus cosas.

      —¿Está bien si tomamos unas pocas de estas fotos? —preguntó, rompiendo el incómodo silencio— Queremos hacerlas circular entre las policías.

      —Por supuesto. Tómenlas todas si quieren —dijo Carolyn.

      —No todas —dijo Tim, sacando una de la pila. Era la primera vez que hablaba desde que se sentaron—. Me gustaría conservar esta, si pueden arreglárselas sin ella.

      Era una foto de Jessica en el bosque, vestida para ir de caminata, llevando en la espalda una mochila demasiado grande en verdad para ella. Su cara estaba embadurnada con lo que parecía pintura de guerra y llevaba una bandana arcoiris atada en su cabeza. Sonreía feliz. No sería de mucha ayuda para propósitos de identificación. Y aunque así fuese, Keri podía asegurar que la misma era muy especial para él.

      —Consérvela. Tenemos más que suficiente —dijo con suavidad antes de entrar en materia—. Ahora bien, hay unas cosas que vamos a necesitar de ustedes, y todo ello en el debido orden. Quizás quieran ponerlo por escrito. En situaciones como esta, el tiempo es crucial, así que puede que tengamos que hacer uso de todo lo que crean saber. ¿Les parece bien eso?

      Ambos asintieron.

      —Bien —dijo, antes de comenzar—, esto es lo que sigue. Sra. Rainey, vamos a necesitar que nos muestre la ruta que tomó para encontrarse con su hija, y la ruta acostumbrada de ella desde ese punto hasta la escuela. Vamos a querer examinar su habitación, incluyendo cualquier computadora o tableta que pudiera tener. Y como mencioné, también miraremos su teléfono cuando los forenses hayan terminado con él.

      —Okey —dijo la Sra. Rainey, anotándolo todo mientras Keri continuaba.

      —Necesitaremos la información de contacto de cada amigo que le venga a la mente, o de cualquier chico con el que ella pudiera haber tenido problemas durante el año pasado. Necesitaremos el número del director. Podemos conseguir en la escuela la información de contacto del maestro y del orientador, pero si ya la tienen, eso sería muy bueno.

      —Podemos darle todo eso —prometió Carolyn.

      —También necesitaremos los nombres y números de los tutores y entrenadores que tiene —añadió Ray—, al igual que los nombres de los muchachos con los que estaba encaprichada. La Detective Locke y yo nos dividiremos para maximizar el uso del tiempo.

      Keri le miró. Su voz sonaba completamente normal, pero podía asegurar que era más que una simple diligencia profesional en el trabajo.

      No te lo tomes como algo personal. Es una buena idea.

      —Sí —convino—. ¿Por qué la Sra. Rainey y yo no caminamos la ruta a la escuela antes de que oscurezca demasiado? En esta época del año, el sol se estará ocultando en menos de una hora. Puede darme esos números de contacto en el camino.

      —Y usted Sr. Rainey —dijo Ray—, puede mostrarme la habitación de Jessica. Después de eso, le recomiendo que vaya a buscar a su hijo. ¿Cuál es su nombre?

      —Nathaniel. Nate.

      —Okey, bueno, Escena del Crimen se habrá ido para cuando regrese, así que no habrá mucha gente por allí. Va a querer mantener las cosas lo más normal posible para él. De esa forma, si necesitamos hacerle unas preguntas, no se cerrará.

      Tim Rainey asintió automáticamente, como si acabara de recordar que también tenía un hijo. Ray continuó.

      —Cuando vaya, me dirigiré a la escuela para hablar con la gente de allá. Chequearemos también para ver si hay algún vídeo que pueda ser útil. Sra. Rainey, me encontraré con usted y la Detective Locke en la escuela y la traeré de vuelta a su casa.

      —¿Van a activar un Alerta Ámbar? —preguntó Carolyn Rainey, refiriéndose a los avisos de secuestro dirigidos al público en general.

      —Todavía no —dijo Ray—. Es muy posible que hagamos eso pronto, pero no hasta que tengamos más información que compartir. No sabemos todavía lo suficiente.

      —Pongámonos en marcha —dijo Keri—. Mientras más rápido tachemos todas estas tareas, más clara será la imagen que tendremos de lo que pudo haber sucedido.

      Todos se pusieron de pie. Carolyn Rainey tomó su bolso y los condujo a la puerta principal.

      —Te haré saber si averiguamos algo —le dijo a su marido al tiempo que lo besaba en la mejilla. Él asintió, para luego atraerla hacia sí y estrecharla en un largo y fuerte abrazo.

      Keri echó un vistazo a Ray, que estaba observando a la pareja. En contra de su voluntad, él la miró. Ella pudo ver todavía el dolor en sus ojos.

      —Te llamaré cuando lleguemos a la escuela —Keri le dijo en voz baja a Ray. Este asintió sin palabras.

      Ella se sintió tocada por su frialdad, pero lo entendió. Él se había abierto y había tomado un gran riesgo. Y ella lo había rechazado sin explicaciones. Era quizás bueno que ambos tuvieran algo de espacio por un rato.

      Cuando las dos mujeres salieron a la calle y comenzaron a alejarse caminando de la casa, un pensamiento reverberó en su cabeza.

      Lo he arruinado por completo.

      CAPÍTULO TRES

      Noventa minutos después, de regreso a su escritorio, Keri dejó salir un suspiro de profunda frustración. La mayor parte de la última hora y media había sido infructuosa.

      No habían hallado nada inusual en la caminata a la escuela y no se toparon con evidentes señales de lucha. No había inusuales marcas de llantas cerca del sitio donde la Sra. Rainey había encontrado las cosas de Jessica. Keri se había detenido ante cada casa cercana para determinar si algunos de los residentes tenían cámaras que vieran hacia la calle, y que pudieran ser de utilidad. Ninguno las tenía.

      Cuando llegaron a la escuela, Ray ya estaba allí hablando con el director, quien prometió enviar un correo-e con carácter de urgencia a todos los padres de los alumnos solicitando cualquier información que pudiesen tener. El oficial de seguridad tenía todos los vídeos de vigilancia del día en cola, así que Keri le sugirió a Ray que se quedara y los viera mientras ella llevaba a la Sra. Rainey a su casa, y después regresaba a la oficina para llamar a todas las posibles pistas.

      A Carolyn Rainey debió simplemente haberle parecido que eran dos compañeros repartiéndose eficientemente las tareas. Y hasta cierto punto, así era. Pero el pensamiento de ir incómoda en el asiento de pasajero, mientras Ray conducía de regreso a la División Los Ángeles Oeste, era algo para lo que ahora mismo no estaba dispuesta.

      Así que en en lugar de ello, abordaron un Lyft de regreso a la casa de los Rainey y Keri continuó desde allí hasta la estación, donde había pasado la última media hora llamando a СКАЧАТЬ