Atrayendo . Блейк Пирс
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СКАЧАТЬ había puesto sobre la mesa. Finalmente, se acercó a la puerta y encontró a Ryan abriéndola.

      Riley le echó los brazos al cuello y le dio un beso. Pero él no le regresó el beso, y ella sintió su cuerpo hundiéndose de agotamiento.

      Miró el apartamento iluminado con velas y espetó: —Riley, ¿qué demonios es esto?

      Riley se sintió terrible.

      Ella dijo: —Preparé la cena.

      Ryan entró, bajó su maletín y se dejó caer sobre el sofá.

      —No debiste haberte molestado —dijo—. Hoy fue un día de mierda. Y no tengo mucha hambre.

      Riley se sentó a su lado, le frotó los hombros y le dijo: —Pero todo está prácticamente listo. ¿Ni siquiera te provoca un bistec?

      —¿Bistec? —preguntó Ryan sorprendido—. ¿Nos lo podemos permitir?

      Riley ahogó una oleada de irritación y no respondió. Ella manejaba las finanzas del hogar, así que sabía muy bien lo que podían y no podían permitirse.

      Aparentemente percibiendo el desánimo de Riley, Ryan dijo: —Sí, me provoca un bistec. Dame unos minutos para lavarme las manos.

      Ryan se levantó y se dirigió al baño. Riley volvió rápidamente a la cocina, sacó las papas del horno y terminó de asar los bisteques.

      Ryan estaba sentado en la mesa para cuando Riley volvió con ambos platos. Vio que había servido vino para ambos.

      —Gracias, todo esto es muy agradable. —Mientras cortaba su bistec, añadió—: Me temo que traje un poco de trabajo a casa. Tendré que terminarlo a lo que terminemos de comer.

      Riley contuvo un suspiro de desilusión. Esperaba que su cena terminara de forma más romántica.

      Ella y Ryan comieron en silencio durante unos momentos. Luego Ryan comenzó a quejarse de su día: —Los abogados de nivel inicial somos esclavos. Tenemos que hacer todo el trabajo pesado para los socios: investigar, preparar alegatos, asegurarnos de que todo esté listo para los tribunales. Y trabajamos mucho más que los socios. Todo el trabajo parece novatadas de fraternidad, excepto que nunca se detiene.

      —Todo mejorará —dijo Riley, antes de forzar una risa y añadir—: Algún día tú serás socio. Y tendrás a muchos abogados de nivel inicial que solo se quejarán de ti.

      Aunque Ryan no se rio, Riley no podía culparlo. Ahora que lo pensaba, parecía un chiste patético.

      Ryan siguió quejándose durante toda la cena, y Riley no sabía si se sentía más herida o enojada. ¿No apreciaba lo mucho que se había esforzado para que esta noche fuera perfecta?

      ¿Y no entendía lo mucho que sus vidas estaban a punto de cambiar?

      Cuando Ryan se quedó callado durante unos momentos, Riley dijo: —Mira, mañana habrá una reunión en el edificio del FBI para celebrar el fin de las prácticas. ¿Podrás venir?

      —Me temo que no, Riley. También tengo que trabajar mañana.

      Riley se quedó sin aliento y dijo: —Pero mañana es domingo.

      Ryan se encogió de hombros y dijo: —Sí, bueno, es como dije, trabajamos como esclavos.

      Riley dijo: —Mira, es solo un rato. El subdirector y nuestro supervisor de entrenamiento querrán decir unas palabras. Y luego habrá algunos aperitivos y…

      Ryan interrumpió: —Riley, lo siento.

      —Pero mañana me voy a Quantico, justo después de la reunión. Me llevaré mi maleta conmigo. Pensé que me llevarías a la estación de autobuses.

      —No puedo —dijo Ryan bruscamente—. Tendrás que buscar otra forma de llegar allí.

      Ambos comieron en silencio durante unos momentos.

      Riley se esforzó por comprender lo que sucedía. ¿Por qué Ryan no podía acompañarla mañana? Solo tomaría unas horas de su día. En ese momento entendió algo…

      —Aún no quieres que vaya a Quantico.

      Ryan soltó un gemido de disgusto y dijo: —Riley, no quiero volver a hablar del tema.

      Riley sintió su rostro enrojecerse de ira y luego dijo: —Bueno, es ahora o nunca, ¿no?

      Ryan dijo: —Ya tomaste tu decisión. Supuse que era definitiva.

      Los ojos de Riley se abrieron de par en par.

      —¿Mi decisión? —dijo—. Creía que era nuestra decisión.

      Ryan suspiró y dijo: —No voy a hablar de esto. Solo terminemos de comer, ¿de acuerdo?

      Riley se lo quedó mirando mientras comía.

      En ese momento, se preguntó: «¿Ryan tiene razón? ¿Lo obligué a aceptar mi partida?»

      Ella pensó en sus conversaciones, tratando de recordar. Recordó lo orgulloso que Ryan había estado de ella cuando detuvo al Asesino de Payasos:

      —Salvaste la vida de al menos una mujer. Como resolviste el caso, quizá salvaste la vida de otras mujeres. Es una locura. Creo que tal vez estás loca. Pero también eres una heroína.

      En ese momento, ella había creído que eso era lo que quería, que siguiera una carrera con el FBI, que siguiera siendo una heroína.

      Pero ahora que lo pensaba, Riley no recordaba a Ryan diciendo exactamente esas palabras. Ryan nunca le había dicho que quería que fuera a la Academia para seguir sus sueños.

      Riley respiró profundo varias veces y pensó: «Necesitamos discutir esto con calma.»

      Finalmente dijo: —Ryan, ¿qué quieres para nosotros?

      Ryan inclinó la cabeza y se le quedó mirando.

      —¿De verdad quieres saberlo? —preguntó.

      Aunque Riley sintió un nudo en la garganta, le respondió: —Quiero saberlo. Dime qué es lo que quieres.

      Ryan parecía herido. Riley se encontró temiendo lo que iba a decir.

      Ryan finalmente dijo: —Solo quiero una familia.

      Luego se encogió de hombros y comió otro bocado de bistec.

      Sintiéndose un poco aliviada, Riley dijo: —Yo también quiero eso.

      —¿Sí? —preguntó Ryan.

      —Claro que sí. Sabes que sí.

      Ryan negó con la cabeza y dijo: —No, creo que ni siquiera tú sabes lo que quieres.

      Esas palabras fueron como una cachetada para Riley. Por un momento, simplemente no supo qué decir.

      Luego dijo: —¿No crees que pueda tener una СКАЧАТЬ