Название: Un Cielo De Hechizos
Автор: Морган Райс
Издательство: Lukeman Literary Management Ltd
Жанр: Героическая фантастика
Серия: El Anillo del Hechicero
isbn: 9781632912862
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Reece empujó a Centra, quien estaba en estado de shock, y todo se volvieron y corrieron hacia los demás, abriéndose paso hacia la pista fangosa.
Reece sintió que un Faw saltaba sobre su espalda y lo derribaba. Lo arrastró por los tobillos, cuesta abajo y acercó sus colmillos hacia su cuello.
Una flecha navegó por la cabeza de Reece y llegó el ruido de una flecha, impactando la carne y Reece volteó a ver a O’Connor, en la cima de la colina, sosteniendo un arco.
Reece se puso de pie, Centra lo ayudaba, mientras Conven protegía su retaguardia, contraatacando a los Faws. Finalmente, todos corrieron el resto de la colina y llegaron hasta donde estaban los demás.
"¡Qué gusto tenerlos de vuelta!", dijo Elden, mientras se abalanzaba y mataba a varios Faws con su hacha.
Reece hizo una pausa en la parte superior, asomándose por la niebla y preguntándose qué camino tomar. La senda tenía una bifurcación y estaba a punto de ir a la derecha.
Pero de repente, Centra corrió delante de él, yendo hacia la izquierda.
¡Síganme!”, gritó Centra mientras corría. “¡Es la única manera!”.
Miles de Faws comenzaron a subir la cuesta; Reece y los demás se volvieron y corrieron, siguiendo a Centra, deslizándose y resbalando por el otro lado de la colina, mientras la tierra seguía moviéndose. Siguieron la pista de Centra y Reece estaba agradecido de que le había salvado la vida.
"¡Tenemos que llegar al Cañón!". Reece gritó, sin estar seguro de qué camino seguiría Centra.
Corrieron, zigzagueando a través de los gruesos y retorcidos árboles, esforzándose por seguir a Centra, mientras él avanzaba hábilmente a través de la niebla, en un camino de tierra áspera, cubierta de raíces.
"¡Sólo hay una manera de perder esas cosas!", dijo Centra. "¡Sigan mi camino!".
Siguieron de cerca a Centra mientras corrían, tropezando con las raíces, arañados por las ramas; Reece luchaba por ver a través de la espesa niebla. Más de una vez tropezó con los cimientos disparejos.
Corrieron hasta que los pulmones les dolían, el horrible chillido de esas cosas detrás de ellos, miles de ellos, se aproximaban. Elden y O'Connor, que ayudaban a Krog, los retrasaban. Él esperaba y rezaba para que Centra supiera hacia dónde iba; no podía ver el muro del Cañón desde aquí.
De repente, Centra se detuvo en seco y estiró su mano y golpeó el pecho de Reece, deteniéndolo.
Reece miró hacia abajo y vio a sus pies una pendiente empinada, hacia un río.
Reece volteó a ver a Centra, extrañado.
"Agua", explicó Centra, faltándole el aire. "Tienen miedo de cruzar el agua".
Todos los demás se detuvieron al lado de ellos, mirando a los rugientes rápidos, mientras trataban de recuperar el aliento.
"Es su única oportunidad", agregó Centra. "Crucen el río y les perderán la pista por ahora y ganarán tiempo".
"Pero, ¿cómo?", preguntó Reece, mirando las espumosas aguas verdes.
"¡Esa corriente nos mataría!", dijo Elden.
Centra hizo una mueca.
"Ésa es la menor de sus preocupaciones", respondió. "El agua está llena de Fourens – el animal más mortífero del planeta. Si caes, te harán pedazos".
Reece miró hacia abajo, al agua, sorprendido.
"Entonces no podemos nadar", dijo O'Connor. "Y no veo un barco".
Reece miró sobre su hombro, el sonido de los Faws se escuchaba cada vez más cerca.
"Ésta es su única oportunidad", dijo Centra, estirando la mano hacia atrás y tirando de una vid larga atada a un árbol; sus ramas colgaban sobre el río. "Debemos cruzar balanceándonos", dijo él. "No resbales. Y no caigas cerca de la orilla. Regrésanosla cuando termines".
Reece miró hacia abajo al agua que gorgoteaba, y al hacerlo, vio a unas horribles criaturas amarillas muy pequeñas saltando, parecidas al pez luna, con grandes mandíbulas, haciendo chasquidos y ruidos extraños. Había escuelas de ellos y todas parecían como si estuvieran en espera de su próxima comida.
Reece miró sobre su hombro y vio al ejército de Faws en el horizonte, acercándose. No tenían elección.
"Puedes ir primero", le dijo Centra a Reece.
Reece movió la cabeza.
"Iré al final", respondió. "En caso de que no todos lleguemos a tiempo. Ve tú primero. Tú nos trajiste aquí".
Centra asintió con la cabeza.
"No tienes que decírmelo dos veces", dijo con una sonrisa, mirando nerviosamente a los Faws acercándose.
Centra sujetó la vid y con un grito saltó, balanceándose rápidamente sobre las aguas, mientras colgaba por lo bajo en la vid, levantando sus pies del agua y de las criaturas que chasqueaban. Finalmente, aterrizó en la orilla, cayendo al suelo.
Lo logró.
Centra estaba parado, sonriendo; agarró la vid mientras se balanceaba y la envió de regreso hacia el río.
Elden estiró la mano y la sujetó, y se la dio a Indra.
"Las damas primero", dijo.
Ella hizo una mueca.
"No necesito mimos", dijo. "Eres pesado. Podrías romper la vid. Ve y acaba con esto de una vez. No te caigas – o esta mujer tendrá que salvarte".
Elden hizo una mueca, nada divertido, mientras ella agarraba la vid.
"Sólo trataba de ayudar", dijo él.
Elden saltó con un grito, navegando por el aire y cayó sobre la orilla lejana, al lado de Centra.
Envió la cuerda de regreso, y se fue O'Connor, seguido por Serna, Indra y luego Conven.
Los últimos que quedaban eran Reece y Krog.
"Bueno, supongo que sólo quedamos nosotros dos", le dijo Krog a Reece. "Anda. Sálvate", le dijo Krog, mirando sobre su hombro nerviosamente. "Los Faws estaban demasiado cerca. No hay tiempo para que los dos lo hagamos".
Reece movió la cabeza.
"Nadie se queda atrás", dijo. "Si no vas, entonces yo tampoco lo haré".
Ambos permanecieron allí, obstinadamente, Krog se veía cada vez más nervioso. Krog meneó la cabeza.
“Eres un tonto. ¿Por qué cuidas tanto de mí? A mí tú no me importarías ni la mitad".
"Yo soy el líder ahora, lo que hace que tú seas mi responsabilidad", respondió Reece. "Tú no me importas. Me importa el honor. Y mi honor me ordena no dejar a nadie atrás".
Ambos se dieron vuelta nerviosamente cuando el primero de los Faws los alcanzó. Reece dio СКАЧАТЬ