Morrigan. Laura Merlin
Чтение книги онлайн.

Читать онлайн книгу Morrigan - Laura Merlin страница 4

Название: Morrigan

Автор: Laura Merlin

Издательство: Tektime S.r.l.s.

Жанр: Детская проза

Серия:

isbn: 9788873047148

isbn:

СКАЧАТЬ era un lugar bastante apartado, con grandes sauces llorones, que podían crear un perfecto escondite.

      Yo nunca había ido, porque me parecía un lugar peligroso.

      Las dudas de mi cabeza se desvanecieron, cuando escuché gritos que provenían desde allí y, sin pensarlo, corrí detrás del lobo.

      Después de un par de metros, llegué. Los gritos eran más fuertes y podía oír voces. Retiré unas ramas de sauce y pude ver toda la escena.

      â€œEres solo una pequeña molestia”, gritó la chica de cortos cabellos rubios, que le caían todos a un lado.

      â€œNo, te lo ruego, déjame ir. No he hecho nada”

      Miré hacia el lugar del que provenía esa voz.

      Era una muchacha simple, con cabellos desordenados de color castaño que le caían sobre los hombros.

      Una tercera muchacha, la sostenía de los brazos, por detrás, de manera de no permitirle moverse. No decía nada, se limitaba a sonreír, masticando frenéticamente un chicle. La cresta verde y roja, en la cabeza, y una cantidad de piercings en las orejas y en la cara, la hacían parecer un muchacho.

      â€œÂ¿Qué?” dijo la rubia. “Tú estúpida muchachita, fuiste a la policía a decir que te sacamos plata para la coca”

      â€œIo… io…”, susurró la pobre muchacha.

      â€œÂ¿Tú qué?…admítelo o…” La mano de la rubia bajó hasta el bolsillo trasero de su jean, sacó una navaja, y con un movimiento rápido hizo saltar la punta que brilló amenazadora delante de los ojos de la pobre víctima indefensa.

      Odiaba a quiénes hacían bulling. Me había pasado que me tomaran el pelo, pero nunca nadie había llegado al extremo de amenazarme con un cuchillo.

      No lo podía concebir, esto era demasiado.

      Noté la expresión de la pobre muchacha. Estaba aterrorizada, lloraba a mares, y se la había corrido el poco maquillaje que se había puesto en los ojos.

      Â¿Cómo podían tratar así a una pobre muchacha indefensa?

      Algo dentro de mí comenzó a bullir. Sin que me diera cuenta, mis piernas se movieron solas, como empujadas por una fuerza exterior.

      â€œHey, déjenla” grité.

      Me precipité hacia ellas, la adrenalina se apoderó de mí y ya no respondía por mis acciones.

      â€œÂ¿Qué quieres? Vete, no te metas en problemas ajenos” dijo la rubio fulminándome con la mirada.

      â€œDéjenla en paz y me voy”

      â€œVete ahora” dijo, moviendo los ojos. “No son problemas tuyos, ¿cuántas veces debo decírtelo? Ve a hacerte la heroína a otra parte.”

      â€œYaaa” dijo la muchacha punk, arrastrando la última letra.

      La rubia levantó el cuchillo: “Esto te hará daño, pero es solo una invitación para que retires la denuncia. Si no lo haces...” imitó con la mano libre el gesto de cortarle el cuello.

      â€œNo bromees déjala en paz. Hizo bien en denunciarlas. Ustedes no saben lo que significa ser presa de mira. Quiere decir tener terror de salir de casa, de ir a la escuela. Uno se aísla por culpa de muchachas odiosas como ustedes, que les arruinan la vida a pobres muchachas inocentes. Deja la navaja ahora, ponlo en el piso.” Casi grité estas últimas palabras.

      â€œEstá bien lo dejo. Me has conmovido, sabes.”, dijo burlona la rubia, con la nariz en alto fingiendo el llanto. Luego agrego: “Pero antes se lo clavo en los muslos”.

      La rubia trató de golpear con la navaja a la muchacha, yo me tiré delante de ella y la respiración se me bloqueó en la garganta.

      Sentí algo calienta que me corría por el lado derecho y una sensación de torpeza comenzó a correrme por todo el cuerpo. Bajé la mirada y vi una mancha rojiza que comenzó a arruinarme la remera blanca.

      Una lágrima me regó el rostro, luego otra. La cabeza me comenzó a girar y todo a mi alrededor parecía quedar en silencio. Mi respiración comenzó a hacerse corta e irregular. Las piernas me cedieron y caí al piso como una bolsa vacía.

      Sentí a la muchacha punk exclamar: Oh mierda, esta está muerta…está muerta en serio. La mataste”.

      â€œVámonos, rápido. Dejémosla aquí que se muera”, dijo la rubia.” Y tú, ven con nosotras, no nos denunciarás también por esto”.

      Las tres se marcharon, rápidamente, dejándome sobre una cama de hojas.

      Me di cuenta en aquel momento que no había lágrimas sobre mi rostro, sino gotas de lluvia.

      Era como si el cielo hubiera comenzado a llorar por mí.

      Sabía que en aquel lugar nadie me habría encontrado a tiempo para salvarme. Estaba destinada a morir, sin siquiera haber tenido tiempo de despedirme de mis padres.

      Mi madre, mi dulce y querida madre siempre dispuesta a estar a mi lado. Me hubiera gustado agradecerle por todo lo que siempre había hecho por mí.

      Mi padre, mi adorado y fuerte papá, de quien había sacado mis rebeldes y negros cabellos. Me hubiera gustado escucharlo más seguido.

      Y Ade, mi fiel amigo de cuatro patas. ¿Qué habría hecho ahora sin mí? Estábamos siempre juntos, inseparables, y ahora ya no podría estar a su lado.

      Fue justo con este pensamiento, que una lágrima me corrió por la mejilla, y esta vez de verdad, mezclándose con la lluvia.

      Un escalofrío me atravesó el cuerpo y todo pareció moverse.

      El mundo me giró entorno y algo me elevó, fuera del cuerpo. No lograba distinguir nada. Estaba viajando a una velocidad tal que veía solo sombras indistintas y relámpagos de luz. Lo único que podía percibir en aquel particular viajes eran las voces. Lamentos para ser más precisa. Lúgubres y tétricos lamentos. Además era como si manos invisibles se alargaran para detener mi loca corrida. Me agujereaban el cuerpo, pero no sangraba, y jirones de carne parecían desprenderse de mi cuerpo cada vez que una de esas manos me rozaba.

      Después de algunos minutos, que me parecieron infinitos, volví a fluctuar.

      No estaba en una habitación.

      No estaba afuera.

      No estaba tampoco en el cielo.

      Flotaba en una especie de dimensión celeste, todo a mi alrededor brillaba en una luz azulada e hipnótica.

      Habría СКАЧАТЬ