Cómo acordarse de sus vidas anteriores. Roger Luc Mary
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Название: Cómo acordarse de sus vidas anteriores

Автор: Roger Luc Mary

Издательство: Parkstone International Publishing

Жанр: Эзотерика

Серия:

isbn: 978-84-315-5286-2

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СКАЧАТЬ queda catalogada como un factor de evolución. El término «cromosoma-memoria» no expresa bien lo que se pretende definir: no es a través del conocimiento del pasado como se puede progresar hacia el futuro, pero tampoco teniendo que volver a descubrirlo todo. Todo ser con voluntad se acuerda inconscientemente[6]. Por lo tanto, existiría un cromosoma de memoria evolutiva (CME).

      Pero el reparto de esta memoria adquirida se convertiría enseguida en algo anárquico (llevaría consigo la falta de adaptación de la especie al medio) si no existiera un cromosoma coordinador en el que recae el papel de la decisión: poner la información adecuada en el lugar adecuado dentro de uno u otro individuo, según el programa de su propia evolución. Queda claro inmediatamente que no se trata de elitismo sino de evolución pura y simple, carente de cualquier tipo de maniqueísmo. En efecto, la naturaleza no obedece más que a su propio orden. Algunos seres están más evolucionados que otros y son estos primeros los que están (o deberían estar) al servicio de los segundos[7]. Todo lo que recibe un ser, debe ser necesariamente redistribuido.

      Este cromosoma de coordinación de la memoria (CCM) puede jugar también un papel en la elección de la información resurgente, encargada de seleccionar la información registrada, es decir, la que vuelve al nivel de la conciencia para ser memorizada.

      Por consiguiente, podemos pensar que este cromosoma (CCM) es el que controla las sensaciones de déjà vu («ya visto») o «ya vivido».

      En el campo de la genética se enfrentan dos concepciones: la primera achaca todo a la actividad cromosómica con lo que nada puede existir fuera de lo que contienen los programas. Se trata de un sistema cerrado que se intenta abrir por medio de la manipulación genética.

      La segunda concepción considera que el soma rige todo o, dicho de otro modo, que el individuo sufre la influencia del medio que le rodea, que puede modificar así a la persona sin que tenga una repercusión genética transmisible. Se trata de un sistema de circuito abierto, pero cerrado a otras posibilidades.

      Habría un tercer esquema que no sería ni el circuito cerrado de la primera concepción antes citada ni el abierto de la segunda. Dejando de lado las mutaciones genéticas excepcionales, habría lugar para una adaptación progresiva gracias al cromosoma de memoria potencial (CMP) que, con el tiempo, pasará a convertirse en un cromosoma de memoria evolutiva (CME). Se podría dar un valor acabado a la evolución de una especie al considerar que no puede ir, aquí y ahora, más allá de su evolución temporal, limitada al número de CMP que posea. Sólo gracias al juego de mutaciones sucesivas el individuo obtiene un mayor número de posibilidades. Dicho de otro modo, no bastaría con una existencia para conocer todo y evolucionar.

      Si la vida no debe nada al azar y el absurdo, se puede pensar entonces que el poder de asimilación analítica o sintética, propio de los hombres, depende de este CMP. Así se convertiría en la sede de esta inteligencia que no solamente media la relación entre lo visible y lo invisible sino que también explica las fuertes impresiones extrasensoriales que muchas personas perciben.

      Replanteamiento de la reencarnación por parte de la ciencia avanzada

      En ciertos medios de la ciencia llamada «avanzada», el problema de la reencarnación está presente y las hipótesis suceden a las teorías. Se podrían resumir estas nuevas hipótesis de la siguiente manera.

      El pensamiento escapa a la materia así como a los campos temporales; a partir del pensamiento en estado puro se podría recrear la materia utilizando la energía primordial en un contexto espacio-temporal. De este modo no solamente ya no se plantearía el problema de la supervivencia, sino que este proceso permitiría pasar de un nivel a otro. El espíritu vivo que reside en el hombre sólo se engendraría una única y primera vez pero tendría el poder de volver a crearse, indefinidamente, o, en cualquier caso, hasta completar la evolución, hasta conseguir la perfección.

      Es el momento de dejar claro los tres tipos de energía que existen:

      – la energía de la forma física, de percepción sensorial;

      – la energía de la forma espiritual, de percepción extrasensorial;

      – la energía primigenia, como origen. Está presente en las dos primeras energías y estas proceden de ella.

      Estas energías se cristalizarían en una sola energía temporal en el ser humano, lo que le llevaría a su realización que no se puede alcanzar en el curso de una única manifestación de vida física. Las energías animistas se orientarían hacia un fin determinado pasando por diferentes caminos, es decir que se expresarían a través de una sucesión de vidas hasta alcanzar ese fin: la reintegración unitaria, lo que el Hombre llama «Dios». Sin embargo, una falsa interpretación empujaría a creer en reencarnaciones estrictamente terrestres; esta interpretación provendría del dogma religioso que tiene que ver con la repetición del pecado original bajo el pretexto de que el cuerpo humano es terrestre.

      Según esta concepción, la ley del eterno retorno no sería un absurdo estático sino una hiperinteligencia dinámica; el absurdo sería que el espíritu vivo se reencarnara varias veces (e inútilmente) en el mismo contexto de manifestación.

      Una visión de este tipo implica que el universo esconde un número incalculable de «planetas-escuela». También implica la imposibilidad del espíritu vivo de volver a manifestarse físicamente varias veces en el mismo planeta, salvo en caso de error de recorrido: muerte prematura, suicidio, etc. Exceptuando estos accidentes, habría un bloqueo por parte de la energía primigenia a volver a manifestarse varias veces en el mismo contexto energético, lo que valdría para todos los planos. Los niveles intermedios (entre la vida y la muerte) serían a la fuerza diferentes o, de lo contrario, el espíritu vivo se convertiría en una máquina sometida a un ordenador.

      Las energías sutiles, animistas, etc., siguen vías ilógicas para el entendimiento humano que establece, según su lógica, un proceso de jerarquías progresivas (por ejemplo, mineral, vegetal, animal, humano). Se podría lograr que este orden no fuera obligatoriamente cronológico y que obedeciera a un «desorden» marcadamente «organizado».

      Las diferentes doctrinas religiosas

      Reencarnación y tradiciones

      Las religiones monoteístas

      La religión judeocristiana y la islámica se oponen, a veces brutalmente, a la idea de la reencarnación. Se trata de una concepción totalmente contrapuesta a los fundamentos de la ley judaica, una ley que coincide con el dogma cristiano de que el cuerpo muere y el alma vuelve al origen divino del que se ha originado sin volver a la Tierra.

      A pesar de esta creencia, existe una tendencia reencarnacionista en la tradición judía, tendencia que apareció en el siglo XII entre los cabalistas y numerosos teólogos. Según el rabino Josy Eisenberg[8], se habrían basado en un texto de Job que especifica que Dios concede varias oportunidades al hombre para llegar a la perfección.

      Para la iglesia católica, no se puede ser cristiano y creer en la reencarnación, ya que, de acuerdo con el dogma, la resurrección es definitiva.

      Sin embargo, se encuentran alusiones a la reencarnación en numerosos textos sagrados:

      La tribu de Judea, al igual que las otras tribus, conocían este misterio, sabían que cuando el alma no ha finalizado su misión durante su paso por la Tierra, es desterrada y trasplantada de nuevo sobre la Tierra, y así está escrito (en СКАЧАТЬ



<p>6</p>

Si recordáramos por completo nuestras vidas anteriores es fácil de imaginar los traumas que sufriríamos.

<p>7</p>

De ahí proviene la cita bíblica: «Los últimos serán los primeros».

<p>8</p>

Josy Eisenberg, Le testament de Moïse, Ed. Albin Michel, 1996.