Montesquieu y la construcción de la paz internacional. Víctor Antonio Hernández Ojeda
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Название: Montesquieu y la construcción de la paz internacional

Автор: Víctor Antonio Hernández Ojeda

Издательство: Bookwire

Жанр: Социология

Серия:

isbn: 9786079946869

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СКАЧАТЬ escuchar en la asamblea el examen a la gestión de un magistrado… nadie está facultado a obligarme a que me interese por los negocios del Estado (y tampoco hay nadie autorizado a recompensarme si lo hago). Si los ciudadanos no se automotivan a obrar cotidianamente por virtud, el Estado queda paralizado (las magistraturas no trabajan, se suspende la actividad legislativa, no se acude a las votaciones, etc.). Por tal motivo, la educación en las democracias debe ser una educación en la virtud política y en el amor a la patria, que incendie los corazones de los ciudadanos desde pequeños. Así, al crecer, los ciudadanos participarán de la vida política sin perseguir una recompensa ni temer el castigo de alguna autoridad, sino por amor, plenamente automotivados, deseosos de hacer todo por preservar la naturaleza de su forma de gobierno (la igualdad).[19]

      Nótese cómo este tipo de argumento se distingue de otras tradiciones de filosofía política que se fundamentan en algún tipo de criterio moral o utilitario: el Estado debe hacer x porque es bueno (e.g. el príncipe cristiano debe obrar de tal manera para asegurar la felicidad terrena y la vida eterna de sus súbditos). El Estado debe hacer x porque es útil (utilitarismo). El Estado debe hacer x porque es lo debido (teorías del deber), etc. Le llamo “argumento arquitectónico” porque siempre adopta la forma de una prescripción o de una proscripción, en aras de conservar la estructura fundamental de cada forma de gobierno, de conservar su constitución entendida en sentido ontológico, aquello que le hace ser eso y no otra cosa. En ese sentido, podemos interpretar Del espíritu de las leyes, si se me permite la expresión impropia, como un manual exhaustivo para la construcción de monarquías, repúblicas y gobiernos despóticos.

      Ahora bien, es importante destacar que Del espíritu de las leyes no contiene exclusivamente argumentos arquitectónicos. Existen abundantes apartados con argumentos históricos, morales, legales y de distinta índole. La obra abarca una amplísima gama de temas, desde el diseño más abstracto del Estado y los orígenes de la vida política, hasta las disposiciones legales e institucionales que cada forma de gobierno debe adoptar con relación al clima, al suelo, al número de habitantes, al lujo, al maquillaje, etc. La guía interpretativa que aquí propongo aspira dar unidad incluso a esas disposiciones tan peculiares. Bajo esta lectura, Del espíritu de las leyes no es meramente una colección de consejos geográficos y curiosidades históricas, sino un estudio histórico y de política comparada sobre las implicaciones que tiene cada ley, cada norma, cada magistratura, cada institución, cada práctica; en la conservación de la forma de gobierno establecida.

      La forma arquitectónica de evaluar los consejos políticos prescritos por Montesquieu es la siguiente. Si esta disposición se aplicara o dejara de aplicarse, ¿esta forma de gobierno perdería o conservaría su naturaleza y su espíritu característico? ¿Qué leyes, costumbres e incentivos son indispensables para preservar la naturaleza y el espíritu de cada forma de gobierno?

      Los orígenes de lo político en Montesquieu

      El último elemento para evaluar la pertinencia de la lectura arquitectónica que propongo, y para terminar de situar a Montesquieu dentro de la historia de la filosofía política, es su visión sobre los orígenes y la finalidad del Estado y de la sociedad.

      Nótese que esta tercera ley involucra tres incentivos distintos para reunir a los hombres en comunidad. En primer lugar, la advertencia de que todos tienen entre sí un temor recíproco genera confianza. Si todos están tan aterrados de mí como yo de ellos, es razonable suponer que no estaré en peligro si convivo con los demás. En segundo lugar, hay un placer en general por convivir con otros miembros de la especie. En tercer lugar, hay un placer particular al convivir con el sexo opuesto.

      Quizás esta lista de tres incentivos bastaría para afirmar que Montesquieu es un defensor de la sociabilidad natural, de la tesis de que el ser humano está llamado por naturaleza a vivir en comunidad. Pero hay incluso una cuarta ley natural que confirma esta sospecha.

      El deseo de vivir en comunidad proviene en buena medida de un sentimiento (el placer de convivir con los semejantes), pero el hombre puede acceder a un tipo de convivencia superior a la de los animales. Su convivencia puede СКАЧАТЬ