Название: Excombatientes y fascismo en la Europa de entreguerras
Автор: Ángel Alcalde Fernández
Издательство: Bookwire
Жанр: Документальная литература
Серия: Historia
isbn: 9788491349280
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Fuentes: Berghahn (1965), Sabbatucci (1974), Klotzbücher (1964), Schuster (1975), Prost (1977), Rochat (1981), Finker (1982), Cointet (1995), Ungari (2001), Kennedy (2007), Millington (2012a, 2015), Ziemann (2013), Löffelbein (2013), Alcalde (2014).
Alemania
Alemania fue un caso único y dramático debido a su peso específico en Europa central y occidental, su derrota en la Gran Guerra y su Revolución, con consecuencias de largo alcance sentidas en todo el continente. Allí, el final de la guerra estuvo marcado por un conjunto particular de procesos sociales, políticos, económicos y psicológicos.52 El caótico regreso de los soldados del frente no solo generó un severo problema económico, sino que también condicionó el devenir de la Revolución alemana. Tras la abdicación y huida del Kaiser, los consejos de soldados (Soldatenräte) se extendieron rápidamente por toda Alemania, con sus hombres agitando banderas rojas y portando brazaletes del mismo color revolucionario.53 No obstante, el poder recayó en manos de los socialdemócratas. Por su parte, muchos oficiales asistieron consternados al derrumbamiento del ejército imperial, y no pocos se sintieron públicamente humillados al ver arrancadas las insignias de sus uniformes militares.54 Entre noviembre y diciembre de 1918, mientras la Liga Espartaquista propulsaba el movimiento comunista revolucionario, 1,5 millones de soldados (Frontsoldaten, comúnmente conocidos como Frontschweine) regresaron a casa. Aunque generalmente la población les dio la bienvenida, algunos acabaron por emplear la violencia contra los revolucionarios, como por ejemplo durante los enfrentamientos del 24 de diciembre de 1918 en Berlín. Sin embargo, también muchos revolucionarios eran antiguos veteranos desmovilizados, soldados de retaguardia –llamados Etappenschweine– y marineros rebeldes. Sea como fuere, el Gobierno socialdemócrata, para restaurar la «tranquilidad y el orden», reprimir la revolución y defender las fronteras orientales, promovió la creación de unidades mercenarias: los Cuerpos Francos (Freikorps). La mentalidad despiadada y sanguinaria de estos paramilitares ultraviolentos se cimentó en el imaginario bélico.55 No en vano, al principio el grueso de sus miembros provino de unidades que habían luchado en el frente. Sus métodos de combate fueron empleados contra civiles en un contexto de extrema ansiedad y miedo,56 tal y como sucedió el 15 de enero de 1919 en Berlín cuando soldados gubernamentales y voluntarios asaltaron la sede del periódico socialista Vorwärts –ocupado por los revolucionarios– y asesinaron brutalmente a los líderes espartaquistas Karl Liebknecht y Rosa Luxemburgo.57
Los dramáticos acontecimientos de Alemania son cruciales para entender cómo nació del movimiento fascista en Italia, y nos permiten conectar este con los excombatientes. Las terribles noticias acerca del destino de la insurrección espartaquista en Berlín pronto trascendieron fronteras. En Italia, el diario socialista Avanti! anunció que el «peligro militarista» alemán se había despertado de nuevo con la represión; el periódico reprodujo en italiano el último mensaje de Liebknecht, en el que este reconocía que los revolucionarios habían sido abandonados «por los marinos y los soldados».58 Los rumores sobre el espantoso final de los líderes del Partido Comunista Alemán también se confirmaron; aquellos soldados retornados del frente, o «tropas gubernamentales» como todavía se las llamaba, habían aplastado la insurrección comunista. Parecía evidente que los excombatientes alemanes en Berlín habían abortado una revolución de corte similar a la rusa.
Mussolini, enterado de lo sucedido, reforzó su fe en el decisivo papel político que atribuía a los veteranos: frenar a la expansión del fenómeno «asiático» del leninismo. De hecho, Mussolini estaba convencido de que los oficiales del antiguo ejército alemán habían sido el instrumento clave para derrotar a los espartaquistas.59 Conforme se sucedían los acontecimientos en Berlín, Il Popolo d’Italia fue dando publicidad al apoyo que los consejos de soldados y trabajadores otorgaron al gobierno socialdemócrata alemán, destacando el pensamiento conservador de los soldados que habían tomado esa importante decisión: «los soldados que vuelven de las trincheras no quieren, no toleran el desorden. Han pasado СКАЧАТЬ