Название: Conservación en la Patagonia Chilena
Автор: Juan Carlos Castilla
Издательство: Bookwire
Жанр: Математика
isbn: 9789561428218
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Las recomendaciones transversales propuestas al final de este capítulo tienen el propósito de implementar la siguiente visión de conservación integral patagónica: fortalecimiento del sistema de protección de ecosistemas y sus servicios ecosistémicos, integrando el mar y la tierra, e incorporando las expectativas de desarrollo de los habitantes locales y los derechos de los pueblos indígenas, con sustento en la mejor información científica y en los conocimientos tradicionales de las comunidades locales. Proponemos adoptar un enfoque que considere de manera explícita los flujos de energía y las conexiones ecológicas entre los sistemas marinos y terrestres para identificar y analizar las amenazas y diseñar acciones de mitigación.
Recomendamos aquí que la política general de conservación de los ecosistemas patagónicos esté centrada en el bienestar humano y la conservación de los modos de subsistencia de sus habitantes, en coherencia con el marco teórico propuesto por el Intergovernmental Science-Policy Platform on Biodiversity and Ecosystem Services (IPBES, 2018) y Díaz et al., 2018, que destacan las interdependencias entre los habitantes y los ecosistemas, así como la necesidad de conciliar la influencia y percepciones de una diversidad de sistemas de conocimiento y formas de habitar sobre los cambios del mundo natural. Este punto de vista es compartido con la propuesta socio-ecológica para la sustentabilidad de los océanos en la próxima década (2020-2030), que aspira a desarrollar nuevas formas de cooperación basadas en una ética multicultural (Barbier et al., 2018). Ambas visiones son consistentes con una aproximación inclusiva de la conservación que refuerza el vínculo entre la sociedad humana y los sistemas naturales.
2. ALCANCE Y OBJETIVOS
Esta síntesis se basa en la premisa de que una revisión sistemática de los estudios científicos, socio-ecológicos y antropológicos publicados, relevantes para la conservación integrada de la Patagonia chilena, puede contribuir a identificar y reforzar aspectos deficitarios de la gobernanza, planificación y gestión que hoy llevan a cabo las entidades gubernamentales, privadas y de la sociedad civil. El capítulo tiene los siguientes propósitos: i) revisar en base a lo discutido en este libro, y un análisis sistémico de la evidencia científica publicada sobre la región (Martínez-Harms, 2021), el estado del conocimiento sobre los ecosistemas patagónicos chilenos, incluyendo ambientes terrestres, marinos, dulceacuícolas, la criósfera y las conexiones de la interfaz mar-tierra; ii) identificar oportunidades y desafíos científicos, socio-ambientales y de cambios globales que enfrenta la Patagonia chilena; iii) sintetizar y resaltar las mayores recomendaciones transversales (teóricas y prácticas) que se desprenden de los capítulos del presente libro y de nuestra visión, tanto respecto a una conservación en acción, como en relación con las políticas públicas.
3. ÁREA DE ESTUDIO: PATAGONIA CHILENA Y SUS SINGULARIDADES
En términos geográficos, la Patagonia chilena con una superficie terrestre de 148.000 km2, un maritorio de 183.087 km2 y 100.627 km de borde costero, con más de 40.000 islas (Tecklin et al., 2021; Hucke-Gaete et al., 2021) es una región con identidad biofísica, política y cultural propia, que se extiende a lo largo de un territorio que presenta grandes distinciones climáticas, bióticas y étnicas que se han usado para definir una diversidad de subregiones, biomas, ecosistemas y ecorregiones terrestres y marinas.
Para esta síntesis, la región Patagónica chilena comprende la zona entre el seno de Reloncaví (41°42’S, 73°02’O) y las islas Diego Ramírez (56°29’S, 68°44’O), que se localizan aproximadamente 100 km al suroeste del cabo de Hornos y son el punto más austral del continente Sudamericano. La zona abarca archipiélagos cubiertos de bosques templados y subantárticos (Astorga et al., 2021; Rozzi et al., 2021), estepas secas en la zona oriental con sombra de lluvia (Radic et al., 2021), turberas y otros humedales (Mansilla et al., 2021), principalmente en la zona occidental de Patagonia, además de vegetación altoandina por sobre el límite arbóreo (Fig. 1). Se encuentran también grandes campos de hielo (Rivera et al., 2021) en el área continental y en Tierra del Fuego, que alcanzan hasta el borde oceánico.
3.1. Caracterización
Por su compleja geografía y topografía, la Patagonia chilena alberga diferentes ecosistemas y ecorregiones terrestres, marinas y de agua dulce, muy relevantes por ser zonas de alimentación, reproducción, desarrollo de parte del ciclo de vida y rutas migratorias de una gran diversidad de organismos (Hucke-Gaete et al., 2021; Häussermann et al., 2021; Reid et al., 2021). La zona centro-sur de la Patagonia chilena (47°-55°S) es refugio de un pool genético endémico de numerosas especies de animales y plantas, una gran reserva de agua dulce mundial (Reid et al., 2021) y una zona que contribuye a mitigar los cambios climáticos a escala global.
La Patagonia está tectónicamente acotada por tres placas oceánicas (Nazca, Sudamericana y Antártica) que se unen en la llamada falla de Linquiñe-Ofqui, frente a la Península de Taitao (47°S). Esta falla se extiende por más de 1000 km a lo largo de Los Andes, generando numerosos volcanes. En el extremo austral de América, el movimiento de la placa Antártica determina que la Cordillera de Darwin, adquiera una orientación E-O (i.e., canal Beagle), donde la mitad occidental (de mayor altura), presenta grandes sistemas de glaciares (Rivera et al., 2021) y la oriental (de menor altura), sistemas boscosos, matorrales, estepas y turberas (Radic et al., 2021; Mansilla et al., 2021). Esta heterogeneidad de ambientes alberga una notable biodiversidad de organismos terrestres y acuáticos, como lo documentan los capítulos de este libro (Hucke-Gaete et al., 2021, Häussermann et al., 2021, Astorga et al., 2021, Rozzi et al., 2021; Reid et al., 2021).
El extremo sur de Sudamérica, donde el continente se estrecha con la latitud, es la masa terrestre libre de hielo con mayor proyección en el océano austral, abarcando 22° más al sur del extremo sur de África; 14° más al sur de Tasmania y 9-10° más al sur del extremo sur de Nueva Zelandia. Se trata de un singular y formidable obstáculo natural a los sistemas de vientos de la deriva del oeste y a la Corriente Circumpolar Antártica, que se desplazan de oeste a este, afectando los sistemas oceanográficos, circulación de los vientos y el clima. Además, extiende los ecosistemas terrestres sudamericanos a latitudes sin equivalente en otros continentes del hemisferio sur (Rozzi et al., 2012).
El margen continental de la Patagonia chilena ha sido fragmentado y modelado durante milenios por avances y retrocesos de glaciares (Rivera et al., 2021). Los paisajes terrestres y marinos son producto, por un lado, del hundimiento del valle central de Chile a la altura del seno de Reloncaví (Puerto Montt) y, por otro, de las poderosas fuerzas erosivas de los glaciares, que cubrieron la zona durante todo el Pleistoceno, hasta ca., 15.000 años atrás (Villagrán, 2018). СКАЧАТЬ