Comunicación no violenta: un lenguaje de vida. Marshall B. Rosenberg
Чтение книги онлайн.

Читать онлайн книгу Comunicación no violenta: un lenguaje de vida - Marshall B. Rosenberg страница 14

Название: Comunicación no violenta: un lenguaje de vida

Автор: Marshall B. Rosenberg

Издательство: Bookwire

Жанр: Сделай Сам

Серия:

isbn: 9788415053767

isbn:

СКАЧАТЬ

      RUTH BEBERMEYER

      Aunque los efectos de las etiquetas negativas, tales como “vago” y “tonto” pueden ser más obvios, incluso una etiqueta positiva o aparentemente neutral, como “cocinero”, limita nuestra percepción de la totalidad de otra persona.

      El filósofo indio J. Krishnamurti señaló en una ocasión que observar sin evaluar es la forma más elevada de la inteligencia humana. La primera vez que leí esa frase, el pensamiento “¡qué tontería!” atravesó mi mente antes de que pudiera percatarme de que acababa de hacer una evaluación. Para la mayoría de las personas es difícil hacer observaciones —especialmente de otras personas y su comportamiento— que estén libres de juicio, crítica u otras formas de análisis.

      Yo me hice bien consciente de esta dificultad cuando trabajaba con una escuela de primaria cuyo director y personal docente habían expresado con frecuencia que tenían dificultades en la comunicación. El supervisor del distrito había pedido que les ayudara a resolver el conflicto. Primero fui a hablar con los profesores, y después con ellos y el director juntos.

      Abrí la reunión preguntando a los profesores: “¿Qué es lo que hace el director que entra en conflicto con las necesidades de ustedes?”.

      “¡Es un charlatán!”, fue la respuesta inmediata. Mi pregunta pedía una observación, pero aunque la palabra “charlatán” me dio información sobre cómo este profesor evaluaba al director, no describía qué era lo que el director decía o hacía que le hubiera llevado a él a determinar que “era un charlatán”.

      Cuando señalé esto, otro profesor intervino: “Yo sé lo que quiere decir: ¡el director habla demasiado!”. En lugar de una observación clara del comportamiento del director, esto también era una evaluación sobre lo mucho que hablaba. Un tercer profesor declaró entonces: “Piensa que él es el único que tiene algo que vale la pena contar”. Yo expliqué que hacer suposiciones sobre lo que otra persona está pensando no es lo mismo que observar su comportamiento. Finalmente se aventuró un cuarto profesor: “Quiere ser el centro de atención todo el tiempo”. Después de que yo señalara que también esto era una suposición —de lo que otra persona quería— dos profesores exclamaron al unísono: “¡Bueno, su pregunta es muy difícil de responder!”.

      Después de esto trabajamos juntos para crear una lista que identificara comportamientos específicos, por parte del director, que les molestaban, y nos aseguramos de que la lista estuviera libre de evaluaciones. Por ejemplo, el director contaba anécdotas de su niñez y experiencias de guerra durante las reuniones del claustro, con el resultado de que dichas reuniones a veces duraban veinte minutos más de la cuenta. Cuando pregunté a los profesores si habían comunicado alguna vez su malestar al director, respondieron que lo habían intentado, pero solo mediante comentarios evaluativos. Nunca habían hecho referencia a los comportamientos específicos —como por ejemplo su costumbre de contar anécdotas— y estuvieron de acuerdo en comunicárselos cuando nos reuniéramos todos.

      Prácticamente al inicio de la segunda reunión, pude ver lo que los profesores me habían estado contando. Fuera cual fuera el tema del diálogo, el director intervenía: “Esto me recuerda a los tiempos en que...” y entonces se lanzaba a contar una anécdota de su infancia o de sus experiencias en la guerra. Esperé a que los profesores dieran voz a su incomodidad con el comportamiento del director. No obstante, en lugar de la Comunicación NoViolenta, aplicaron la Condenación NoVerbal: algunos elevaron la mirada al techo; otros bostezaron ostensiblemente; uno comenzó a mirar su reloj...

      Soporté tan lamentable escena hasta que finalmente pregunté: “¿Nadie va a decir nada?”. Siguió un silencio incómodo. El profesor que había hablado primero en la reunión anterior se armó de valor, miró directamente al director y le dijo: “Ed, eres un charlatán”.

      Como ilustra esta historia, no siempre es fácil desechar nuestros viejos hábitos y llegar a dominar la habilidad de separar la observación de la evaluación. Al final, los profesores dejaron claro al director qué acciones específicas les llevaban a sentirse molestos. El director escuchó con seriedad y a continuación exclamó: “¿Por qué ninguno de vosotros me ha dicho esto antes?”. Admitió que era consciente de su costumbre de contar anécdotas, y entonces empezó a contar una, fiel a su hábito. Le interrumpí, señalando (con buenas maneras) que lo estaba haciendo de nuevo. Acabamos la reunión desarrollando estrategias para que los profesores pudieran hacer saber al director, de una manera amable, cuándo sus anécdotas no eran apreciadas.

      La siguiente tabla sirve para establecer una distinción entre las observaciones que están separadas de la evaluación y aquellas que se mezclan con una evaluación.

Comunicación Ejemplo de observación mezclada con evaluación Ejemplo de observación separada de la evaluación
1. Usar el verbo ser o estar sin indicar si quien evalúa asume la responsabilidad de su evaluación Eres demasiado generoso Cuando te veo dar todo el dinero para tu comida a otros, pienso que estás siendo demasiado generoso
2. Usar verbos con connotaciones evaluativas Doug posterga las cosas. Doug solo estudia para los exámenes la noche anterior.
3. Dar por sentado que las suposiciones de uno sobre los pensamientos, sentimientos, intenciones y deseos de otra persona son las únicas posibles No terminará el trabajo a tiempo No creo que termine el trabajo a tiempo o bien Ella dijo: “No terminaré el trabajo a tiempo”
4. Confundir una predicción con una certeza Si no comes equilibradamente, tu salud se resentirá Si no comes equilibradamente, me temo que tu salud pueda resentirse
5. No ser específicos al citar ejemplos Los inmigrantes no cuidan sus propiedades No he visto a la familia de inmigrantes que vive en el nº 1679 de la calle Ross retirar la nieve de su acera
6. Usar palabras que denotan habilidad sin indicar que se está haciendo una evaluación Hank Smith es un mal jugador de fútbol Hank Smith no ha marcado un gol en veinte partidos
7. Usar adverbios y adjetivos sin indicar que se está haciendo una evaluación Jim es feo El aspecto de Jim no me resulta atractivo

      Nota: las expresiones siempre, nunca, ninguna vez, siempre que, etc. expresan observaciones cuando se usan de las siguientes maneras:

      • Siempre que he visto a Jack hablar por teléfono, ha hablado durante al menos treinta minutos.

      • No recuerdo que me hayas escrito nunca.

      A veces estas expresiones se usan como exageraciones, en cuyo caso se mezclan observaciones y evaluaciones:

      • Siempre estás ocupado.

      • Nunca СКАЧАТЬ