Название: Ofrezco respeto, recibo respeto
Автор: Sura Hart
Издательство: Bookwire
Жанр: Сделай Сам
isbn: 9788412027037
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Conozca el coste de no satisfacer sus propias necesidades
En esos días frenéticos, cuando se acumulan las tareas y va corriendo de un lado a otro sin poder descansar, comer a horas regulares o encontrar un rato para relajarse, es difícil responder con entusiasmo o de forma acertada a las necesidades de sus hijas e hijos. Si no hay espacio para la diversión en su vida, será difícil que sienta entusiasmo ante la insistencia infantil por la diversión. Si no tiene a nadie que le escuche, tal vez le abrume el reto que supone escuchar a sus hijas e hijos.
El coste emocional que conlleva agotar su depósito de energía y, aun así, seguir circulando, no solo le afecta a usted, sino también a sus hijos e hijas. Acabará teniendo interacciones en las que ambas partes pierden: regañando, amenazando, gritando, exigiendo y asignando castigos y recompensas. Finalmente llegará el frenazo: cuando el agotamiento y el agobio simplemente le puedan. Con un montón de dudas, impotencia y desesperanza, lo más probable es que se cuestione el sentido y el propósito de lo que está haciendo, diga cosas que en realidad no quería decir y amenace con acciones que en realidad en absoluto quiere que se produzcan.
Otra consecuencia de descuidar sus necesidades durante demasiado tiempo es que probablemente aparezca el resentimiento. Cuando las niñas y los niños se dan cuenta del precio que paga por cuidar de ellas y ellos, tal vez se sientan culpables por recibir sus cuidados y por tanto se resistan o incluso rechacen lo que les ofrece. Al mismo tiempo, es probable que se lleven la impresión equivocada de que usted es una persona que no tiene necesidades. Y si no son conscientes de cuáles son sus necesidades, no podrán contribuir a satisfacerlas. De una forma u otra, la capacidad de cuidar de sus hijos e hijas con alegría, y la satisfacción que ellos y ellas podrían sentir al contribuir a su bienestar, se verán comprometidas.
Las niñas y los niños son empáticos por naturaleza, quieren y necesitan verse como personas generosas. Por supuesto,hay límites a lo que niñas y niños pueden aportar para satisfacer las necesidades de sus madres y padres; no se puede esperar que sean una fuente primaria para la satisfacción de las necesidades adultas. Una amiga nos contó esta historia sobre cómo su hijo encontró una manera de ayudar cuando supo lo que necesitaba:
Una tarde, mi hijo de dos años y yo habíamos estado jugando durante un buen rato, y me sentía muy cansada. Yo me quería echar una siesta, pero él seguía lleno de energía y quería seguir jugando. Le dije que estaba cansada y necesitaba descansar. Siguió insistiendo en que jugara con él. Finalmente, me puse en su lugar y le dije: Veo que te estás divirtiéndo un montón conmigo y que no quieres parar; simplemente quieres seguir jugando. Estaba tan cansada que no pude pensar en nada que pudiera decir. Yo creo que él apreció el intento de lo que yo quería expresar, porque algo cambió en él. Al poco rato apareció con su propia estrategia. Me dijo: Mami, túmbate y yo me tumbaré a tu lado. Y eso es lo que hicimos. Él se entretuvo solo y me dejó dormir media hora. Cuando me desperté me preguntó: Mami, ¿has dormido suficiente? Me conmovió mucho.
Si hay algo que deseamos cambiar en nuestras hijas y en nuestros hijos, antes deberíamos examinarlo y ver si no se trata de algo que sería mejor cambiar en nuestra persona.
Carl G. Jung
Aprenda nuevos hábitos para cuidar de su persona
Habría mucho que comentar sobre cómo aprender a reconocer las señales que nos advierten que no nos estamos cuidando, antes de sorprendernos de una crisis. Hace falta un gran compromiso y mucha perseverancia para dejar atrás viejos hábitos de abnegación y sacrificio y desarrollar nuevos hábitos de autoaceptación y autorespeto. Sin embargo, hemos visto a muchas madres y padres lograrlo, después de tomar conciencia a de que el hecho de no cuidarse contribuía a aumentar el estrés y el conflicto en la familia. Antes de que vuelva a encontrarse “circulando con el depósito vacío”, pruebe a (1) hacerse consciente de las señales que le advierten de que está sin energía o a punto de decir o hacer algo de lo que después se arrepentirá, (2) hacer una pausa y varias respiraciones profundas y (3) tomarse Tiempo para la autoconexión. Véase la sección “Tiempo para la autoconexión”, en la Parte III, Tema: Prácticas que enriquecen la vida.
EJERCICIO: Tómese 10 minutos
Si es usted un padre o una madre que está descuidando los requisitos básicos para su bienestar, puede romper el ciclo de autosacrificio tomándose cada día 10 minutos para si mismo. Unos pocos minutos representa una gran ayuda frente a no dedicar ningún tiempo. Puede dedicar ese tiempo a reflexionar sobre lo que es importante para usted, a recordar aquello por lo que siente gratitud, a meditar o a rezar, a leer algo que le inspire, a valorar sus propios esfuerzos, a darse empatía por los retos a los que se enfrenta o a celebrar cómo está cubriendo sus necesidades.
EJERCICIO: Descubra qué necesita
Le invitamos a leer la siguiente lista de necesidades. Son necesidades que todas las personas tenemos. Las madres y los padres con los que trabajamos han encontrado esta lista muy útil para reflexionar sobre las necesidades que tienen cubiertas y las que les gustaría satisfacer mejor. Algunas personas simplemente toman nota de ella mentalmente mientras van leyendo la lista; otras señalan las necesidades que están cubriendo con un signo de suma y las que no están cubriendo y les gustaría cubrir con un signo de resta. Estas personas nos cuentan que repetir periódicamente este ejercicio les ayuda a estar al día consigo mismas. También nos dicen que cuando toman conciencia de las necesidades que quieren cubrir, aparecen con más facilidad formas sencillas de satisfacerlas.
Las madres y los padres (y todas las personas) necesitan:
(Encontrará más ejemplos de necesidades en la “Lista de necesidades”, Parte III, Tema: encuentros familiares.)
Cubra su necesidad de sanar el dolor del pasado
Un reto grandísimo para poder llevar a la práctica una crianza respetuosa tiene que ver con la angustia que arrastramos del pasado, especialmente de las experiencias dolorosas vividas con nuestra propia familia en la infancia. Es probable que ni siquiera sea consciente de que tiene este dolor hasta que algo en su hijo o hija desencadene en usted una reacción automática inusualmente intensa.
Su hijo dice No y le aparta las manos cuando intenta abrocharle el cinturón de seguridad. Le abrocha el cinturón a la fuerza mientras exclama con brusquedad: ¡No me contestes así! Arranca el coche temblando, conmocionada y con sentimiento de culpa. Más tarde siente un gran abatimiento y se pregunta: ¿De dónde ha salido esa reacción? Más adelante reconoce la voz:¡Suena exactamente como mi madre! ¡Nunca pensé que yo diría algo así!
Las reacciones precipitadas y automáticas –cuando no se dan en respuesta a una verdadera emergencia– son indicadores de que está experimentando lo que Daniel Goleman llama “un secuestro emocional”1 En esos momentos, el neocórtex –la parte del cerebro donde tiene lugar el razonamiento– se bloquea СКАЧАТЬ