Название: Visionando lo más bello
Автор: John Piper
Издательство: Bookwire
Жанр: Философия
isbn: 9781629463056
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• La sabiduría clama en las calles, Alza su voz en las plazas (Proverbios 1:20).
• El vino es escarnecedor, la sidra alborotadora, Y cualquiera que por ellos yerra no es sabio (Proverbios 20:1).
• Como rugido de cachorro de león es el terror del rey; El que lo enfurece peca contra sí mismo (Proverbios 20:2).
• Lámpara de Jehová es el espíritu del hombre, La cual escudriña lo más profundo del corazón (Proverbios 20:27).
• Y se le estremeció el corazón, y el corazón de su pueblo, como se estremecen los árboles del monte a causa del viento (Isaías 7:2).
• Ni se turbe tu corazón a causa de estos dos cabos de tizón que humean, por el ardor de la ira de Rezín y de Siria, y del hijo de Remalías (Isaías 7:4).
• Y acontecerá que aquel día silbará Jehová a la mosca que está en el fin de los ríos de Egipto, y a la abeja [Senaquerib] que está en la tierra de Asiria (Isaías 7:18).
• Se alegrarán delante de ti como se alegran en la siega, como se gozan cuando reparten despojos (Isaías 9:3).
• ¿Se gloriará el hacha contra el que con ella corta? ¿Se ensoberbecerá la sierra contra el que la mueve? ¡Como si el báculo levantase al que lo levanta; como si levantase la vara al que no es leño! (Isaías 10:15).
• Y los árboles que queden en su bosque serán en número que un niño los pueda contar (Isaías 10:19).
• He aquí el Señor, Jehová de los ejércitos, desgajará el ramaje con violencia, y los árboles de gran altura serán cortados, y los altos serán humillados (Isaías 10:33).
• Saldrá una vara del tronco de Isaí, y un vástago retoñará de sus raíces. (Isaías 11:1).
• No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte; porque la tierra será llena del conocimiento de Jehová, como las aguas cubren el mar (Isaías 11:9).
• Tendrán dolores como mujer de parto (…) sus rostros, rostros de llamas (Isaías 13:8).
• Y como gacela perseguida, y como oveja sin pastor, cada cual mirará hacia su pueblo, y cada uno huirá a su tierra (Isaías 13:14).
• Y cual ave espantada que huye de su nido, así serán las hijas de Moab en los vados de Arnón (Isaías 16:2).
• He aquí que Jehová (…) Te echará a rodar con ímpetu, como a bola por tierra extensa; allá morirás, y allá estarán los carros de tu gloria, oh vergüenza de la casa de tu señor (Isaías 22:17–18).
• Y lo hincaré como clavo en lugar firme; y será por asiento de honra a la casa de su padre. Colgarán de él toda la honra de la casa de su padre (Isaías 22:23–24).
• Moab será hollado en su mismo sitio, como es hollada la paja en el muladar. Y extenderá su mano por en medio de él, como la extiende el nadador para nadar; y abatirá su soberbia. (Isaías 25:10–11)
• Como la mujer encinta cuando se acerca el alumbramiento gime y da gritos en sus dolores, así hemos sido delante de ti, oh Jehová. Concebimos, tuvimos dolores de parto, dimos a luz viento. (Isaías 26:17–18)
• Y les sucederá como el que tiene hambre y sueña, y le parece que come, pero cuando despierta, su estómago está vacío; o como el que tiene sed y sueña, y le parece que bebe, pero cuando despierta, se halla cansado y sediento; así será la multitud de todas las naciones que pelearán contra el monte de Sion (Isaías 29:8).
• Por tanto, os será este pecado como grieta que amenaza ruina, extendiéndose en una pared elevada, cuya caída viene súbita y repentinamente (Isaías 30:13).
• Un millar huirá a la amenaza de uno; a la amenaza de cinco huiréis vosotros todos, hasta que quedéis como mástil en la cumbre de un monte, y como bandera sobre una colina (Isaías 30:17).
La invitación a unirse a las Escrituras en su esfuerzo poético
Si el esfuerzo poético del hombre sabio de Proverbios y del profeta Isaías no frustran el propósito de humillar el orgullo, de exaltar a Cristo y de despertar esperanza y fe, entonces no debemos sorprendernos del hecho de que Dios nos llame a unirnos a Él en Su creatividad al usar imaginería impactante y sorprendente por medio del lenguaje. Él nos anima con palabras como las siguientes:
El hombre se alegra con la respuesta de su boca; Y la palabra a su tiempo, ¡cuán buena es! (Proverbios 15:23).
El sabio de corazón es llamado prudente, Y la dulzura de labios aumenta el saber (Proverbios 16:21).
Manzana de oro con figuras de plata Es la palabra dicha como conviene. (Proverbios 25:11).
Las piernas del cojo penden inútiles; Así es el proverbio en la boca del necio (Proverbios 26:7).
Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal (Colosenses 4:6).
Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él (Colosenses 3:17).
En otras palabras, piensa en la idoneidad, sazón y aptitud y tiempo y adecuación de tus palabras. Y haz de todas ellas un honor al nombre del Señor Jesús.
4. Muchos de los que han hecho un esfuerzo poético han sido personas humildes y orientadas hacia los demás.
Sé que muchos han sido vanidosos y se han exaltado a sí mismos en su uso de la elocuencia. Si eso no fuera cierto, Pablo no habría escrito 1 Corintios 1–4, y yo no estaría escribiendo esta introducción de la manera que lo estoy. No solo ha habido personas así, sino que nosotros mismos somos propensos a ser así. El orgullo acecha en cada corazón humano. Cristo murió por este pecado para que nosotros pudiéramos morir a él y vivir en justicia humilde (1 Pedro 2:24). Pero mientras vivimos en este mundo caído, debemos considerarlo como muerto una y otra vez. Debemos, por así decirlo, matarlo diariamente (Lucas 9:23; 1 Corintios 15:31; Colosenses 3:5).
George Herbert: Menos que la menor de las misericordias de Dios
Sin embargo, existen personas verdaderamente humildes que han dirigido su esfuerzo poético para el beneficio de otros, y no para su propia exaltación. George Herbert, como veremos a continuación, fue un pastor de campo quien entregó sus poemas no publicados a su buen amigo Nicholas Ferrar antes de morir, diciendo las siguientes palabras al mensajero:
Señor, le ruego que le entregue este librito a mi querido hermano Ferrar, y le diga que encontrará en él una imagen de los muchos conflictos espirituales que han pasado entre Dios y mi alma, antes de que pudiera someter mi voluntad a la de Jesús mi Maestro, en cuyo servicio he encontrado ahora perfecta libertad; dígale que lo lea: y luego, si cree pensar que puede ser beneficioso para cualquier pobre alma abatida, que se haga público; si no, déjelo quemar; porque yo y este somos menos que la menor de las misericordias de Dios.32
Aquí está la combinación de humildad («Menos que la menor de las misericordias de Dios») y amor por los demás («si cree pensar que puede ser beneficioso para cualquier pobre alma abatida»). Sin embargo, dudo que alguna vez haya habido un artesano del lenguaje poético más experto que George Herbert.
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