Universidades, colegios, poderes. AAVV
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Название: Universidades, colegios, poderes

Автор: AAVV

Издательство: Bookwire

Жанр: Учебная литература

Серия: CINC SEGLES

isbn: 9788491348160

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СКАЧАТЬ instituta, aunque era catedrático de código.96 Luego lo echaron de la facultad en una oposición a pavorde…

      La misma didáctica se impone en otras facultades hacia el setecientos –en medicina Herman Boerhaave de Leiden–, y se multiplicaron los manuales –el sistema– en los planes de Carlos III… La mayoría son extranjeros, de otros países europeos. Alguno propio, de Juan Sala, copia a Vinio, castigado y luego plagiado. Más original fue su Ilustración del derecho real de España (1802), que alcanzó presencia durante décadas en los planes liberales, incluso se adaptó para las nuevas naciones americanas.97

      ***

      En verdad, hemos trabajado bastante sobre los siglos XIX y XX, el hondo cambio desde el antiguo régimen al liberalismo, una época de hundimiento de nuestras universidades. Ya en Cádiz se pretendió sujetarlas al nuevo poder bajo una dirección de estudios, compuesta de notables, y transformarlas de acuerdo con moldes franceses. Manuel José Quintana, poeta e intelectual del momento, inspiró el primer modelo liberal aprobado por el reglamento de 1821.98 Siguieron años de guerras civiles y desencuentro hasta que asumieron el poder los moderados. El ministro Pedro José Pidal en 1845 impuso otro modelo universitario, diseñado por Antonio Gil de Zárate –primer historiador de las universidades españolas y dramaturgo mediocre–. Sometida al poder político, empobrecida, en decadencia…99 Claudio Moyano confirmó el modelo, vigente casi hasta nuestros días. Los catedráticos formaron un escalafón nacional, funcionarios del estado tras opositar en Madrid.100 Y el ministro nombraba los rectores y regulaba hasta el último detalle, los planes de estudio, los programas y los manuales que debían explicar. 101 Madrid, universidad central, monopolizaba el doctorado, un simple discurso sobre un tema de una lista fijada cada año por los profesores, sin apenas valor. Hacia fines de siglo mejoraron un tanto, supusieron un estudio individual, aunque salvo excepciones, parecen de escasa valía.102 Fue una etapa de decadencia indudable, tanto en la ciencia jurídica, como en otros ámbitos del saber.103 Eugenia Torijano ha ido investigando con minucia los últimos fulgores de los profesores salmantinos en el siglo XIX.104

      Sin embargo, España se fue recuperando un tanto, había en las facultades estudiosos que creían y cultivaron la ciencia. En pugna con integristas, carlistas y conservadores, se afirma una corriente krausista, inaugurada por el viaje de Julián Sanz del Río a Alemania.105 En 1865 Emilio Castelar escribió un artículo, «El rasgo», donde reprochaba a la reina que, al ceder el patrimonio real al estado, se había reservado el veinticinco por ciento. Fue destituido de su cátedra y los estudiantes de Madrid le dedicaron una serenata y manifestación la noche de San Daniel. Estalla la primera cuestión universitaria por el decreto de 22 de enero de 1867 del ministro Orovio, que exigió a los profesores, bajo pena de separación de cátedra, declarar que no enseñarían «doctrinas erróneas o perniciosas en el orden religioso, moral o político…». Se negaron a firmar algunos, los más de filiación krausista, y perdieron sus cátedras. En 1868 la reina fue expulsada por la gloriosa revolución, que los repuso. En la restauración Orovio exigió de nuevo ortodoxia política y religiosa, fueron separados krausistas –repuestos en 1881–, que crearon la Institución Libre de Enseñanza, que adoptó nuevos métodos pedagógicos e impulsó la investigación.106 Esta minoría, cuyo símbolo y cumbre sería Santiago Ramón y Cajal, investiga en circunstancias adversas. El médico aragonés presidiría la Junta para ampliación de estudios e investigaciones científicas, creada por el ministro de Instrucción Pública Amalio Gimeno en 1907 y administrada y ampliada por los hombres de la institución con laboratorios y centros: el centro de estudios históricos de Ramón Menéndez Pidal, el de Cajal, el laboratorio de Negrín, el instituto Rockefeller de física.107 Los políticos siguieron diciendo que iban a mejorar los estudios universitarios…108 Sin duda, la aspiración más común entre catedráticos era crear buenos despachos y clínicas, alcanzar algún escaño o entrar en el senado por su universidad, participar en el gobierno… Lucirse en un retórico y colorido discurso de apertura y redactar su manual para completar ingresos. Con todo, hay en los claustros un ambiente de mejora, de cierta esperanza…109

      Las dos dictaduras de Primo de Rivera y después de Franco truncaron aquel despertar prometedor. El estudio de la época franquista, que era historia y a la vez vida reciente, se ha demorado un tanto. En las actas del congreso de Zaragoza de 1989, organizado por Juan José Carreras Ares y Miguel Ángel Ruiz Carnicer, muestra ya su vigor la investigación sobre universidades y movimientos estudiantiles; sobre la ley de Ibáñez Martín de 1943 –su exposición de motivos es delirante–, que recoge la tradición de Moyano, con aditamentos totalitarios.110 Después se entraría en el estudio de las depuraciones111 y en el exilio de los profesores112 por Europa y América: en suma, la brutal represión de la dictadura, la destrucción de aquella universidad que había alcanzado un notable nivel. Javier Infante evoca el claustro de Salamanca en la postguerra113 con viejas eminencias conservadoras –algunos se llamaban pudorosamente demócratas cristianos–, falangistas y miembros del Opus Dei –los tecnócratas de Franco–. Unos y otros habían entrado mediante oposiciones «patrióticas», que atendían más a la ideología y fidelidades políticas que a los conocimientos, docencia o publicaciones. Las empezó a estudiar Yolanda Blasco Gil, luego junto con M.ª Fernanda Mancebo o Jorge Correa continuó esta fecunda brecha.114 Bartolomé Clavero ha valorado sus trabajos frente a la falsa cantinela de que el Opus no es un grupo o facción política.115 Monseñor Escrivá buscaba sin duda formar universitarios, estudiosos e intelectuales católicos, frente a los hombres de la institución libre: basta leer sus consejos en Camino. Aunque luego vieron mejores posibilidades en la política, la empresa, en Roma…116

      La ley franquista de 1943, la ideología nacionalcatólica más cerril cubre todo el periodo, con retoques menores. En cambio, el ministro Villar Palasí, cercano al Opus, cambió el escenario por su ley general de educación de 1970, que dotaba a las universidades y financiaba nuevas, reorganizaba su administración y los estudios. Un camino que seguiría la transición con varias reformas… Los profesores universitarios encontraron entonces acceso a puestos políticos, en el gobierno central o en las autonomías… Después descendió su presencia sin duda; pero la complejidad de la organización universitaria, la excesiva burocracia, les proporcionó poderes y podercillos de los que siguen disfrutando, mientras tejen la tela de Penélope –una futura perfección, que nunca llega–; otros prefieren sus despachos y clínicas, pocos están dedicados a la investigación. Como participar en esa burocracia está remunerado y bien valorado, puede decirse que existe una prima por no investigar y ahorrarse docencia –y no es una paradoja–. Las últimas crisis han limitado la financiación y el número de cátedras y titularidades –muchos son asociados y contratados–, se ha producido un corte en la continuidad de la investigación, que costará remediar, si es que algún día se intenta… Un desperdicio de inteligencias, tan usual en España…

      ***

      Con este congreso continuamos en la brecha que empezamos hace tanto tiempo. Esta es nuestra verdadera historia de la historiografía de las universidades hispanas, desde nuestra perspectiva y convicciones. Un detallado balance de los primeros años de esfuerzo, junto a otros aspectos y cuestiones de su historia. Una exposición clara, crítica, que pronto esperamos completar…117

      MARIANO PESET, YOLANDA BLASCO GIL, JORGE CORREA

      1. Cambridge University Press, 1992-2004, traducción castellana de los dos primeros, Universidad del País Vasco, 1995-1999. La edición alemana, Geschichte der Universität in Europa, 4 vols., München, 1993-2004.

      2. Le università dell’Europa, a cargo de Gian Paolo Brizzi y Jacques Verger, 6 vols., Milán, 1991-2002; también Storia delle università in Italia, a cargo de Gian Paolo Brizzi, Pietro Del Negro y Andrea Romano, 3 vols., Messina, 2007.

      3. Stephen D’Irsay: Histoire des universités françaises СКАЧАТЬ