Universidades, colegios, poderes. AAVV
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Название: Universidades, colegios, poderes

Автор: AAVV

Издательство: Bookwire

Жанр: Учебная литература

Серия: CINC SEGLES

isbn: 9788491348160

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СКАЧАТЬ o asamblea de graduados y escolares, que acuerda estatutos y elige sus rectores, que serían escolares, por ser mayoría… Sin duda fue también la más notable en los reinos hispanos durante seiscientos años, por su dimensión, su prestigio y saber.

      En Bolonia se habían formado dos universidades de escolares juristas –cisalpinos y transalpinos o ultramontanos–, ayudadas por la comuna. En París acudían a la escuela catedralicia de Nôtre Dame, así como a la colegiata de Santa Genoveva y a San Víctor de los canónigos regulares, junto al Sena. En torno a 1200 los graduados de artes se organizaron en naciones, que elegían su rector, al que se sometieron las otras facultades… Dos modelos que –desde luego, con variantes– se extendieron por Europa. En Salamanca se unieron unos y otros en una asamblea colectiva, mixta de escolares y graduados.

      Los pontífices protegieron y favorecieron a las universidades. Honorio III nombró canciller para colacionar grados en Bolonia y en París; su sucesor Inocencio III intervino en París y en Oxford. En 1217 el papa Honorio había incitado a los maestros de París para que enseñasen religión en la Toulouse albigense, tierra desierta y llena de espinas y ortigas, cubil de dragones, tinieblas y sombras, concupiscencias y olvido de la justicia… Luis IX obliga al conde de Toulouse Raimundo VII, tras su derrota en la batalla de Muret, a crear un estudio, que confirmaron Gregorio IX e Inocencio IV. En Salamanca Alejandro IV resolvió conflictos, otorgó el sello común y confirmó el estudio general por bula de 6 de abril de 1255, que excluía sus grados solo respecto a París y Bolonia, más independientes, como Nápoles, fundada por Federico II Staufen en 1224. Las reformas de Benedicto XIII y Martín V restringieron la asamblea, para evitar tumultos estudiantiles, creando diputados: diez catedráticos de propiedad –elegidos entre ellos– y diez escolares, designados cada año por la asamblea congregada, en personas nobles, de dignidad, licenciados, bachilleres o escolares, que junto al rector y el maestrescuela decidían los asuntos ordinarios.23

      En la edad moderna intervinieron los reyes católicos, mediante visitadores, y se reservaron el nombramiento del maestrescuela salmantino; los sucesores continúan la vigilancia, se atribuyen patronato regio. Nuevos poderes dominaron también Bolonia, integrada en los estados pontificios, o Padua, sometida a Venecia. En Salamanca se formaría un claustro general con amplio poder, que reunía rector y maestrescuela, los doctores con el primicerio, los consiliarios y diputados, aunque se mantiene la elección del rector por los consiliarios salientes y la votación escolar en la provisión de cátedras…24

      Salamanca guarda un riquísimo archivo, todavía no estudiado por entero –en el catálogo REBIUN también está en primer lugar–. Su bibliografía es copiosa. La Historia pragmática e interna (1914-1917) del rector Enrique Esperabé de Arteaga –con ayuda del archivero Amalio Huarte y Echenique– sería superada en la posguerra por un grupo de clérigos estudiosos: el dominico Vicente Bertrán de Heredia, Luis Sala Balust, operario diocesano, el canónigo Florencio Marcos, el franciscano Antonio García o la dominica Águeda Rodríguez Cruz… Desde la cátedra de historia moderna Manuel Fernández Álvarez dirigió tesis sobre la universidad; algunas trascribían e interpretaban claustros,25 otras estaban más elaboradas, las de Ana M.ª Carabias y Pilar Valero,26 Rodríguez-San Pedro hasta el fondo.27 Este dirigió luego a Juan Luis Polo y otros doctorandos.28 En 1989 había coordinado una primera historia de la universidad en dos volúmenes, junto a Fernández Álvarez y Laureano Robles,29 en la que colaboró Antonio García de la pontificia y Águeda Rodríguez Cruz, de la facultad de pedagogía.

      Las facultades de pedagogía procedían de las antiguas escuelas normales, creadas en el reinado de Isabel II, fueron incorporadas a la universidad por la ley Villar de 1970. Se organizaron departamentos de teoría e historia de la educación, un ámbito extenso que la investigación delimita; suelen atender los primeros tramos de la educación, pero también las universidades, aunque apenas las ciencias y saberes que enseñan, su esencia.30 Formaron en 1989 una sociedad de historia de la educación, con una revista y un boletín de noticias y bibliografía.31 Reúnen numerosos congresos y encuentros, relacionados con el exterior, en especial con América.32

      Por otra parte, un grupo de historiadores del derecho investigaba sobre la universidad y la doctrina jurídica en la estela de Tomás y Valiente: Salustiano de Dios y M.ª Paz Alonso Romero sobre el antiguo régimen, Javier Infante y Eugenia Torijano sobre etapas recientes –después nos ocuparemos de sus aportaciones–. Cercano, desde la facultad de económicas, Ricardo Robledo, buen conocedor del periodo último del esplendor salmantino, también de los años franquistas, ha publicado La universidad española de Ramón Salas a la guerra civil (2013), donde profundiza acerca de la asignatura de economía y las finanzas universitarias.33

      La reciente Historia de la universidad de Salamanca,34 coordinada por Rodríguez-San Pedro, recoge cuanto sabemos de aquella universidad. Han colaborado numerosos investigadores, es imposible describir con detalle sus contenidos. El primer volumen recorre la trayectoria de Salamanca a través de siglos, encabezada por Antonio García, el medievo, Manuel Fernández Álvarez, Rodríguez-San Pedro y Juan Luis Polo, Mariano y José Luis Peset, Ricardo Robledo y José María Hernández… Luego, más amplio el siglo XX, y se añaden las instituciones vinculadas o relacionadas: la catedral y el ayuntamiento, los colegios, órdenes religiosas y conventos… Una primera y amplia mirada sobre la universidad y las instituciones o grupos que la rodearon y colaboraron en su tarea. El segundo volumen está centrado en la estructura interna del estudio general y los poderes a que está sometido: pontífices y reyes. La corporación o asamblea originaria de escolares y graduados, restringida por los papas, evoluciona –como un ser vivo–, y el estudio general es gobernado por claustros, con sujeción al rey, según exponen Mariano Peset y Pilar García Trobat. Las constituciones y estatutos se analizan por Rodríguez-San Pedro y M.ª Paz Alonso Romero, quien trata también el fuero universitario. Las autoridades académicas por Águeda Rodríguez Cruz y los oficiales por Francisco Javier Alejo Montes. De la estructura de poderes en la etapa liberal se encarga Javier García Martín y de los últimos años Miguel Ángel Perfecto… Luis Enrique Rodríguez-San Pedro y Juan Luis Polo abordan juntos sucesivamente las bases económicas, los estudiantes –la matrícula y la vida escolar– y los profesores en la edad moderna, sectores esenciales de la universidad, que continúan otros autores sobre los siglos contemporáneos…

      El tercer tomo –en dos volúmenes– está dedicado a los conocimientos o saberes. Un acierto, pues Salamanca era el centro hispano del conocimiento y enseñanza en derecho y en teología, medicina, humanidades… Se presentan las distintas facultades: leyes por Mariano Peset y Paz Alonso, cánones por Antonio García, teología Isaac Vázquez Janeiro y José Barrientos, medicina Antonio Carreras Pachón, ciencias Cirilo Flórez Miguel, filosofía, humanidades o lenguas, música… Una sección sobre la biblioteca, a cargo de Oscar Lilao y Margarita Becedas, impresores y libreros por Lorenzo Ruiz Fidalgo y lecturas por Ángel Weruaga… A continuación, se examina la relación de Salamanca con otros espacios. La cercanía a Coímbra y la presencia de colegiales en Italia. Se insiste en la proyección de Salamanca en América, idea que procede del nacionalcatolicismo, que en 1940 quería restaurar un imperio hispano; aunque luego se moderó, conformándose con proyecciones de España en el mundo. Antonio Tovar en su discurso de clausura del séptimo centenario en mayo de 1954 afirmaba:

      resonó el mensaje de tantas Universidades hijas de la nuestra, que en las de ellas calcaron sus constituciones primeras y que de Salamanca se llevaron a Lima, a Santo Domingo o a Bogotá, a las altas mesetas de los aztecas, los primeros maestros, para fundar lo que luego serían nuevas patrias.35

      Un tono y unas ideas nacionalcatólicas que se siguen arrastrando…36 No se puede estudiar las universidades americanas como trasuntos de Salamanca: aunque se les conceda en parte sus constituciones su realidad es bien distinta.37

      Los dos últimos tomos pueden considerarse instrumentales y complementarios de la narración. El cuarto recoge las fuentes СКАЧАТЬ