Rezar, soplar, cantar: etnografía de una lengua ritual. Omar Alberto Garzón Chiriví
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СКАЧАТЬ emplea la noción propuesta por Joel Sherzer para el análisis de las situaciones comunicativas dentro de las sociedades amerindias; también de este autor se retoman los conceptos de discurso cantado y alianzas musicales, los cuales forman parte de los trabajos etnográficos sobre el arte verbal en la sociedad kuna.

      Es importante reseñar cómo en cada capítulo se van articulando elementos de análisis que permiten comprender el funcionamiento de la lengua ritual descrita, dentro de unas condiciones comunicativas particulares. Esto señala la opción teórica de la investigación, la cual se inscribe dentro de la perspectiva de trabajo de la lingüística antropológica, que toma la etnografía de la comunicación como referente metodológico y teórico.

      Desde allí se concibe que la importancia del estudio de las lenguas está dada por su carácter contextual o situacional y que es en la interacción comunicativa desde donde es posible establecer la articulación entre lengua, cultura y sociedad. Por ello, este trabajo insiste en analizar las condiciones de realización de la lengua ritual para mostrar cómo estas lenguas, según lo presentado en el capítulo 3, no mantienen una regularidad (como no la tiene ninguna lengua).

      Finalmente, quiero resaltar la opción tomada para llevar a cabo el trabajo de campo. Se trataba de lograr un acercamiento, en la perspectiva émica, a una comunidad de habla particular; en la medida en que esto fue posible, fui viendo la necesidad de constituir un marco de análisis que permitiera comprender el fenómeno del chamanismo desde su interioridad y poder explicarlo desde allí. Esto debido a dos razones fundamentales: la primera tiene que ver con la experiencia personal y la manera de vivirla; la segunda consideración se relaciona con la posibilidad de tomar distancia —para poder comparar— de los marcos interpretativos que las disciplinas occidentales han establecido para entender el chamanismo. La forma que hasta el momento me ha parecido más pertinente para hacerlo ha sido a través del relato; por ello, este documento se encuentra atravesado por un sinnúmero de narraciones, en las que el sujeto narrado reiterativamente es el autor de estas palabras.

      Este trabajo espera ser un aporte a los estudios de las lenguas en las sociedades indígenas del país. Las reflexiones que aquí se exponen pretenden dar elementos de análisis teórico, así como definir un referente que pueda tenerse en cuenta en las políticas de planificación lingüística, en tanto permita mostrar la heterogeneidad endógena lingüística de las lenguas indígenas del país.

       El valle de Sibundoy

      El presente capítulo establece las coordenadas lingüísticas, sociales, culturales e históricas de la sociedad caméntŝá en el alto Putumayo. Además de constituirse en una contextualización necesaria para la investigación, esto muestra la manera en que cada uno de dichos elementos inciden en la conformación de la comunidad de taitas, caracterizada por el uso de una lengua ritual.

      En el aspecto lingüístico, se hace una presentación general de la lengua caméntŝá, su estructura fonológica y morfosintáctica, sus aspectos etnográficos y sus elementos sociolingüísticos. En los aspectos etnográficos, se reseñan de forma sucinta los estudios adelantados por algunos autores, entre los que se encuentra el de un lingüista de la comunidad. Y, en lo sociolingüístico, se describe el estado actual de vitalidad lingüística, así como la situación de contacto de lenguas presente en la región. En este punto se resalta el empleo de la lengua del yagé como lengua ritual usada por los médicos tradicionales caméntŝás, la cual presenta algunas características etnográficas y lingüísticas de la lengua inga y del español.

      El ámbito histórico presenta algunos datos sobre la manera en que se establecieron los actuales grupos existentes en el valle de Sibundoy. Esto es relevante en la medida en que revela los antecedentes que explican la situación social y cultural actual de los caméntŝás y su relación con los otros pueblos que habitan el valle. La descripción social y cultural expone la organización política, cultural y educativa de la comunidad, sus problemáticas y proyecciones y el papel que cumplen sus organizaciones sociales y los entes administrativos en relación con las entidades estatales.

      Finalmente, se muestran algunas características del sistema medicinal caméntŝá, en el cual se condensa un conjunto de saberes (botánicos y espirituales) que son parte de la cosmovisión de esta sociedad y por los cuales son reconocidos social y culturalmente en el país. Cada uno de los elementos señalados sistematizan la información recogida en terreno entre los años 1997 y 1999, durante cuatro salidas de campo llevadas a cabo en desarrollo de la investigación. Es importante mencionar que esta información se complementa con datos obtenidos de la revisión bibliográfica y de la relación que he sostenido con el grupo de taitas y con la comunidad desde hace varios años.

      El municipio de Sibundoy se encuentra ubicado en el valle que lleva su mismo nombre, en las estribaciones occidentales de la cordillera de los Andes, en la parte sur del país (figura 1). Como paso obligado entre la selva amazónica en su parte oriental y la zona andina, circulan por allí un número indeterminado de comerciantes, colonos y gentes de diversos grupos indígenas, lo que hace de esta región un punto de importancia geográfica para la comercialización de alimentos enseres entre la selva y los Andes.

      A lo largo de su territorio se encuentran ubicadas las poblaciones de Colón, Santiago, Sibundoy y San Francisco (figura 2). La población de Santiago alberga a la mayor parte de pobladores inganos (allí se encuentra ubicado el cabildo) y la de Sibundoy y San Francisco, a los caméntŝás. Aunque esta distinción es pertinente en la medida en que permite establecer la ubicación de cada comunidad en particular, también es cierto que el territorio se comparte de manera indiscriminada, ya sea porque existan familias mezcladas o porque, como resultado de las relaciones de intercambio de productos y conocimientos chamanísticos producidas desde épocas prehispánicas, allí se haya configurado un complejo cultural entre caméntŝás-ingas-colonos que, a su vez, forma parte del complejo cultural andino.

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      Figura 1. Mapa de la zona geográfica de asentamiento del pueblo indígena caméntŝá en el municipio de Sibundoy

      Fuente: https://www.corpoamazonia.gov.co/region/Putumayo/Cartografia/01_5000_putumayo_gen.jpg

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      Figura 2. Mapa del territorio caméntŝá

      Fuente: organización Uaman Soyënga Camuentsa Uatsjendayënga (USCU).

      El municipio de Sibundoy cuenta con una extensión de 93 km2 de tierras fértiles, una altura de 2200 m s. n. m. y una temperatura promedio de 16 °C (figura 2). Irrigadas por los ríos San Pedro, Putumayo y San Francisco —que a su vez sirven de límite natural—, estas tierras son aptas para la agricultura y la ganadería, de la cual derivan buena parte de su sustento los pobladores. Se cultiva el maíz y el fríjol y su producción lechera se vende en ciudades como Pasto y Popayán. Pese a su cercanía con la región del bajo Putumayo, donde se comercializa la hoja de coca, el valle no reporta ningún tipo de relación con esta actividad ilícita.

      Sibundoy alberga cerca СКАЧАТЬ