La chica que se llevaron (versión latinoamericana). Charlie Donlea
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Название: La chica que se llevaron (versión latinoamericana)

Автор: Charlie Donlea

Издательство: Bookwire

Жанр: Языкознание

Серия:

isbn: 9789874793119

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СКАЧАТЬ junto con otras tres porristas, habían nadado hasta la plataforma. Jessica, Nicole y Rachel también, y juntas formaban un grupo de ocho chicas. Ahora, con los veinte chicos y chicas sentados con las piernas en el agua, balanceándose con el vaivén, las conversaciones comenzaron a tomar diferentes caminos. Megan estaba sentada junto a Matt y hablaban de Duke. Él también pensaba ingresar en esa universidad en el otoño y ambos se alegraban de saber que encontrarían una cara conocida allá. Nunca habían sido novios, aunque el verano anterior habían salido varias veces con amigos mutuos y habían ido a ver Misión Rescate juntos, a lo que llamaron “una cita” solo después de que se besaron en el auto de Matt. Pero aunque eran exitosos en sus grupos, por algún motivo nunca habían logrado sentirse cómodos juntos. Fue así que el último año escolar los encontró como amigos, deseando pasar a otro nivel, pero sin hacerlo.

      —Y bien, ¿quién va a ser el primero? —preguntó Nicole al grupo después de veinte minutos sobre la plataforma flotante—. ¿No vinimos aquí nadando por un motivo?

      —Ve tú —la desafió uno de los varones.

      —Ay, por favor —descartó Nicole—. No es que no vaya a hacerlo, es que no quiero ser la única persona desnuda en el lago. Quiero a los varones desnudos, pero ustedes no se atreven a quitarse los trajes de baño. —Miró a Jessica y Rachel—. ¿Tienen miedo de que se les encoja el amiguito? Está tan oscuro que de todos modos no vamos a poder ver nada.

      Jason Miller se puso de pie y se le acercó.

      —Ve tú, y yo te sigo.

      Nicole hizo una mueca.

      —Sí, claro, yo me desnudo para que me mires arrojarme al agua. Después terminarás sentado junto a tus compañeros, aterrado porque se te paró y no puedes zambullirte así.

      —Eres pura cháchara, Cutty. Lo haremos juntos.

      Siguieron discutiendo a ver quiénes se desnudarían y en qué orden. Luego establecieron reglas sobre dónde dejarían los trajes de baño; si alguien los tocaba, pagaría las consecuencias.

      Mientras todos hablaban, Megan se volvió hacia Stacey.

      —Hagámoslo de una vez.

      —¿En serio? —sonrió Stacey.

      Matt se sumó a ellas.

      —Vale, tapémosles la boca ya.

      —Estoy —concordó Tyler, mirando a Stacey.

      —De acuerdo —dijo Stacey, y en un retorcerse sincronizado de brazos y piernas, se deshicieron de sus trajes de baño y se zambulleron antes de que nadie se diera cuenta de lo que hacían.

      —¡Nos vemos, cabrones! —gritó Matt en el aire antes de caer al agua. El grupo levantó la vista y vio un resplandor de nalgas desnudas, sombreadas por la noche, y luego solo se oyó el ruido de la zambullida. Los cuatro rieron a carcajadas y se alejaron de la plataforma, protegidos por el agua oscura.

      Su accionar hizo que todos se pusieran de pie y comenzaran a desvestirse en masa, para luego arrojarse al agua. Nicole tardó unos segundos, pero no se apresuró a buscar la protección del agua. Se protegió los pechos con el brazo, tironeando a Jessica y Rachel para que se unieran a ella. Los varones que quedaban sobre la plataforma chiflaban ante el espectáculo. Jessica y Rachel se desvistieron rápidamente y se zambulleron. Nicole se volvió lentamente hacia los varones que la estaban mirando, se descubrió el pecho y los desafió con la mirada durante unos segundos, con las cejas arqueadas. Los muchachos parpadearon, enmudecidos.

      —Son los únicos que quedan —se mofó Nicole, cuando comenzaba a caer de espaldas al agua—. Deben de tenerlo realmente pequeño.

      Cayó al agua y desapareció.

      Los dos varones que no se quitaron el traje de baño alegaron que quedaba poca cerveza y querían seguir tomando. Megan y Matt, después de dar la vuelta a la plataforma a nado, se cansaron y regresaron; pusieron un pie sobre la barra que corría debajo del agua por el perímetro de la plataforma. Megan se cuidó de mantenerse debajo del agua, con solo la cabeza visible.

      —Eso sí que fue una locura —rió Matt.

      —Es el último año escolar, íbamos a tener que hacerlo tarde o temprano.

      —Me encantó que fuéramos los que empezamos.

      El movimiento de los otros nadadores hacía salpicar el agua entre ambos.

      —Me alegra mucho que estemos juntos en la universidad el año que viene —dijo Matt.

      —¿Sí? A mí también.

      Matt inclinó el rostro hacia ella, cuidando de no acercarse demasiado ni hacer contacto con el cuerpo contra el de ella, y la besó. Megan, sosteniéndose con la mano derecha de la plataforma y con el pie sobre la barra, le devolvió el beso, pasándole la mano izquierda por el cabello. Sin previo aviso, sintió una mano pellizcándole las nalgas. Se apartó de inmediato.

      —Tranquilos, chicos —dijo Nicole—. ¿Conque pellizcándose el culo en el lago, eh? Ay, por Dios, vayan a un motel.

      Megan apartó la mano de Nicole. Matt rió, sin saber qué otra cosa hacer. Nicole se alejó tan rápidamente como había aparecido.

      —No fui yo, eh —aclaró Matt en cuanto Nicole se hubo ido.

      —No me digas.

      Cansados de nadar, todos estaban volviendo a reunirse en la plataforma. Incómodas por no poder alejarse nadando, las chicas se agruparon en un costado, los varones en el otro. Matt levantó el brazo y tomó el traje de baño de Megan.

      —Aquí tienes —dijo, decepcionado—. Parece que la fiesta se acabó.

      Megan se ató la parte superior del bikini alrededor del cuello, espiando por el rabillo del ojo cómo Matt salía del agua hasta la cintura para recuperar su traje de baño. Se calzó el bikini, trepó a la plataforma y comenzó a repartir los bikinis a sus amigas que estaban en el agua. Todos hicieron lo mismo, salvo Nicole Cutty, que subió por la escalera y se quedó de pie sobre la plataforma, escurriéndose el cabello sin prisa antes de inclinarse para recuperar el bikini. Desde las profundidades del lago, los varones observaban, hipnotizados.

      Megan notó que Matt, al igual que todos los otros muchachos, no pudo apartar la mirada hasta que Nicole finalmente volvió a colocarse el bikini.

      “Volví, mi Amor. Volví”.

      -El Monstruo

      EL EDIFICIO DE DORMITORIOS DE la universidad era de ladrillos rojos, con puerta de seguridad y acceso con una tarjeta que servía como llave. Livia aguardó afuera hasta que vio salir a Jessica Tanner por el vestíbulo. Abrió la puerta una vez que Jessica la destrabó e ingresaron rápidamente en una sala de estudio vacía. Era casi medianoche; había transcurrido una hora desde la llamada de Jessica, y el vestíbulo estaba oscuro y silencioso.

      —¿Cómo va la carrera de Medicina? —preguntó Jessica.

      —Bien. Me gradué hace unos años.

      —Ah, por СКАЧАТЬ