Название: Relectura de la guía de las escuelas
Автор: Fernando Vásquez Rodríguez
Издательство: Bookwire
Жанр: Документальная литература
Серия: Pensamiento Lasallista
isbn: 9789588939872
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El segundo es el capítulo que cierra el libro, de autoría del maestro Fernando Vásquez Rodríguez y que lleva por título “Contrapunteo con Juan Bautista de La Salle —una relectura a la Guía de las Escuelas —”. Como en todos sus textos, el maestro Vásquez despliega su talento escritural y muestra a la vez profundidad y estilo didáctico. Enseña con lo que dice y como lo dice. En los últimos años, ha afinado la escritura de los textos cortos y profundos, como lo enseñó en uno de sus últimos libros: Pensar en aforismos. Este contrapunto con Juan Bautista de La Salle es una lectura para degustar, para sentir, para compartir. Y también, sin lugar a dudas, una invitación a escribir, como lo expresa el autor:
(…) se escribe también con el cuerpo y al cuerpo hay que educarlo, afinarlo en sus gestos, corregirlo en sus hábitos. Qué bueno sería para nuestra profesión docente seguir el consejo dado en la Guía de las Escuelas a los alumnos: “escribir al menos dos páginas diarias, una por la mañana y otra por la tarde”.
III
Una lectura transversal de los trece capítulos del libro me sugieren cuatro categorías que aparecen como recurrentes preocupaciones de los autores y que son ricas en pos del cumplimiento de una de las metas del Programa 5, mencionado al inicio de esta presentación: Crear espacios de reflexión e interiorización permanente para la comunidad universitaria lasallista, vinculados a los retos de la educación lasallista desde la relación pedagógica situada, la creación educativa, el papel del laicado y la espiritualidad de la educación cristiana.
La primera de estas categorías es la de acompañamiento, tal vez por ser el rasgo más propio de la relación pedagógica en el lasallismo y uno de los temas a los que más se les ha dado espacio en las reflexiones universitarias, debido a su vínculo con otras prácticas como la consejería, la tutoría y la mentoría, así como a su relación con asuntos como el seguimiento y la retroalimentación. Pero también, creo yo, porque vivimos tiempos de profundas soledades y desconfianzas. Sociedades que han exacerbado el culto a lo individual y han implantado un régimen de lo efímero, de lo voluble, de lo incierto. Un mundo así necesita de compañeros, no solo los estudiantes, también los maestros. Acompañantes que quieran recorrer un trecho del camino y ayudar a encontrar las mejores opciones, seres capaces de escuchar con el corazón, de dar la mano y establecer parámetros. Construir una pedagogía del acompañamiento para el mundo de la educación superior será una de las tareas que irán de la mano con las pedagogías inclusivas, planteadas como horizonte en el PID 2015-2020 de la Universidad de La Salle. Un sello distintivo que el mundo necesita más que nunca.
La segunda categoría es la de formación docente. A diferencia de los maestros del siglo XVI en los inicios de las escuelas de Juan Bautista de La Salle y sus hermanos, los universitarios de hoy están ampliamente preparados en sus saberes disciplinares. Pero, al igual que aquellos, los de hoy tienen profundas necesidades de naturaleza pedagógica y didáctica. La profesionalización del ejercicio docente universitario es cada vez más una urgente necesidad. Las exigencias de las competencias, la crisis de la evaluación del aprendizaje, el multiperfil que se le exige al profesor y la demanda permanente de innovación educativa, entre otros, provocan que el carisma lasallista retome su iniciativa original de formación de maestros y la lleve con fuerza al ámbito de la educación superior.
La tercera categoría tiene que ver con el ser del docente, con sus competencias intrapersonales, o en términos más clásicos, con la espiritualidad del educador. Sin lugar a dudas, los profesores de hoy tenemos sed de sentido y el lasallismo es una fuente inagotable. Juan Bautista de La Salle construyó una teología de la educación que puede ser actualizada y releída en los contextos universitarios actuales y que, en textos como las Meditaciones y la Guía de las Escuelas, encuentra referentes para la identificación de los propios itinerarios de la vocación como maestro.
Para concluir, la lectura de este libro me abrió la puerta a muchas categorías emergentes que tocan la realidad de la educación universitaria actual y que requieren de elaboraciones lasallistas centradas en la persona, construidas en comunidad, vividas en fe y esperanza, y asumidas con pasión desbordante.
MILTON MOLANO CAMARGO
Docente investigador, Universidad de La Salle
Jefe de la División de Planeamiento Estratégico
LA FORMACIÓN DE LOS MAESTROS NOVELES EN LA GUÍA DE LAS ESCUELAS:
lectura reflexiva de una preocupación de ayer y de hoy
JOSÉ LUIS MEZA RUEDA1
La enseñanza es una profesión ambivalente. En ella te puedes aburrir soberanamente, y vivir cada clase con una profunda ansiedad; pero también puedes estar a gusto, rozar cada día el cielo con las manos, y vivir con pasión el descubrimiento que, en cada clase, hacen tus alumnos. (…) nadie nos enseña a ser profesores y tenemos que aprenderlo nosotros mismos por ensayo y error. Aún me acuerdo de mi primer día de clase: toda mi seguridad superficial se fue abajo al oír una voz femenina a mi espalda: “¡Qué cara de crío. A éste nos lo comemos!”. Aún me acuerdo de mi miedo a que se me acabara la materia que había preparado para cada clase, a que un alumno me hiciera preguntas comprometidas, a perder un folio de mis apuntes y no poder seguir la clase... Aún me acuerdo de la tensión diaria para aparentar un serio academicismo, para aparentar que todo estaba bajo control, para aparentar una sabiduría que estaba lejos de poseer... Luego, con el paso del tiempo, corrigiendo errores y apuntalando lo positivo, pude abandonar las apariencias y me gané la libertad de ser profesor.
J. M. Esteve, “La aventura de ser maestro” (2003)
Introducción
La preocupación por la formación de los maestros principiantes se remonta a los inicios de la historia de la educación. Aunque no ha sido de la misma manera ni con igual propósito, podemos evidenciar una preocupación por parte de los maestros más experimentados hacia aquellos que apenas incursionan en el camino de la enseñanza bajo tres insistencias que parecen comunes: ser-saber-hacer. Ser, porque es importante que el maestro esté convencido de su profesión y de su vocación. Saber, porque si se quiere enseñar algo (una idea o una teoría, un valor o una virtud, una habilidad o una competencia), es necesario haberla aprehendido con la mayor profundidad posible. Y hacer, porque la enseñanza es esencialmente una acción intencionada, es una práctica pensada, es un modo de comunicar algo de forma tal que pueda ser aprendido por otro. Por supuesto, esta triada también se evidencia en el pensamiento pedagógico de San Juan Bautista de La Salle y, de manera específica, en la Guía de las Escuelas Cristianas (1706/2012). De hecho, esta obra contiene un apartado dedicado a la formación de los maestros noveles y, sin embargo, toda ella quiere dar luces a aquellos que quieren ser maestros de escuela.
Dentro de este cometido se inscribe el presente capítulo con sus tres partes. En la primera, daremos unas puntadas sobre la formación de los maestros novatos como una preocupación que СКАЧАТЬ