El juego de la vida y cómo jugarlo. Florence Scovel Shinn
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Название: El juego de la vida y cómo jugarlo

Автор: Florence Scovel Shinn

Издательство: Bookwire

Жанр: Философия

Серия:

isbn: 9789874760722

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СКАЧАТЬ en un pueblo alejado y pobre; la razón, el intelecto, parecía decirle: “Quédate aquí, en la ciudad, encuentra trabajo y ganarás dinero”.

      Pero en lugar de eso yo le dije: “Vamos, regrese a su casa, no rechace jamás una intuición”, y a continuación pronuncié para ella las siguientes palabras: “Espíritu infinito, abre la vía de la gran abundancia para la Señora X..., atrae irresistiblemente todo lo que a ella le pertenezca por derecho divino”.

      Le recomendé repetir esta oración sin parar. Ella partió casi inmediatamente. Algunos días más tarde, en una visita, reencontró a una vieja amiga de su familia. A través de ella recibió abundante dinero de una manera milagrosa. Después, me dijo lo siguiente: “Cuente la historia de la señora que vino a verle casi sin dinero en el bolso y una intuición”.

      La abundancia existe siempre en el camino del ser humano, pero no puede manifestarse más que por el deseo, la fe, o la palabra pronunciada. Jesucristo indicó claramente que es el ser humano quien tiene que dar el primer paso.

      “Pida y recibirá, busque y encontrará, llame y se le abrirá”

      (Mat. 7,7).

      Nadie puede impedir tu éxito, excepto tú mismo.

      Y en las Escrituras se lee: “En lo que se refiere al trabajo de mis manos, mándame”.

      La Inteligencia Infinita, Dios, siempre está listo para realizar los deseos de los humanos, pequeños o grandes.

      O bien, todo deseo expresado o in-expresado, es una demanda. Podemos asombrarnos al ver un sueño bruscamente realizado. Un año, por Pascua, viendo bonitas rosas en los escaparates de las floristerías; yo deseaba recibir una y, poco después, me imaginé mentalmente una rosa depositada ante mi puerta.

      El día de Pascua me llegó un maravilloso ramo de rosas. Al día siguiente le di las gracias a la amiga que me lo había regalado y le dije que era exactamente lo que había deseado.

      Ella me dijo: “¡Pero si yo no te envié un ramo de rosas! Yo te envié azucenas”.

      La floristería había confundido su pedido con otro y me envió el ramo de rosas simplemente porque yo había puesto en acción la ley, y debía recibir un ramo de rosas.

      Nada se interpone entre el ser humano, sus más altos ideales y cada deseo de su corazón, si no son la duda y el temor. Por eso si el ser humano desea algo ardientemente, todos sus deseos se realizarán al instante.

      En el capítulo siguiente, explicaré más detalladamente la razón científica de esto y cómo el miedo puede ser borrado, eliminado, del consciente. Éste es el único enemigo del ser humano: miedo de la pobreza, del fracaso, a las enfermedades, de las pérdidas, todos los sentimientos de inseguridad sobre cualquier plano que sea. Jesucristo ha dicho:

      “¿Por qué tienes miedo, hombre de poca fe?”

      (Mat. 8,26.)

      Creemos que debemos sustituir el miedo por la fe, pues el miedo no es más que la fe invertida: es la fe ligada al mal en lugar del bien.

      Este es el objetivo del juego de la vida, ver claramente el bien y rechazar de la mente todas las imágenes del mal. Eso se obtiene imprimiendo sobre el subconsciente la realización del bien. Un hombre muy brillante que ha alcanzado un gran éxito, me contó que tuvo bruscamente un rechazo de todo temor en su conciencia y un día leyó un escrito en letra mayúscula: “No se inquiete, eso no se producirá probablemente jamás”. Estas palabras impresionaron su subconsciente; él tiene ahora la firme convicción de que sólo el bien quiere entrar en su vida y, en consecuencia, solamente el bien se manifiesta.

      En el capítulo siguiente trataré diferentes métodos de impresionar el subconsciente. Él es un fiel servidor del ser humano, pero debe recibir órdenes convenientes. El ser humano tiene constantemente cerca suyo un testigo atento, su subconsciente.

      Cada palabra, cada cosa que se dice se graba dentro del subconsciente y se realiza, se manifiesta, en detalles sorprendentes. Se parece a una cantante cuya voz quedara registrada en una grabación. Si ésta tose o vacila, esto quedará registrado también. Elimine las grabaciones malas y viejas del subconsciente, aquellas que no queremos conservar, y sustitúyalas por las nuevas y bonitas.

      Pronuncie en voz alta, con fuerza y convicción, estas palabras:

      “Yo quiebro y demuelo (por mis palabras) todo lo que, dentro de mi subconsciente, es falso. Todo eso regresará a la nada, pues todos los pensamientos vanos salieron de mi imaginación. Ahora, grabo los nuevos pensamientos por el poder de Cristo que hay en mí, que es la salud, la riqueza, el amor y la expresión perfecta de mi Ser, Ahí está la cuadratura de mi vida, el juego completo”.

      Un poco más adelante, enseñaré cómo el ser humano puede cambiar las condiciones de su vida mediante el cambio de las palabras que utiliza. Quien no conozca el poder de la palabra se encuentra retrasado con respecto a su tiempo.

      “Lo que uno habla determina la vida y la muerte; que se atengan a las consecuencias los que no miden sus palabras.”

      (Prov. 18,21).

      “Sí, El Todopoderoso será tu defensa y a ti no te faltará el oro”.

      Uno de los mensajes más significativo que las Escrituras han dirigido a la humanidad es que Dios es la fuente y que, por su palabra, la humanidad puede hacer surgir todo lo que le pertenece por derecho divino. Sin embargo, se debe tener una fe integral en la palabra que se pronuncia.

      Isaías dijo:

      “Mi palabra no retorna a mí sin efecto, sin haber ejecutado antes mi voluntad y haber cumplido con mis designios”.

      Nosotros sabemos ahora que las palabras y los pensamientos poseen una fuerza vibratoria tremenda, y que dan forma constantemente al cuerpo y a todos los acontecimientos mundanos.

      Una consultante acudió a verme un día; se sentía extremadamente inquieta y me dijo que, a mediados de ese mismo mes, le iban a reclamar una importante suma de dinero. No veía ninguna manera de obtenerla y estaba desesperada. Yo le expliqué que Dios es su fuente y que esta fuente existe para todas las demandas.

      ¡Y pronuncié la palabra! Di gracias para que ella recibiera ese dinero en el momento oportuno y de una manera conveniente. Luego le dije que era necesario que tuviera una fe perfecta y que actuara de acuerdo con esa misma fe. El día del vencimiento llegó y el dinero no se había materializado. Me llamó por teléfono para preguntarme qué tenía que hacer.

      Yo le contesté: “Hoy es sábado y, por lo tanto, nadie le exigirá que entregue ese dinero. Su papel debe consistir en actuar como si ya fuera rica СКАЧАТЬ