El dibujo humorístico. Equipo Parramón Paidotribo
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СКАЧАТЬ minusvalías, el terrorismo, la religión, el hambre, la guerra, etcétera.

      Adopta la forma de la paradoja proponiendo una actitud abiertamente burlona, pero a la vez, creando en el lector una cierta inquietud que se aleja de todo protocolo y resultando subversivo en contra de determinados rituales sociales.

      Aunque pueda parecer lo contrario, el humor negro requiere una sutileza extrema y un gran control del sarcasmo para transgredir los límites de la moralidad sin caer en el abuso fácil y desmedido.

      Para muchos, el humor negro no es más que otro modo de denuncia ante algunas prácticas de nuestra sociedad.

      EL HUMOR IRREVERENTE

      Plantea una profunda falta de respeto ante algo o alguien “intocable” en una sociedad, que al margen de tratarse de personas o instituciones, adquieren un valor y un carácter místicos más allá de toda racionalidad.

      El humorista irreverente rompe esos vetos con un descaro que puede rozar lo blasfemo y caer deliberadamente en lo irrespetuoso, impío, descarado y desdeñoso.

      En no pocas ocasiones, este tipo de humor supone una liberación y una bocanada de aire fresco para el lector que lo recibe y que coincide con el punto de vista del autor. Por el contrario, resulta un humor hiriente y claramente ofensivo para aquellos que siguen fielmente determinadas premisas por más dogmáticas que sean.

      Las monarquías, las creencias religiosas, los patriotismos exacerbados, los regímenes políticos autoritarios, las legislaciones férreas y los representantes directos de cualquiera de los estamentos citados, acostumbran a ser el blanco de este tipo de humor que ocasiona no pocos problemas a quienes lo practican.

      En algunos lugares del mundo, los autores de este tipo de humor han sido perseguidos e incluso amenazados de muerte por colectivos pertenecientes a integrismos radicales. Las instituciones que se toman demasiado en serio a sí mismas o a los miembros que las forman, en ocasiones muestran claros síntomas de falta de sentido del humor.

      Las creencias religiosas, con frecuencia, son puestas en tela de juicio mediante el humor gráfico, y poco le gustaría a un creyente ver un gag en el cual Dios descubriese que el mundo que cree haber creado no es más que otro producto Made in China.

      EL HUMOR SATÍRICO Y SOCIAL

      Utiliza el ingenio y la anécdota para criticar conductas y costumbres deshonestas de algunos individuos o grupos sociales, expresando así indignación con un propósito moralizador, lúdico o puramente burlesco. El autor ridiculiza y pone de manifiesto los vicios, abusos o deficiencias individuales o colectivas del sector social por el cual muestra su desaprobación. Quizá con la sátira se pretenda lograr una mejora de la sociedad, pero lo cierto es que está concebida para la diversión; no obstante, el humor no es su principal propósito, sino más bien un ataque claro y dirigido a unos individuos o colectivos determinados. La sátira está cargada de sarcasmo, ironía, burla y parodia, y puede darse de diversas formas:

      – Por reducción: empequeñecer hasta la más pura simpleza alguna conducta o a algún individuo para mostrarlo como algo ridículo.

      – Por amplificación: exagerar y evidenciar los defectos de un individuo o situación determinada. Es la técnica utilizada en la caricatura.

      – Por yuxtaposición: coloca al mismo nivel cosas de importancia desigual y ridiculiza a unas en comparación con otras.

      La comparación entre dos clases sociales sirve para mostrar, a través de la sátira, los abusos de una clase con respecto a la otra.

      Con la sátira que se sirve de la magnificación, el autor desaprueba los injustos abusos de asociaciones o colectivos encargados de recaudar cantidades económicas que no siempre terminan en manos de sus presuntos beneficiarios.

      EL HUMOR POLÍTICO

      Se sirve de la sátira en cualquiera de sus formas vistas en el apartado anterior. Es el humor más habitual en prensa diaria y el que le toma el pulso de un modo directo a la más rabiosa actualidad. Al contrario que con otro tipo de gags, el humor político difícilmente es atemporal, ya que sus objetivos son las decisiones políticas y los líderes del momento, de manera que un chiste fuera de su contexto de actualidad perderá su sentido, aunque bien es cierto que permanecerá en las hemerotecas y servirá, en no pocas ocasiones, como símbolo para destacar una época o una decisión política determinada. El gag de actualidad política es esencial en la prensa diaria, ya que tiene la capacidad de divertir e irritar a partes iguales; a su vez, un buen chiste político puede reforzar algunos prejuicios o desmontar demagogias. El humorista gráfico especializado en chistes políticos suele ser cínico por naturaleza, analista de la actualidad, muy puesto al día y un experto en saber leer entre líneas y en sacar punta a aquello que los políticos no dicen, pero en realidad piensan o viceversa.

      Una de las técnicas más utilizada por estos humoristas es la caricatura, ya que sin duda se trata de un modo eficaz de “retratar” al político de turno y mostrárselo de un modo grotesco al lector. Para ello, el caricaturista debe ser un dibujante competente. Los humoristas que prescinden de dicha técnica acostumbran a hacer un humor político atemporal, los líderes que aparecen en sus chistes son ficticios y retratan un comportamiento global de la clase política, pero no ponen el dedo “acusador” sobre ningún personaje en concreto.

      El humor político más sangrante e incisivo es el que aparece en los rotativos de los países donde la libertad de expresión está más generalizada, y nadie duda de que esto es un síntoma de buena salud social. Por el contrario, es inexistente en los países cuyos gobiernos ejercen la censura sobre los medios de información.

      El humorista gráfico especializado en chiste politico puede denunciar algunos abusos de poder.

      A través del humor político se puede mostrar la desidia de algunos políticos y de sus gestiones con el único fin de sacar beneficios personales.

      la caricatura; la exageración, lo grotesco

      no corresponde a un tipo de humor propiamente dicho. Hasta ahora, sólo se han mencionado los tipos más representativos, pero sin duda existen variaciones sobre ellos, al igual que numerosos puntos de coincidencia que hacen difícil establecer la frontera entre dónde termina un tipo de humor y dónde empieza otro; por ejemplo, el humor político podría compartir perfectamente espacio con el satírico, ya que gran parte del humor político utiliza la sátira para desarrollar sus gags; no obstante, por su especialidad tan concreta, casi todos los estudios coinciden en clasificarlos en apartados distintos.

      Algo similar le sucede a la caricatura. Podemos hacer todo tipo de humor con personajes que sean reconocibles para el lector, satirizarlos, utilizarlos como blanco de nuestro humor negro, ser amables con ellos y realizar una crítica sutil a través del humor blanco, pero sin duda, donde la caricatura se mueve con más agilidad es en el humor político.

      La caricatura puede ser muy elaborada y parecer un auténtico retrato distorsionado del personaje. En este caso, vemos a un Clint Eastwood apergaminado por el СКАЧАТЬ