Historia de Venezuela, Tomo II. Pedro de Aguado
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Название: Historia de Venezuela, Tomo II

Автор: Pedro de Aguado

Издательство: Public Domain

Жанр: Историческая литература

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СКАЧАТЬ mas antes lleuaron la peor parte de la pelea, siendo hen ella muertos algunos yndios; y aunque se rretiraron y apartaron de pelear los yndios, no por eso se fueron a su tierra, mas antes estuuieron a la mira de los españoles, de suerte que el Gouernador tuuo lugar de llamallos y trahellos de paz y a su amistad, mediante su buena diligencia; y fuele muy util la paz destos yndios a los españoles, porque con ellos bajaron de las montañas muy gruesos maderos para hazer vna puente en vn rrio furioso y caudaloso que les hera forcado pasar, porque la rrepentina buelta que auia echo auian tomado casi diferente camino del que a la ida lleuaron por lo qual se les opuso la pasada deste rrio de Abreua.

      Hicieronse las puentes, y por ellas pasaron los españoles. Echaron los cauallos por el agua para que pasasen nadando, y con la gran corriente y malas salidas que el rrio hazia se les ahogaron los mas de los cauallos, que despues les hicieron mucha falta.

      Traian todos estos yndios muchas joyas de oro y otros aderecos para el hornato de sus personas, lo qual rrescatauan y contratauan con los españoles. Dauanles ricos y gruesos caracoles y pedazos de oro, por cosas de poco precio y de poco prouecho, y quedauan muy contentos los yndios con ello, y los españoles51 mucho mas con el oro, que hera muy fino y muy bueno.

      Prosiguieron su torna buelta con arto trauajo y necesidad y falta de comida que auian tenido y algunas guazauaras de yndios. Llegaron al Fincenu, donde el casique y su muger les aguardo52 de paz con mas de siete mil pesos que dio de presente al Gouernador en un cataurillo53, los quales dijo que auian sacado de una de las ssepulturas que los españoles les auian cauado y por no auer sauido buscar el oro se auian dejado alli aquel poco. Los soldados estauan muy bien con aquella tierra del Fincenu, por el mucho oro que de sepulturas auian sacado y por lo que pretendian sacar; y por este rrespeto rrogaron con grande ainco al Gouernador que se detuuiese e hiciese asiento en aquel pueblo, para sacar algun oro de las sepulturas, ofreciendose de sustentar al pueblo de comidas de la comarca, y que harian vn bergantin en el rrio del Cenu, en el qual fuesen a dar mandado y auiso a Cartaxena, que por aquella uia estaua zerca, para que proueyese de lo necesario.

      Comenco a decir que no lo queria hazer, por el desabrimiento que con algunos soldados tenia, y en el permanescio tan obstinadamente que con rruegos ni rrequirimientos ni por otra uia ninguna no le pudieron sacar del, de que se marauillaron mucho los soldados a causa de ser Pedro de Heredia de noble condicion y que no permanecia en el enojo mucho tiempo. Finalmente, se hizo y cunplio su boluntad contra la de todos sus soldados; y prosiguiendo su camino a Cartaxena entraron en ella quatro o cinco dias antes de San Joan de Junio del propio año, donde hallaron mucha jente española que alli auia quedado y se auian juntado y cada dia se yban juntando.

      CAPITULO SSEIS

      Como el Gouernador Pedro de Heredia enbio a Alonso de Heredia, su hermano, a descubrir el Pancenu, y como el propio Gouernador salio despues tras el por cierta ocasion, y como fue poblada Uraua por el capitan Alonso de Heredia.

      Hallo el governador Heredia en Cartaxena a Alonso de Heredia, su hermano, que auia llegado o uenido de Nicaragua con algunos soldados hallarse en conpañia del Gouernador su hermano. Holgose mucho Pedro de Heredia de hallar alli a Alonso de Heredia, y luego determino de dalle gente con que entrase la tierra adentro en demanda del Panzenu. Diole ducientos hombres de a pie y de a cauallo, y entre hellos muchos de los que con el propio Gouernador se auian hallado en la jornada que de suso e contado.

      Salio Alonso de Heredia con esta jente de Cartaxena por el mes de Agosto siguiente del propio año; y como ya los soldados se sauian el camino tuuieron menos trauajo en andallo que pasaron los primeros que lo descubrieron, y asi por sus jornadas contadas, casi sin tener guerras con los yndios, llegaron al Fincenu, donde hallaron cauadas mas de trecientas sepulturas que los propios naturales las auian auierto y sacado el oro dellas que54.

      Cajauanse55 los soldados de Pedro Heredia, porque por su causa no auian hellos sacado el oro de aquellas sepulturas, que presumian ser gran cantidad, y no perdiendo la esperanza de auello, procuraron ynquirir y sauer de algunos yndios donde lo auia escondido el casique, pero no les aprouecho nada su dilijencia y deseo; solamente supieron y alcancaron que la primera vez que el gouernador Heredia dio en este pueblo, lo tenian escondido en vna asperisima montaña que llamauan la montaña de Faraquie56, por estar hen ella un pueblo de yndios deste nombre y apartado de este Fincenu ocho leguas y mas, en la qual montaña el principal auia echo vn buhio, en lugar de tenplo, en seruicio del demonio, cuya hera la sepultura mayor y principal de aquel pueblo, en el qual ofrecieron todo el oro que, como e dicho, sacaron de las sepulturas y el que los propios yndios poseian. Pero con todo esto no perdieron los soldados punto de su codicia ni dejaron de hazer alli sus diligencias para sacar oro de las sepulturas que quedauan por sacar, para el qual efeto se concertaron e hizieron conpañia entre todos, que unos cauasen y otros fuesen a buscar comidas y sustentasen los cauadores de lo necesario, y que despues se partiesse lo que se sacase57.

      En esta conpañia no quiso entrar el capitan Alonso de Heredia, porque pretendia sacar mas el solo con la jente que tenia, que lo que de la conpañia le pudiese cauer de parte; y con auer los yndios sacado gran cantidad de oro, y Pedro de Heredia quando estuuo en este lugar asi mesmo saco mucho, todauia quedo oro que sacaron los que agora fueron, pero no lo estimauan ni tenian en tanto como en este tiempo se tiene, aunque siempre tuuo balor58.

      Aflojaron los soldados y aun59 el capitan Alonso de Heredia en la pasada al Panzenu, por algunas ocasiones que se les ofrecieron y por parecelles tan trauajoso como dificultoso el camino y descubrimiento de aquella rrica noticia, por lo qual el capitan Alonso de Heredia enuio a Francisco de Ciesa, su theniente general, a la costa que cae sobre el Darien con parte de la jente que tenia, a que uiese y descubriese lo que por aquella parte ouiese que uer.

      Ciesa hizo lo que se le encargo, y con la gente que lleuo descubrio la prouincia que llamo de las Uasillas, que agora es llamada Tolu, y el mismo puerto donde esta poblado el pueblo de Tolu. Paresciole uien a Ciesa aquella tierra para que hen ella permaneciesen españoles, y entendiendo quan cerca estaua de Cartagena, procuro dar auiso al gouernador Pedro de Heredia, y porque no tenia bergantin ni otra cosa con que nauegar, hizo hazer vna balsa de maderos la mas rrecia que pudo ser, y en ella se metio Alonso Lopez de Ayala, persona principal y de quien se hazia ya y se haze60 mucha quenta en Cartaxena, donde rreside, y con el otros quatro soldados, buenos nadadores. Pusieronse a gran peligro asi de mar como de yndios de tierra, y fue Dios seruido que sin que peligrase o muriese ninguno, aportaron a Cartaxena, donde dieron rrelacion al gouernador Heredia de lo que auia y pasaua, asi sobre las sepulturas del Fincenu y estado en que quedavan, como de la nueua tierra que auian descubierto61.

      Rresciuio gran contento el Gouernador de todo lo que se le dijo, y singularmente de la esperanza que le davan de que todauia se sacaua oro en las sepulturas del Fincenu, porque la cudicia deste Gouernador hera tan ynsaciable como la de otros muchos que con cargos y sin ellos an pasado a las Indias, y asi no auia para el nueua de mas contento ni alegria que dezille que auia oro o que sacauan oro y que le darian oro; y aunque el Gouernador hera adornado de otras muchas y buenas partes, esta hera en el tan estimada que desconponia y afeava lo demas, por no ser en su mano el dejar de dar muestras dello. Enbio luego socorro a Francisco de Ciesa, que lo esperaua en Tolu, y de la jente que a la sazon se hallo en Cartaxena metio en vnas carauelas hasta ciento y beinte honbres, de los que a la fama de Piru cada dia uenian despaña, y juntamente con este socorro, ynbio a decir a su hermano y a los demas soldados y capitanes, que le ynuiasen todo el oro que entre todos se ouiese sacado de las sepulturas y auido de otros rrancheos.

      Los СКАЧАТЬ



<p>51</p>

En la edición de Caracas se pone aquí punto y coma.

<p>52</p>

En la edición de Caracas: aguardaron, que es lo gramatical, pero no lo que consta en el manuscrito.

<p>53</p>

Diminutivo de catauro, especie de caja ó cesta hecha de la yagua de la palma real.

<p>54</p>

O este que huelga, ó falta aqui alguna palabra.

<p>55</p>

En la edición de Caracas: quejábanse, que es lo que debe querer decir.

<p>56</p>

Idem íd.: Faraquil. Bien pudiera ser esto.

<p>57</p>

En la edición de Caracas: repartiese lo que se sacase en esta compania.

<p>58</p>

En la edición de Caracas no se hace aquí punto y aparte, sino que sólo hay punto y coma.

<p>59</p>

En la edición de Caracas: aunque en vez de aun.

<p>60</p>

En la edición de Caracas: y de quien se hacía y hoy se hace.

<p>61</p>

En la edición de Caracas no se hace aquí punto y aparte; sólo hay punto y coma.