En manos de Dios. Manuel José Fernández Márquez
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Название: En manos de Dios

Автор: Manuel José Fernández Márquez

Издательство: Bookwire

Жанр: Документальная литература

Серия: Fuera de Colección

isbn: 9788428564731

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СКАЧАТЬ alma está sedienta de ti.

      Todos sentimos sed, hambre, necesidad de algo o de alguien que llene nuestro vacío, nuestra necesidad de completar esa zona que sentimos hueca, que experimentamos que le falta algo para estar completa.

      Cuando me despierto cada día empiezo a soñar

      con ese trabajo que tengo pendiente,

      con aquella persona con quien tengo que conversar,

      con aquel asunto que tengo que resolver,

      con aquella lectura o aquel paseo que quiero realizar…

      Así surgen, en mi sueño, cosas, personas, trabajos, tareas,

      proyectos, distracciones, conversaciones pendientes,

      lecturas y asuntos que constituyen un programa

      de planes, que a lo largo del día intentaré realizar

      como pequeñas conquistas y afanes que llenarán

      y cumplirán mis ilusiones para llenar mi vacío.

      Señor, ¡qué sueños perdidos,

      qué frustraciones encontradas,

      qué cantidad de ilusiones deshojadas,

      qué proyectos vacíos,

      qué encuentros desinflados,

      qué ganas de vivir muertas…!

      ¿Será un día perdido y frustrado?

      ¿Será que los sueños son sólo sueños y que las horas y los minutos me van mostrando que están escritos en un libro sin hojas y sin vida?

      ¿Será que los sueños son proyectos vacíos y muertos?

      ¿Será que los sueños están vacíos y huecos por dentro, sin contenido real?

      ¿Será que los sueños están muertos, sin vida, y sólo existen en mi mente perdida y frustrada?

      Señor, ¡qué cantidad de sueños cuando despierto al amanecer para llenar de frustraciones muertas los pasos de cada día!

      Señor, ¡qué ilusiones y expectativas me despiertan cada mañana, sabiendo que se irán perdiendo en cada paso del día!

      Señor, ¡qué cantidad de proyectos al amanecer, que a través de las actividades, encuentros y tareas, me irán desvelando una y otra vez mi vacío por dentro!

      Señor, ¡qué cantidad de sueños y expectativas por fuera, que cada día, me desvelan más y más que me falta algo por dentro!

      Señor, ¡qué cantidad de cosas llenan mi vida por fuera, mientras por dentro siento una sed infinita, que ninguna persona, ni ningún trabajo o actividad podrán saciar!

      Oh Dios, tú eres mi Dios,

      por ti madrugo,

      mi alma está sedienta de ti.

      Esta es la verdad más profunda y vital que podemos

      descubrir en el hondón de nuestra alma.

      Tenemos una sed infinita, eterna y amorosa,

      que no se puede satisfacer con cosas,

      con posesiones, con nuestros trabajos y actividades,

      con nuestra familia y amigos,

      con nuestras pequeñas metas e ilusiones,

      tantas veces, vanas.

      Nuestra sed es infinita, es eterna, es plenificante,

      es divina y sagrada, nuestra sed es sed de Dios,

      y no puede saciarse con pequeñas porciones

      y cosas, y sólo con manifestaciones

      y criaturas de Dios.

      Nuestro corazón está creado a la medida de Dios,

      y sólo Dios puede saciarlo. «Nos hiciste, Señor,

      para ti y nuestro corazón está inquieto hasta que

      descanse en ti», nos decía San Agustín.

      Nuestra sed es de Dios, porque nuestro corazón

      es inmenso, a la medida de Dios,

      y sólo puede encontrar su plenitud

      enamorándose de Dios,

      viviendo en total comunión de amor con Él.

      Nuestra sed es de Dios, «mi alma está sedienta de Dios,

      del Dios vivo…» y sólo se sacia y se llena de vida

      e ilusión cuando lo empeño todo buscándole a Él

      en todas las cosas y sobre todas las cosas,

      deseando, con pasión, llenarme de Dios, sólo de Dios.

      Sigamos repitiendo, desde el fondo de nuestra alma…

      Oh Dios, tú eres mi Dios,

      por ti madrugo,

      mi alma está sedienta de ti.

      2. ¿Qué nos despierta a nosotros, habitualmente?

      Vamos a procurar caer en la cuenta de qué es lo que realmente nos despierta a nosotros cada amanecer.

      ¿El reloj?

      ¿Las preocupaciones?

      ¿El insomnio?

      ¿Los ruidos de fuera: la calle, el alboroto, los portazos?

      ¿Los ruidos de dentro: mis ruidos mentales,

      mis preocupaciones por la salud, el trabajo, los agobios?

      3. ¿En qué niveles estamos despiertos? ¿Estamos despiertos sólo «por fuera»?

      Cuando despertamos por la mañana no siempre estamos despiertos «del todo», es decir, en todos los aspectos de nuestra vida.

      Vamos a caer en la cuenta de si sólo estamos despiertos en los aspectos y niveles más superficiales.

      Cuando estamos despiertos, ¿a qué nivel nos referimos? ¿en qué aspecto estamos despiertos?, ¿en nuestro aspecto superficial?

      En nuestro cuerpo: no podemos dormir, no conciliamos el sueño por encontrarnos nerviosos, no nos recuperamos del cansancio por no haber dormido.

      En nuestra mente y en nuestra СКАЧАТЬ