Enganchados a la luz. Sea´n Patrick O'Malley
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Название: Enganchados a la luz

Автор: Sea´n Patrick O'Malley

Издательство: Bookwire

Жанр: Документальная литература

Серия: Fuera de Colección

isbn: 9788428837774

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СКАЧАТЬ dicho por el profeta: “La virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le llamará Emmanuel (que significa ‘Dios con nosotros’)”».

      La fiesta de hoy es también la fiesta de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba, y esta fue la primera misa pública que celebré con la comunidad cubana en Washington DC. Al principio, esta diócesis donde nos encontramos formaba parte de la diócesis de Santiago de Cuba, donde está el santuario de Nuestra Señora de la Caridad. Y fue aquí, en San Agustín, donde el gran patriota cubano y sacerdote ejemplar, padre Félix Varela, recibió su primera formación de un misionero irlandés, el padre Miguel O’Reilly. Todos esperamos con impaciencia el día en que podamos decir «san» Félix Varela.

      Cuando el papa Benedicto XVI visitó Nueva York, celebró misa en la catedral de San Patricio. E hizo un comentario sobre las vidrieras. Observó cómo desde fuera las vidrieras parecen opacas, oscuras y tétricas, pero, cuando estamos dentro de la iglesia, podemos ver los colores, las formas y la maravillosa luz que ilumina el templo e irradia hermosas imágenes.

      Desde fuera, nuestra religión puede parecer tétrica y misteriosa, pero estar dentro de la Iglesia es experimentar la comunidad de fe, la belleza del Evangelio de Jesús y la emoción de una misión que nos desafía a construir una civilización del amor. Nuestra tarea consiste en invitar a la gente a entrar en el mundo de nuestra fe para entrever la belleza de la vida del discípulo.

      Nuestra Iglesia nació porque María dijo sí a Dios. La Madre Teresa siempre decía: «Da permiso a Dios». Eso es precisamente lo que María hizo. Cuando Dios llama a la puerta de la humanidad, es María quien abre esa puerta en nuestro nombre.

      En los evangelios, María es mujer de pocas palabras. Las primeras palabras de María las oímos en la Anunciación, cuando Dios le pide que sea la madre del Redentor. María dice sí: «Hágase en mí según tu palabra». Esa palabra cambió el curso de la historia.

      En nuestras propias vidas y luchas debemos dar permiso a Dios como hizo María. Si la primera palabra de María es su sí a Dios, con sus últimas palabras en el relato de la boda de Caná, ahora segundo misterio luminoso del rosario, María nos interpela de nuevo para decir sí a Dios: «Haced todo lo que él os diga». Estas son las palabras que grabé en mi anillo episcopal como recuerdo del consejo y llamada que María nos dirige para que cumplamos la Palabra.

      En los últimos 450 años han venido muchas personas a estas tierras por distintos motivos. Algunos buscaban oro y gloria. Otros buscaban la fuente de la juventud –tal vez sea por eso por lo que hay tantos ancianos siguiendo los pasos de Ponce de León–. Otros vinieron como inmigrantes en busca de libertad, oportunidades y una vida mejor para sus hijos. Finalmente, otros vinieron con el deseo de traer la buena noticia del Evangelio y construir una civilización del amor. Y algunos vinieron contra su voluntad.

      En esta misa celebramos de manera especial a los que vinieron en respuesta al gran mandato de Jesús, que envió a sus discípulos hasta los confines de la tierra para proclamar la Buena Noticia y bautizar a nuevos hermanos y hermanas en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Celebramos a los mártires de Florida que dieron la vida por la misión que Cristo y su Iglesia les confiaron.

      Tuve el privilegio de servir aquí como obispo y conocer de primera mano la energía y el crecimiento que experimenta nuestra comunidad de fe. ¡Hay tantos sacerdotes dedicados, religiosos y laicos pronunciando su «sí» a Dios aquí!... Esta celebración es una acción de gracias por las bendiciones del pasado y por las personas generosas y llenas de fe que nos han precedido, pero también es un momento para dedicarnos a la misión otra vez.

      El papa Francisco captó la atención del mundo al recordarnos la alegría del Evangelio. Él nos desafía a superar la globalización de la indiferencia, a ir a la periferia siguiendo las prioridades del Buen Pastor, que deja a noventa y nueve en busca de la única oveja que se ha perdido. El Santo Padre nos dijo que nuestra Iglesia no es un museo o un auditorio; nuestra Iglesia es un hospital de campaña y nosotros somos los auxiliares llamados a hacer el primer triaje en un mundo lleno de gente herida.

      El Santo Padre nos desafía a abrazar nuestra misión, que es, al mismo tiempo, pasión por Jesús y pasión por su pueblo. El mundo quedó estupefacto cuando, durante una audiencia de los miércoles, en la plaza de San Pedro, el papa Francisco se metió entre la multitud para abrazar y besar a un hombre terriblemente deformado que estaba allí. Después, el hombre contó a los periodistas que muchas veces la gente evita sentarse a su lado en el coche, y que la bondad del Santo Padre con él le hizo experimentar el incondicional amor de Cristo.

      El papa Francisco dice que, a veces, estamos tentados a ser ese tipo de cristiano que mantiene a distancia las llagas de Cristo. Y, sin embargo, Jesús quiere que toquemos la miseria humana, que toquemos el sufrimiento de los otros; él espera que dejemos de buscar esos nidos que nos abrigan del torbellino de sufrimiento humano y en vez de eso entremos en la realidad de la vida de la gente y conozcamos el poder de la ternura.

      6

      Primeros pasos en una vida consagrada

      Una película que tuvo mucho éxito –Mi gran boda griega– presenta los muchos desafíos que afrontan las familias cuando tienen que preparar una boda. Hay muchas cosas que pueden salir mal: a la novia se le puede romper el vestido, se puede averiar el coche, se pueden perder las alianzas, puede faltar el vino, a veces la novia no aparece en la iglesia; y hoy, en la boda de la parábola de las vírgenes prudentes, es el novio quien se retrasa. En otro episodio del evangelio, Jesús describe la tarea de evangelizar comparándola con la de salir a las calles y ciudades para invitar a la gente a una gran celebración, una boda, pero de repente quienes llevan la invitación reciben una paliza. Todos conocemos anécdotas de auténticos desastres en una boda. Jesús también. En la boda de Caná no había vino. En los evangelios, Jesús se describe a sí mismo a veces como el buen pastor, y otras veces como el novio. Bonita descripción. Jesús nunca es el viudo. Él no existe separado de su novia, la Iglesia. Sin duda, todos conocemos jóvenes novios deslumbrados y enamoradísimos de su novia. Así es Jesús, enamorado de nosotros, su pueblo, su Iglesia. En la boda de Caná, María, madre del novio, madre de la novia, pronuncia sus últimas palabras, pero no será su última presencia. Nos dice: «Haced todo lo que él os diga». En el Calvario y en Pentecostés, María está presente otra vez. Siempre repitiendo el mismo mensaje y el mismo fiat. La primera palabra de María en el evangelio es «hágase en mí según tu palabra». Von Balthasar, el gran teólogo, que siempre habla de kniende Theologia, esto es, teología de rodillas, describe el fiat de María como Geschehen Lassen das Ja, esto es, un sí que permite que suceda algo. El sí de María permite que Jesús nazca en nuestro mundo, permite que Dios se haga uno de nosotros. Sus últimas palabras son: «Haced todo lo que él os diga». Estamos hoy aquí no para una boda, sino para un noviazgo durante el cual estas hermanas empiezan un período de intenso discernimiento sobre su vocación 3.

      Esta nueva fase de sus vidas tiene como símbolo la elección de un nuevo nombre, la toma del velo blanco y la entrega de su propio diurnal.

      Estas mujeres piden integrarse en la comunidad de las Hijas de María de Nazaret porque quieren responder al desafío de nuestra Señora: haced todo lo que él os diga.

      Pasaréis vuestro noviciado escuchando la Palabra de Dios, en actitud de escucha del corazón para descubrir aquello a lo que Dios os llama. Es una actitud de disponibilidad a la voluntad de Dios. Cada una quiere pronunciar su sí a un estilo de vida evangélico, consagrada a través de los votos de pobreza, castidad y obediencia.

      El evangelio de hoy empieza por decirnos que había una boda en Caná de Galilea y que María estaba invitada. Estoy seguro de que quienes conocían a María la apreciaban mucho. СКАЧАТЬ