Enganchados a la luz. Sea´n Patrick O'Malley
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Название: Enganchados a la luz

Автор: Sea´n Patrick O'Malley

Издательство: Bookwire

Жанр: Документальная литература

Серия: Fuera de Colección

isbn: 9788428837774

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СКАЧАТЬ María es la primera en notar que la familia se ha quedado sin vino y se apresura a intervenir.

      Cuando decimos «sí» a Dios, también estamos diciendo «sí» a quienes nos rodean, que reclaman nuestro amor y misericordia.

      San Lucas, autor inspirado por el Espíritu Santo, que es el verdadero autor, en su evangelio y en el libro de los Hechos de los Apóstoles nos ofrece imágenes de María. La tradición dice que Lucas también pintó iconos de ella, como el que está en la basílica de Santa María la Mayor. En el evangelio de Lucas vemos cómo es María. Es mujer de pocas palabras.

      El saludo de María a Isabel, que hizo saltar de alegría a Juan, habría sido Shalom aleijem (la paz esté con vosotros). Si la primera palabra de María fue el fiat de la anunciación y la última, en Caná: «Haced todo lo que él os diga», el evangelio de hoy nos ofrece sus palabras más largas, el Magnificat, una oración de alabanza. El cántico de María es la manifestación de su corazón ante la maravilla de todo lo que Dios iba a hacer a través del niño que ella iba a traer al mundo. Él vendría para reconciliarnos con Dios y para establecer una revolución de amor radical que ensalza a los humildes y oprimidos.

      Cuando Dios envió a su Hijo al mundo, escogió a la joven más improbable de la nación más improbable. Dios se rebela contra los falsos valores humanos del mundo. Dios sorprende a todos.

      Él envía a Jesús, el Siervo sufriente, para iniciar una revolución de amor, reconciliación y perdón. Él nos llama a formar parte de esta revolución que invierte los valores del mundo –los poderosos serán derribados de sus tronos; los humildes serán ensalzados; los hambrientos, llenos de bienes; los ricos, despedidos con las manos vacías.

      La oración de María habla de la misericordia de Dios con quienes lo temen. Habla de la promesa de misericordia de Dios, una promesa hecha a Abrahán y a nosotros.

      La celebración de hoy habla del triunfo de la revolución del amor y la misericordia. María, llena de gracia, nos está llevando a casa, nos guía y da un sentido a la vida que va más allá de las cosas materiales inmediatas que tanto acaparan nuestra atención y nuestro tiempo.

      Cuando perdemos de vista lo trascendente, perdemos esa visión que necesitamos para sostenernos. Cuando Dios llama a la puerta de la humanidad, es María quien abre la puerta en nuestro nombre.

      En la isla de Martha’s Vineyard hay una bonita iglesia con vidrieras que representan los siete sacramentos. Al entrar en la iglesia, la primera ventana que vemos representa el sacramento de la confesión: llaves cruzadas, la estola de un sacerdote y las palabras: «Vete y no peques más». La iglesia no tiene aire acondicionado, por eso, en verano, se abren todas las ventanas. En aquella ventana en particular, la vidriera que se abre es precisamente donde está escrita la palabra «no», así que la gente lee: «Ve y peques más». Nunca recibí ninguna queja de los muchos turistas que visitan Martha’s Vineyard.

      La gran ironía es que frecuentemente la gente piensa que nosotros, los católicos, somos personas del «no» –no hagas esto, no hagas aquello–. Pero, de hecho, somos personas del «¡sí!». Como María, somos invitados a decir «sí» a Dios, al amor, a la comunidad, a la vida y también a la cruz y a la resurrección. María está siempre alentándonos, como hizo en la boda de Caná: «Haced todo lo que él os diga».

      Que nuestras vidas, como la vida de María, sean un «sí» rotundo a la invitación de Cristo a seguirlo en el amor y fidelidad, extendiendo la alegría del Evangelio.

      5

      El cumpleaños de María,

      la primera misa

      El papa Francisco me ha enviado hoy aquí porque, justo en el día de hoy, hace 450 años que llegó el Evangelio a estas playas. Pedro Menéndez de Avilés avistó esta tierra por primera vez el día de la fiesta de San Agustín, 28 de agosto de 1565. El padre Francisco López ofreció la primera misa sobre esta arena en la festividad de la Natividad de la Virgen María, el 8 de septiembre, fundando así la ciudad europea más antigua de los Estados Unidos.

      Qué prometedor que este nuevo comienzo sucediese en la celebración de un cumpleaños. El cumpleaños de María es el principio de la Iglesia, porque ella es la primera discípula de Jesús. En efecto, la fecha escogida para celebrar sus años era el primer día del año en el Imperio bizantino. Es realmente un nuevo comienzo. El nacimiento de María es parte de los últimos preparativos de Dios para la venida del Mesías.

      Durante más de mil años, el evangelio que se lee en este festivo es el elenco de la genealogía de Jesús descrita en san Mateo. Me dijeron los organizadores de la liturgia que íbamos a usar la versión corta. Me vino a la memoria una reseña que apareció hace muchos años en el Washington Post, comentando una publicación que hizo el Reader’s Digest de la Biblia. El crítico escribió: «En el principio era el Verbo, pero el verbo era demasiado largo y las Selecciones del Reader’s Digest lo acortaron». Personalmente, me gusta más leer la genealogía entera, siempre que haya un diácono para leer el evangelio y no tenga yo mismo que lidiar con la dificultad de pronunciar todos esos nombres del Antiguo Testamento.

      Nuestro evangelio de hoy comienza con la conclusión de la genealogía, que muestra claramente que José es el padre adoptivo de Jesús. En efecto, al final de la larga lista de padres que engendran hijos viene José, que es descrito como «el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo».

      El evangelio prosigue diciendo que María «concibió por el Espíritu Santo». A veces digo que mi teólogo americano favorito es el personaje cómico o de ficción de Archie Bunker. Una vez, Archie discutía con su yerno Meathead y soltó una observación antisemita. Meathead reaccionó inmediatamente y censuró a su suegro, diciendo: «Archie, debería darte vergüenza. Recuerda que Jesús era judío». Sin dudar, Archie replicó: «Sí, pero solo por parte de madre». María es la hija de Sion que personifica el anhelo de todas las generaciones de fieles judíos que esperaban al Mesías.

      El evangelio de hoy a veces es titulado como la anunciación de san José, porque Dios habla con José en sueños. En la primera visita a una de las parroquias como obispo de Palm Beach, pregunté al párroco cuántas personas cabían en su iglesia. Él me respondió: «En mi iglesia pueden dormir setecientas personas». No olvidemos que hay cuatro episodios en los que Dios se comunica con José mientras este duerme y, por tanto, no deja de ser un consuelo para un predicador saber que Dios puede comunicarse incluso con los parroquianos que abren la boca y dormitan durante la homilía. En los Hechos de los Apóstoles, un joven llamado Eutiques oía uno de los muy largos sermones de san Pablo sentado en la cornisa de un tercer piso, cuando se adormeció y cayó de allí, muriendo en el acto. Felizmente, san Pablo pudo restituir la vida al joven, pero no conviene suponer que cualquier predicador que predique un sermón soporífero tenga esos mismos poderes milagrosos.

      José sabía que Jesús era un milagro, por eso recibió a María en su casa como esposa.

      Cierta vez, el famoso comentarista televisivo Larry King fue entrevistado por un periodista que le preguntó: «Señor King, si pudiese entrevistar a cualquier persona de la historia, ¿a quién le gustaría hacerlo?». Sin dudar un momento, Larry King respondió: «Me gustaría entrevistar a Cristo». «¿Y qué le preguntaría?», insistió el periodista. «Le preguntaría si nació de una virgen. Para mí, la respuesta a esa pregunta define la historia».

      Para José, como para todos los creyentes, la respuesta define, en efecto, la historia. Jesucristo es el Hijo de Dios, el Mesías, el Redentor.

      Dios se comunicó con СКАЧАТЬ