Название: Desde cabina
Автор: Jorge Gutiérrez de Velasco Rodríguez
Издательство: Bookwire
Жанр: Языкознание
Серия: Vos Téknika
isbn: 9786079878122
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Nuestra institución ha firmado más de un centenar de relaciones a lo largo de sus casi once años de vida como organismo público; muchas de estas alianzas, por fortuna, tienen esa óptica, la potenciar las propias capacidades en colaboración con otros actores que buscan potenciar las suyas propias y que en ese trayecto se construyan escenarios de aprendizaje y de crecimiento para todos.
La gratitud, la humildad, el profesionalismo y la responsabilidad, son los pilares fundamentales para hacer vivas y duraderas las relaciones con aquellas organizaciones —nacionales o extranjeras, públicas o privadas— con las que establecemos acuerdos; con este estado de ánimo es como transitamos hacia la construcción de alianzas que en resumidas cuentas nos permitan acelerar el paso en la habilitación de nuestras capacidades, en el posicionamiento de nuestra organización educativa pública dentro de un mercado tan especializado como el aeroespacial, con la sociedad y con todos aquellos interesados o involucrados (los llamados stakeholders) con la institución, pero sobre todo nos potencian y ubican en una espiral de mejora y liderazgo para que nos integremos al selecto grupo de organizaciones que perduran. El esfuerzo para construir alianzas es muy grande y de largo alcance, pero sin duda vale la pena. Las alianzas empoderan a sus actores. ¶
28 de agosto de 2018
El Modelo Mexicano de Formación Dual, los retos que vienen
La semana pasada participé en el evento de firma del Convenio entre la Secretaría de Educación Pública federal y el Consejo Coordinador Empresarial (cce), organismos encabezados por el maestro Otto Granados y el actuario Juan Pablo Castañón, respectivamente. El protocolo se llevó a cabo en el emblemático edificio de la sep ubicado en el centro histórico de la cdmx; el convenio es el resultado de los acuerdos establecidos entre el titular del ejecutivo federal, Enrique Peña Nieto, y la canciller alemana Angela Merkel en la pasada feria industrial Hannover Messe 2018, en la que México fue el país invitado. A la firma del citado convenio asistimos un grupo de rectores y autoridades educativas de las entidades federativas que habremos de participar en la implementación del Modelo Mexicano de Formación Dual en el nivel superior.
Dicho convenio busca sentar las bases y, sobre todo, los compromisos que juntos, sector empresarial y académico, habremos de materializar de cara a la implementación del modelo de formación dual universitario de nuestro país. El próximo mes de septiembre del presente año, 117 universidades tecnológicas, 62 universidades politécnicas, 32 institutos tecnológicos del Tecnológico Nacional de México y 30 universidades públicas estatales, habrán de iniciar esta importante empresa: ofrecer modalidades educativas versátiles, pertinentes y estrechamente vinculadas con al menos mil empresas pertenecientes a la diversidad de sectores e industrias que componen la economía nacional. Se dice muy rápido, pero el trayecto se antoja retador.
En primera instancia, la implementación del modelo conlleva la adaptación de programas educativos para que se impartan de manera “compartida” entre empresas e instituciones universitarias; para tal efecto deberán acordarse aquellos ejes temáticos relevantes para las empresas, y alcanzables y medibles por parte de las instituciones educativas. El reto no sólo radica en adaptar la currícula, sino también en el paradigma de formación y enseñanza que los profesores, en los ámbitos universitario y empresarial, deberán vivir a lo largo del trayecto educativo de los estudiantes, que dicho sea de paso, en este paradigma de formación dual, dejan de ser estudiantes que trabajan y se se convierten en trabajadores que estudian. El chip en este modelo es otro en definitiva.
La formación dual universitaria en nuestro país es, entonces, una apuesta más del Estado mexicano para emular y “mexicanizar” —si me permiten la expresión— una opción educativa sumamente exitosa del país germánico; se trata de una apuesta en la que, ante la creciente demanda de opciones educativas para la sociedad y la complejidad industrial que aborda nuestro país, podamos reducir las brechas de ocupación y trabajos bien remunerados, satisfacción personal de los profesionales por haber estudiado algo útil y demandado por la industria y sobre todo, el incremento de empleo gracias a la pertinencia de la formación recibida.
Los retos son grandes y sobre todo complejos de ejecutar, pero cuando nuestro pueblo se empecina en hacer que las cosas sucedan, damos rienda suelta a nuestra creatividad, a nuestro talento, y sobre todo a la construcción de acuerdos que exhiban la grandeza de nuestra nación, que lucha por ganarse un lugar en los escenarios mundiales, en donde no sólo la creatividad y el talento son suficientes, en donde se gana con disciplina, con soluciones de fondo y sobre todo, con la participación decidida de sociedad y gobierno. ¶
19 de junio de 2018
¿Por qué no lo hacemos sencillo? Esta es la cuestión
Soy un acérrimo seguidor del emblemático y eterno entrepreneur británico Richard Branson, que con la marca Virgin ha incursionado en una variedad e infinidad de negocios y mercados de manera visionaria. Los negocios de Branson incluyen hotelería, ecoturismo, tecnología en telefonía celular, exploración, deportes extremos, aerolíneas, turismo espacial, modas y publicidad, entre muchos otros. Branson es un personaje para admirar en muchos aspectos, sin embargo, la característica más admirable de su persona —desde mi muy personal punto de vista— es su interés por compartir su conocimiento y experiencias a lo largo de sus múltiples aventuras.
En el blog personal de Branson, donde publica periódicamente, encontré un texto del cual quiero hacer una interpretación este martes #DesdeCabina. “Keep it simple, stupid” se titula la aportación del británico. En ella describe el concepto de hacer las cosas con un enfoque sencillo, según una frase utilizada por el ingeniero Kelly Johnson —miembro y primer líder de la división Skunk Works de la compañía Lockheed— que dio origen al principio KISS (acrónimo de Keep it simple, stupid); la idea central de la frase es invitar a diseñar y fabricar casi cualquier vehículo, aeronave o artilugio bélico de manera sencilla, de tal suerte que casi cualquiera pueda utilizarlo e incluso repararlo.
Con la premisa anterior en mente, quiero traer a la mesa las siguientes preguntas —un tanto retóricas—: ¿podrían diseñarse política pública, programas sociales, servicios públicos, leyes o programas educativos de fácil acceso, de ejecución simple y transparente? ¿Se podría también ofrecer con este enfoque, soluciones a los problemas torales de nuestro país? ¿Qué tanto de lo que hacemos, proponemos o incluso diseñamos, si es el caso, tiene este enfoque? Unas preguntas más: ¿acaso no utilizamos este enfoque para la construcción de nuestra actividad cotidiana, porque es una manera de diferenciarnos, de blindar un entendimiento claro fuera del espectro de conocimiento general? ¿O simplemente no sabemos cómo hacerlo y la manera más fácil de ofrecer o diseñar soluciones es aquella con cuyo lenguaje y terminología sí conocemos y dominamos?
Sin alargar tanto esta reflexión, ¿qué sucedería si existieran leyes de fácil y pronta ejecución, políticas públicas sencillas y de rápido acceso a la población, programas con fondos de claro alcance y de ejecución expedita para emprendedores (por mencionar sólo a uno de los importantes activos de la actividad económica de nuestro país)? Imaginemos servicios educativos que privilegiaran la celeridad y oportunidad de sus beneficios —resguardando, por supuesto, su clara y concreta fiscalización— en donde la efectividad pudiera ser medida de manera simple, evidenciando los beneficios por encima de otros intereses.
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